Historias que no son nuestras. Insert Coin de Jose Luis Garci.




A veces nos saturamos. Nos saturamos del trabajo, de la gente, de la vida… Y a veces nos saturamos de historias. Hay momentos en los que nos saturamos de series, novelas o películas. Esos momentos, sin embargo, pueden llegar a ser buenos. Podemos descubrir los libros de relatos.

Es cierto que de primeras los libros de relatos pueden no llamarnos la atención, por el tema ese de que son obras breves, que no enganchan por su lectura intermitente y que, además, no deberían leerse de continuo. No obstante, a veces, como decía, nos saturamos y un buen relato ayuda a tener esa pequeña dosis que no satura, pero que quita la ansiedad.

Por ello, para este momento final de verano, he querido traer aquí una antología que si bien es verdad que no nos dejará siempre en paz con el mundo, sí que nos sorprenderá y hará reflexionar. Se trata de la antología de un director de cine cuya faceta como escritor no conocía y me ha sorprendido hasta el tuétano: José Luis Garci. Su antología, Insert Coin.

Treinta años en mis cuadernos

Insert Coin es un conjunto de veinticinco relatos, escritos por el director a lo largo de su vida. De estos relatos cortos algunos han visto la luz en forma de cortometraje (como La Gioconda está triste), otros en la radio... Sin embargo, no ha sido hasta este momento en el que se han reunido todos y han visto la luz como entidades literarias.

Por este carácter de relatos guardados, todos, aun sin estar ambientados en un lugar posible, nos recuerdan a tiempos pasados. España de los años setenta y ochenta, los Estados Unidos de las estrellas de cine y, sobre todo, nos recordará el indecible paso del tiempo. Y es que los relatos de Garci conjugan la nostalgia de lo que fue con el sentimiento pesaroso de lo que pudo haber sido. Este «pudo ser» no siempre se trata con un tono lastimero, la pesadumbre también se refleja con ironía, sarcasmo y humor, muy propio de nuestro defectillo contemporáneo del descreimiento y la sospecha.

El eclecticismo literario, ¿por qué solo un género?

Pero entonces, ¿qué encontramos en esta antología? Por lo que he explicado antes parece que solo polvo, pero por supuesto que no. Lo que me motivó a leer esta antología fue que supe que tenía relatos de Ciencia Ficción (CF) y me sorprendió que Garci escribiera ese género. Pero es que no sólo escribe este género, es especialista en géneros periféricos.

Dentro de la antología podemos encontrar cuatro grupos genéricos, aproximadamente y con algunas licencias: los relatos de ciencia ficción, los relatos fantásticos, los relatos noir y relatos sociales. Siendo cautos en este último género, ya que se unen cosas muy complejas, los tres primeros géneros son completamente identificables.

Todos estos relatos, además, están aderezados con la magia del cine. Los escenarios que encontramos, por ejemplo en Sábado por la tarde, son completamente cinematográficos, tanto es así que podemos tener imágenes en la cabeza de algunas películas. Por su parte, la exposición de los hechos, sobre todo en los del género noir, parece un guion de cine, como en Bang!, al igual que sucede con las tramas.

Lo que me preocupa soy yo

La línea que une a todos ellos, sean del género que sean, quizá son los anhelos y reacciones del ser humano que vive en nuestra contemporaneidad. Bien desde la incertidumbre (¿qué pasa si un día la Gioconda no tiene su misterioso gesto?), bien desde la mera ridiculez vital (queremos ocultar algo y nos lo estaban ocultando a nosotros), bien desde el asombro escalofriante, etc. Todos y cada uno de los relatos nos dejarán la sensación de que tenemos una reflexión pendiente sobre algún aspecto de nuestra vida.

Y precisamente para provocar estas sensaciones, bajo mi modesta opinión, es para lo que se emplean unos géneros u otros. Por ejemplo, el género fantástico (que siempre confundimos con el término fantasía) es un género cuyo anhelo más profundo es provocarnos la incertidumbre. No es solo miedo, que también puede provocarlo, sino incomodidad porque ¿y si pasara? En este sentido, creo que los relatos que mejor reflejan esto son Sábado por la tarde o Mnemos. Sin querer hacer spoiler, qué sucede si un día tenemos una mala sensación y sucede algo malo, o qué sucede si alguien nos dice que las cosas son de una manera y, aunque sabemos que es realmente imposible que así sean, las cosas son así.

El empleo de la CF es el prototípico, en tanto que la CF se mueve en el «y si» de tipo socio-político, pero la cuestiones que plantea son muy interesantes. Por ejemplo, qué sucede si nuestra felicidad depende de alejarnos de la Tierra, como sucede con La marciana, o qué sucede si vivimos en un mundo en que no existen pobres como en Mendigos Warner Bros. Bueno ni qué decir tiene sobre cuál sería nuestro sentimiento ante un desastre natural real provocado por el ser humano. Además, dentro de este, con el relato Efemérides, hace un pequeño tributo al género, lo cual le agradezco sinceramente, refiriéndose al Frankenstein  de Mary Shelley como origen del género.

Todo esto nos lo plantea a través de estos dos estupendos géneros. Pero los anhelos del ser humano no solo están en lo que puede ser o lo que me puede pasar. Están también en su realidad más patente, en lo que vive cada día. En ese sentido encontramos los relatos noir y de temática social.

En ellos el autor nos refleja las pasiones e instintos más bajos (por localización, aquí no hay nada de moralidades) del ser humano. Las penas, que nos pueden hundir en lo más profundo, como sucede en Goodbye, baby, y la añoranza de tiempos pasados, que efectivamente que nos parecen mejores, como en Vivir un cuento navideño, se entremezclan explicando nuestro presente. Sin embargo, me permito decir que el mejor y más doloroso sin duda sea Los mejores años de nuestra vida. Leedlo.

Así, Garci nos da un relato continuo de lo que es el hombre de hecho y en potencia, en la superficie y en el subconsciente. Apela a nuestros miedos, a nuestros secretos sin confesar que durante mucho tiempo tuvo guardados analizando lo que le rodeaba no solo detrás del objetivo.

Hay relatos que no son míos 

Sin embargo, ese «nuestro presente» de Insert Coin que he mencionado antes no es el mío.

Es cierto que trata sobre realidades que hoy en día son nuestras completamente, como por ejemplo la homosexualidad femenina o la soledad del ser. Esos son temas que entiendo, conozco, vivo. Sin embargo, y creo que realmente es culpa mía, hay otros que me parece que están debajo de mucho polvo. Gente que está con otra simplemente por filias hasta crear una cadena de infelicidad (Un milímetro), hombres que hacen un repaso mental a sus conquistas mientras trabajan (Aneurisma).

Todos ellos, y es quizá lo que más me fastidió al terminarme la antología, hablan de una realidad que supongo que quiero creer lejos, que no niego que existiera antes, pero que espero que no exista ahora. Aunque con todas mis fuerzas intenté entrar en ellos, porque es una ficción, es como si me hablaran de otro mundo.

Supongo que si mis padres, o quizá incluso gente más mayor, leyeran esos relatos reconocerían esa sociedad polvorienta y rancia, donde pasaban cosas, que no dudo que sucedan ahora, pero no de una manera tan impune. O al menos espero que no sucedan de manera tan impune.

Pero esto es lo bueno que tienen las antologías. Hay relatos que nos gustan y otros que no nos gustan y no pasa nada. Insert Coin tiene una gama para todos los gustos y su conjunto nos ofrece una descripción de nosotros mismos. Cierto es que no vivimos en Estados Unidos, no somos ni detectives, ni fugitivas, no nos pasan cosas raras ni vivimos en sociedades del futuro, pero somos todos ellos porque llega al meollo del asunto: Nosotros. Aunque no sean nuestras historias.

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