Escribiré mi informe como si
contara una historia, pues me enseñaron siendo niño que la verdad nace de la
imaginación. […] sin embargo, no hay tampoco en estas páginas ninguna falsedad
y todo es parte del relato.
Con estas palabras, tan simples,
aisladas, pero grandiosas y complejas en su contexto, comienza la novela de
ciencia ficción La mano izquierda de la
oscuridad de la autora estadounidense
Ursula K. Le Guin, quizá mi novela de CF favorita. Sin embargo, puede que su
nombre nos suene más por otras novelas englobadas en su serie fantástica de
Terramar. Por desgracia, la poca fama que tuvo el género de la ciencia ficción
frente al fantástico (Terramar) ha hecho que no se preste tanta atención entre
el púbico a una de las mejores novelas de nuestro tiempo. Así, de hecho, ha
sido contemplada entre de los expertos en el género y recompensada con un gran
número de premios.
Lo que me propongo ahora es
mostrarla –en un momento donde los prejuicios contra la ciencia ficción están
en desuso, aunque no hayan desaparecido– tal cual y sin adscripciones
ideológicas. En una sociedad que anda en pañales con la cuestión del respeto y
la adscripción genérica, e incluso diría más, que anda en pañales en cuanto a
la oposición masculino-femenino, mujer-hombre, este libro, creo que aún puede
levantar ampollas porque estas etiquetas llevan implicaciones políticas. Os
comento, no es de ayer... se escribió en 1969.
Y como andamos en pañales y
señalamos con un dedo inquisidor lo extraño, no vemos el árbol en el bosque.
Las especulaciones de esta estupenda escritora son maravillosas, pero no dejan
de ser especulaciones de cómo habría de ser una sociedad donde el género no sea
determinante. Su propuesta política es que sería determinante algo más
peligroso, bajo mi punto de vista, el prestigio. Por ello no quiero centrarme
en el aspecto político, sino en lo que sí podemos aplicar ahora mismo y que
creo que es urgente aplicar. La novela nuestra algo tan insólito como
desconocido: ellos, vosotros, nosotros.
Buscando la enseñanza
Ai, un hombre de Terra (terrano)
viaja hasta Gueden, en terrano Invierno, para anexar el planeta a la
confederación intergaláctica del Ecumen, parecido a nuestra Unión Europea. En
dicho planeta habitan los «guedenianos», humanoides andróginos y cuyo sexo
biológico está determinado una vez cada tres semanas por el contexto hormonal
en el que se encuentren en ese momento. Esto que podría parecernos que reside
en la esfera de lo privado, sin embargo, se convierte en dominio público, quizá
debido a la periodicidad de estos cambios, ya que el estado atiende a ellos
como un elemento más de la sociedad guedeniana. Todo está configurado en torno
a las fases de kémmer (¿‘sexualidad’,
‘apetencia sexual’...?): desde la monarquía, que contempla que su rey pueda
quedarse embarazado y lo que ello conlleva, hasta el mundo laboral, ya que se
han de dar días libres y el estado estará comprometido a garantizar la
satisfacción del kémmer de cada ciudadano. De este modo podemos ver que la
novela nos ofrece un estupendo escenario donde se nos permite contemplar otra
manera de relacionarnos. Otro sistema del que tendremos que aprender para
comprendernos a nosotros mismos.
¿Por qué a nosotros mismos? ¿Cómo
entidad colectiva? He leído el libros varis veces y mi evolución personal ha
ido cambiado en cuanto a su comprensión. En unas primeras lecturas Cuando vez
me pareció interesante fabular con ese estado político sin etiquetas donde:
En Invierno no
existen. Uno es respetado y juzgado solo como ser humano. La experiencia es
asombrosa
Pero después de leerlo unas
cuantas veces más decidí mirarlo desde otro punto de vista ¿Y si hay que
empezar la pirámide por abajo? ¿Y si es la práctica y no la teoría la que
podría llevarnos a ese estado? Así que decidí que si tenía que destacar algo
eran las conclusiones a las que había llegado en todas las lecturas.
Incapacidad en la otredad
Y empecé el planteamiento. Si los
guedenianos no tenían definido el sexo la mayor parte del tiempo, el trato
sería algo neutro, es decir, no habría nada biológico que inclinara a un
guedeniano a hablar o no con otro, no habría ningún tabú frente a un otro
diferente... Entonces, ¿cómo se veían entre ellos? La respuesta era sencilla:
como guedenianos. La traducción a nuestro mundo es sencilla también, aunque
abre una cuestión harto compleja, se veían como seres humanos morfológicamente
iguales, se trataban como humanos. Pero, ¿qué es un ser humano?
Esto, en mi opinión, es lo que
explora la novela por dos medios: por un lado, tendremos la concepción del
terrano Ai, con el que el lector se sentirá identificado, que tiene un primer
problema básico, su primer descubrimiento es el de la incapacidad de nombrar a
los guedenianos tal cual eran:
[...]
un guedeniano me parecía entonces primero un hombre, y luego una mujer, y les
asignaba así categorías del todo irrelevantes para ellos, y para mí
fundamentales.
El lenguaje
queda así anulado, puesto que las fórmulas ‘él’ o ‘ella’, y lo que conllevan en
cuanto a nuestras ideas sobre cómo comportarnos, no se adecúan a la realidad
que está viviendo Ai. Por tanto, la capacidad de análisis social de Ai queda
mermada, sus informes no son capaces de transmitir las relaciones de poder y
cuando lo intenta, sin querer habla de actitudes femeninas o masculinas. Él se
siente completamente diferente a ellos, pero sin embargo, lo tratan como a un igual,
siendo de hecho diferente, lo que provoca a su vez su rechazo.
Por otro
lado, tendremos la visión de «el otro», lo ajeno, representada por el personaje
de Estraven. Guedeniano, perteneciente a la clase política y desterrado por su
apoyo a Ai, aunque siempre están soterradas las cuestiones del prestigio, no
entiende cuál es la diferencia entre él y el terrano. Atender a las
particularidades de Ai, fuera de su sistema de prestigio, es algo de lo que no
es capaz y la comunicación gestual y social (no la verbal) queda anulada en su
caso. Sin embargo, al contrario que Ai, él no queda aislado sino que es el que aísla,
algo inusual en Gueden donde hay uniformidad tanto física como social. Y esto
precisamente es lo que hace que sienta curiosidad por el terrano:
Las diferencias de
Ai con nosotros son profundas, y no se ven fácilmente. Hay que conocerlo para
saber que es un extraño
Como vemos,
toda comunicación basada en la convención, en un principio, quedaría destruida
y la relación entre ambos debe establecerse en otro plano. Con esta dificultad
lo que se consigue es romper el término de normalidad, puesto que Ai querrá ser
como los guedenianos para no sentirse aislado, es decir, ser «normal», concepto
que estaría enfrentado con su propia noción terrana (y la del lector) de
normalidad. Por su parte, Estraven busca la diferencia para poder comprender a
Ai, cuando es algo inconcebible en la mentalidad guedeniana, donde prima, como
hemos dicho, la uniformidad.
De este modo,
se rompen en la novela las dos convenciones sociales más fuertes de una
sociedad: el lenguaje y la homogeneidad. Es decir, nos quitamos los
revestimientos que nos hacen ser un ser social para quedarnos, en un sentido
figurado, en la infancia de las relaciones entre los hombres. Observamos y nos
dirigimos a la primera categoría que se nos puede adscribir: lo humano, el ser,
sin ninguna otra carga más que lo individual.
Lo humano, el otro, el yo
Uno de los
problemas que tiene tratar este libro es que pode contar muy poco sin hacer un spoiler grave, por ello no he hecho
sinopsis en esta ocasión. Sirva, para entender la conclusión del artículo, que
la historia narra el entramado político entre dos países que se sienten
amenazados por un invasión de su privacidad por parte de una entidad mayor, el
Ecumen. En ese contexto es donde subyace la relación de otredad entre Estraven
y Ai Genly.
En ella, es
donde llegamos a la única característica que obtenemos con certeza sobre la
concepción de lo «humano». Ambos personajes, diferentes e iguales, descubren,
no al mismo tiempo, que hay una cosa que tienen en común por encima de toda enseñanza
o convención La única verdad es que moriremos. Ambos recorren caminos paralelos
que en algunos momentos se entrecruzan, llegando, Estraven en primer lugar y
finalmente Ai, a conocer cuál es el verdadero significado de la palabra humano.
Le Guin no hace un libro de autoayuda, no resuelve las cuestiones, solo las
plantea para que nosotros pensemos, para que lleguemos a la verdad reconociendo
nuestra propia ignorancia. En mi caso la conclusión puedo tomarla del propio
libro, aunque probablemente después de dos lecturas más, habré ahondado en la
cuestión, ella siempre consigue que lo hagamos, dejad que lo intente:
Le
tomé la cabeza en mis brazos y le hablé, pero nunca me respondió. Contestó a mi
amor por él de otro modo, gritando.
Hola! No tenía ni idea de que esta novela tratase temas tan complejos. Me ha llamado la atención pero menos de lo que me esperaba. No he leído nada de esta autora y tal vez no debiera empezar con este libro pues aunque muy interesante, parece un poco denso.
ResponderEliminarEn cualquier caso me parece un tema fascinante y un enfoque muy original así que será una lectura a tener en cuenta.
Gracias por tu entrada.
Hola, Stiby!
EliminarEstoy de acuerdo, aunque yo empecé por este libro a leer a esta autora, es verdad que siempre he pensado que hubiera sido mejor empezar por otro, por ejemplo alguno de la saga de Terraman (Si te pones con ella te hiperrecomiendo Un mago de Terramar ) Es un libro denso y, además, tiene partes que son muy desoladoras, por ejemplo hay un capítulo donde atraviesan un glaciar y la narración es eso cómo van venciendo a la naturaleza, los peligros y eso. Sin embargo, una vez que te acomodas a la forma de narrar esos pasajes te llenan porque a nivel de desarrollo de personaje son increíbles.
Gracias por tu comentario,
Besos ^,^!!!
Hola Laura! No conocía esta novela, así que gracias a tu reseña puedo saber de su existencia. Tal vez suena un poco complejo, pero no deja de ser un tanto interesante, creo que lo tendré en cuenta para leerlo. Un abrazo!!
ResponderEliminar¡Hola! Me alegro de que a pesar de que sea un poco compleja sí te llame la atención. Los temas de relaciones personajes, lo de que no exista un género para cada persona, los temas de política son muy interesantes. Gracias por comentar
EliminarBesos, ^,^!
Hola Laura! No conocía esta novela, y si trata temas complejos a mi ya me llama la atención. No conocía a la autora, pero me parece que le daré una oportunidad.
ResponderEliminarPues si no conocías a la autora, te recomiendo que empieces con una novela suya que se llama Un mago de Terramar. No por nada, sino porque como carta de presentación está muy bien y entras a este con más gusto. Me alegro de que te haya gustado.
EliminarBesos ^,^!!
Hola, nunca había escuchado sobre esta novela pero suena muy interesante por los temas algo complejos que toca, la debo de tener en mi librero ya jajaja saludos y gracias por mostrar la existencia del libro
ResponderEliminar¡Hola, Juan!
EliminarMe alegro de que te haya llamado la atención. Sí, la idea de que no existe una diferenciación sexual es compleja y muy interesante. Gracias a ti por comentar.
Besos ^, ^!!
Ursula K. LeGuin 😍 Justo temgo la edición española de este libro para rellerlo estas Navidades. A ver como lo veo tantos años despuéd de leeerlo por primera vez ;)
ResponderEliminarTe he nominado a responder las preguntas de book-tag Liebster Awards. Espero poder leer tus respuestas pronto. Las preguntas puedes ver aquí: https://donostiabookclub.blogspot.com/2018/11/book-tag-liebster-awards-cuestionario.html
Hola, nunca había escuchado de ningún libro con una trama así, pero me gustaron las conclusiones que sacaste. Saludos
ResponderEliminar¡Hola, Kat!
EliminarMe alegro de que te hayan gustado mis conclusiones. Soy un poco pasional cuando leo cosas que me hacen pensar y reflexionar y siempre me quedo con la duda de si soy capaz de transmitiros lo que me suscita la lectura. Gracias por tu comentario.
Un abrazo, ^,^!!!
¡Hola! Creía que te había comentado pero al pasarme ahora otra vez he visto que no aparece mi comentario. ¡Bueno! Te decía que a pesar de que te haya encantado y de que tiene buena pinta, la ciencia ficción no me llama mucho la atención, y no sabía que hubo 'rivalidad', llamémoslo así, entre la fantasía y la ciencia ficción. ¡Qué curioso!
ResponderEliminar¡Un besito y hasta la próxima entrada! Mo-
¡Uy! No sé por qué habrá podido ser, no me ha llegado al correo tampoco. En cierta manera no es que hubiera rivalidad, es que la CF ha tenido mala fama siempre y si un autor escribía CF y otra cosa le conocemos más por la otra cosa, como pasa por ejemplo con Ursula o como Gómez de la Serna.
EliminarUn beso, gracias por le comentario, ^, ^!!