[Reseña] La espada como mito. Sobre ‘La leyenda de la katana ardiente’ de Angar Marthor

La tradición literaria a veces juega en nuestra contra como críticos y reseñadores. Lo que recibimos en primera instancia dista mucho de las conclusiones que sacamos al final, que normalmente suelen estar plagadas de sobreinterpretaciones que tienen que ver más con nuestro conocimientos del «mundo y la literatura» que sobre lo que pone en una novela. Por ello, en este caso voy a intentar librarme de toda interpretación ajena a la historia y os contaré las aventuras de un señor un tanto particular y de un narrador que oculta muchas cosas.

Ese hombre es Changot Acriag y ese narrador es el mendigo Hip. Su historia, La katana ardiente, está escrita por Angar Marthor. Antes de empezar quiero dar las gracias a su autor, que durante el aniversario del blog se puso en contacto conmigo y me facilitó un ejemplar para hacer la reseña. Ha sido un libro muy curioso de leer. Además tendremos sorteo en Twitter e Instagram de un ejemplar físico,  gracias al autor. ¡Animaos a participar! ^,^ 

En las oscuras calles de una época actual, Hip, un anciano sin techo y adicto al vino, entabla amistad con un pequeño huérfano, Jaimito, que ha quedado sin hogar. Colaboran juntos para sobrevivir y lo único que el vagabundo tiene para compartir es el relato de una extraña historia tan añeja como fascinante que atrapa desde el primer momento a su pequeño amigo.

La historia narra las desventuras vividas por un peculiar joven, Changot, cuya tranquila vida se verá trastocada para siempre cuando su cabeza adquiere un precio y una serie de desgracias le precipitan hacia su destino. En su desafortunado camino encuentra un artefacto inusual, una espada con un enigmático poder flamígero. Esta antigua katana le elegirá como su legítimo dueño con todas las ventajas y desventajas que ello conlleva. A raíz de aquel momento, Hip cuenta como Changot comienza una asombrosa historia de aventuras, acción, humor y sangre en su intento de huida de la corona.

Un camino con dos senderos

Un día como otro cualquiera, un hombre borracho vaga por las calles, hasta que se topa con un joven sin hogar. A cambio de que este vaya a comprarle más vino para poder seguir como hasta ahora, el anciano le ofrece algo: la leyenda de la katana ardiente.

De esta manera, Hip y Jaimito comienzan su aventura por sobrevivir alternando su propia historia con la de Changot, el protagonista de la leyenda. Changot, un hombre tirando a bruto y que ha dedicado su vida a hacer lo que le tocaba, tiene que huir del ejército por agravios a la corona. En su viaje sucederá de todo, y creedme cuando os digo ese ‘de todo’: encuentra una katana, consigue compañeros, están a punto de torturarlo, sodomizarlo, el está a punto de hacérselo a los demás… De todo. Esta es la primera novela +18 del blog.

Así, vemos que la historia se divide en dos planos. Por un lado tendremos la historia de Hip y Jaimito, que sucede en el mundo ¿actual?, aunque realmente es un espacio-tiempo indeterminado; y, por otro lado, tendremos la historia de Changot Aicrag y el grupo que se va acercando a su persona, en una Edad Media indeterminada y con derroches de fantasía.

Hip, el anciano mendigo

En el caso de Hip su historia es muy breve, vaga borracho y encuentra a Jaimito. No sabemos muy bien por qué el chico le cae en gracia y comienza a contarle la historia de su amigo Changot. Mientras esto sucede el narrador nos cuenta cómo intentan sobrevivir en la calle, los peligros a los que están expuestos y deja entrever que el pasado de Hip es más complicado que su presente de vagabundo.

Changot, de mensajero a forajido 

Por su parte, la historia que nos cuenta Hip de Changot es la historia de un hombre que, aunque de carácter fuerte y lento de pensamiento, tiene una vida muy sencilla siendo mensajero del rey. Un buen día por una serie de malentendidos (o no tanto), ponen precio a su cabeza, no solo tendrá que huir, sino que también tendrá que dejar atrás a personas que le importan. Su viaje, como el de Hip, se convierte en una lucha por la supervivencia, por acabar con quien quiere acabar con él. Como hemos dicho más arriba poco a poco se irán uniendo personajes a su causa, que por una u otra razón comparten su objetivo.

El talento está en cómo se cuenta

La historia, como podéis leer, es muy interesante y os digo desde ya que la «jodía» engancha. No me podía despegar de ella, primero por la historia de Changot, las mil cosas que le pasan que te dan la misma sensación de desconcierto e injusticia que sufre el protagonista, y después por la historia de Hip, por encontrar aquello que oculta. Sin embargo, os mentiría si dijera que ha sido una lectura cómoda todo el tiempo. Y cuidado no estoy diciendo que haya sido mala, sino que ha habido momentos en los que, particularmente, me he sentido incomodada (como me pasó con determinada escena de Tarantino de su última película y, ¡madre mía, cómo me ha gustado!)

Que el libro lleve en la parte de atrás la calificación de +18 tiene mucho sentido, porque la historia aparte de tener una vis cómica basada en lo escatológico, también tiene un componente de crueldad que en el gore nos encaja, pero no en una historia con un niño pequeño y esas cosas. Supongo que tenemos un doble rasero muy asentado. En cualquier caso, no ha sido esto lo que me agitaba en la silla, sino cómo es el protagonista, en cuya personalidad recaía parte de la gracia de la novela a base de repetir la misma gracia insistentemente,  y cómo a veces se incidía en algo, cuando ya estaba claro. A veces es mejor no dar las cosas tan mascadas al lector y a veces la gratuidad pues es eso, accesoria. Ahora bien, esto es mi punto de vista y sé que hay lectores que disfrutarán como enanos con esta novela.

Por otro lado, la relación que se establece entre los dos planos se hace manera muy sencilla: Hip es el narrador de la historia medieval y un narrador omnisciente cuenta la historia del mendigo. Para intercalar las historias de uno y de otro, se empleará la interrupción de maneras muy particulares y pretendidamente cómicas: que se aburren, que se quedan dormidos, que no están de acuerdo con lo que sucede en la historia… Pero en algunas de estas interrupciones podemos ver el estilo más puramente escatológico de la novela. Durante toda la trama estaba enganchada, las escenas de alto contenido sexual o violentas estaban en la trama, pero en las interrupciones parecía que los elementos soeces tenían que hacer gracia y quitando alguna confusión porque Jaimito es un niño que no sabe determinadas cosas, el resto me parecía puestas porque sí, como si hubiera que cumplir un mínimo.

Y, ¿entonces? La leyenda de la katana ardiente

Entonces, la historia no está nada mal si sabes a lo que vas. La novela tiene una trama que engancha y protagonistas que incluso nos parecerán entrañables: Jaimito, Guarjalez o Lugt. Además, la composición y el estilo del autor hacen que la lectura sea ágil, las historias se intercalen sin molestar y que queramos saber qué sucede después. Solo dejamos como advertencia lo dicho más arriba.

¿La recomiendo? Sí, la historia es estupenda, pero tened en cuenta de que es una novela +18, así que además de la trama, disfruta del sexo y escatología que encontrarás entre sus páginas.

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