Hace ya tres años que nos abandonó, a una edad temprana, uno de los escritores contemporáneos que más fantasías y risas ha suscitado con la lectura. No sólo consiguió que un libro de fantasía nos divirtiera, sino que además consiguió nos hiciera reflexionar sobre cosas tan poco serias como el dinero. Terry Pratchett nos enseñaba a través de la risilla floja.
Sin embargo, reconozco que no leí
a Pratchett hasta que se fue al mundodisco, ¡qué vergüenza!, porque consideraba
que sus libros eran de chiste fácil. No me equivocaba. Una evoluciona y me pusieron un libro suyo en las manos «bien, ¿qué problema hay
con el chiste fácil?». Leí la contraportada y se me escapó una
carcajada. No he podido parar de leer a Pratchett, y llevo ya unos cuantos.
Así es como llegué a Cartas en el asunto (en su edición de
Debolsillo), primer libro que devoré del autor, que, como si la casualidad
existiese, habla de una empresa corrupta y cuyos socios pueden ser acusados de
malversación, extorsión, blanqueo, etc. Aunque también de la redención de los
pequeños estafadores, de los ángeles, del coleccionismo de alfileres, del
derecho de los gólems…
Un tal, llamado Húmedo von Mustachen, se convierte por una serie de
casualidades impuestas, en jefe de la ruinosa Oficina de Correos de
Ankh-Morpork, un servicio público agonizante por la competencia de la
comunicación señales... Para renovar esta noble institución Húmedo se
encontrará con un funcionario con mucho rodaje, un jovencito loco por los
alfileres , un gato de regias costumbres y cartas... muchas cartas.
Acercamiento, sí a los gólems
Lo primero que notamos en esta
novela es que ya hemos estado ahí o, mejor dicho, que no es un mundo
completamente ajeno al que conocemos. El problema viene en situarnos, ¿dónde
estamos? En Mundodisco sí, pero en qué época. Aquí es donde vienen los problemas,
es un mundo parecido al medieval pero que no es el medieval, sin embargo, las
coordenadas de este sirven para orientarnos. No sé si a un lector fanático de
la fantasía le habrá pasado, pero a mí, cuando comencé este libro, no me
convencía esa localización, aunque la reconocía. Este es uno de los puntos que
más destacaría de Pratchett, ya que conjuga de manera perfecta elementos del
imaginario medieval que son reconocibles (en este obra sin ir más lejos, la
aparición del ángel y el juego de ajedrez, en El segador, la idea que la muerte se pasee por el mundo sin hacer
su trabajo, recordemos la película El
séptimo sello) con elementos de hoy en día, como el periódico Times, el empleo del dólar o la
aparición de activistas pro-derechos.
Del alfiler a la filatelia
Y siguiendo con esta idea de
acercamiento, encontramos en la novela un hecho que intuimos desde el comienzo
de la misma, lo que no resta para que el choque humorístico y la angustia vital
del personaje nos parezca menor. Quién puede pensar que una época parecida a la
Edad Media existiera el coleccionismo, y menos de alfileres. Sin embargo, uno
de los personajes, Stanley, será el mayor coleccionista de alfileres del mundo.
Poco a poco, a medida que vamos leyendo sobre su afición a los alfileres, y no
hace falta haber caído en este fetiche, nos damos cuenta de que el asunto se
parece mucho a la filatelia y que, ya que el protagonista trabaja en una
oficina de correos, Stanley podría cambiar de gustos.
No obstante, la broma no se queda
ahí, sino que trae a la luz un problema aún mayor. Los sellos emitidos por la
oficina de correos de nuestra novela pronto comienzan a utilizarse como dinero.
Este paso del alfiler a la filatelia no tiene sólo ese toque de humor con Stanley,
sino que nos enseñan cómo un papel comienza a albergar poder, el poder de
adquirir algo de valor con algo que en principio no vale nada. De manera
magistral Pratchett nos enseña los principios del papel como moneda, del dinero
virtual.
Me río sí, pero estoy nerviosa.
Con el ejemplo que acabamos de
señalar, vemos como en la risa el autor británico nos enseña algo serio, por
decirlo así. No obstante, ¿esto es así durante toda la trama? Pues no porque, aunque
encontramos una introducción humorística (en la que se nos presenta a nuestro
protagonista, llamado Húmedo von Mustachen), en los momentos de tensión
argumental (y no diré ninguno, serían spoilers
insalvables) se evita el humor para que nos centremos en el acontecimiento. Esto
no implica, tampoco, que la risa se nos corte como si nos dieran un hachazo, en
realidad no llegamos a tener alarma por lo que sucede en ningún momento (si
ahorcan o no al protagonista), pero sí que consigue que sigamos devorando
páginas para saber que todo está bien. De todos modos, no podemos hablar de
partes humorísticas y partes dramáticas, la misión de la novela es que te lo
pases bien, por ello en las mesetas de tensión el humor vuelve para recordarnos
que la novela no es para sufrir –y darnos cuenta después de los planteamientos
que hemos ingerido con miel, por supuesto–. Además, en esos momentos se
incluyen situaciones completamente realistas lo que aún nos acerca más a ese
tira y afloja entre el humor y la tensión dramática.
¡Hala, qué chiste tan malo!
Hemos estado hablando del humor
constantemente desde el inicio de la reseña y eso era precisamente lo que me
alejaba, en un principio, de la lectura de novelas de este tipo. Quizá
consideraba que una novela de humor iba a tener gags muy obvios, muchos «chistes
malos». Sin embargo, cuando te adentras en Prattchet lo que descubres es que
esos chistes nunca vienen mal y que, obviamente, no toda la novela se basa en
ellos. Así, descubrimos en este autor cómo se combina el humor «barato» (que no
malo) y que todos conocemos, con un humor interno, propio del mundo, que va
hilando y narrando la situación de manera indirecta. Así podemos ver secuencias
como ésta:
–Sí, señor, pero es que yo me resisto, me resisto, señor. ¿Qué me bañen, señor? ¿Y que lo hagan mujeres?
¿Mirándome la trompeta y los bolos? ¡Menuda desvergüenza! ¡Todo el mundo sabe
que el jabón mata las refulgencias naturales, señor! ¡Oh, señor! ¡Me tienen
aquí prisionero, señor! ¡Me han hecho una pantalonectomía, señor!
Aquí encontramos varias cosas
típicas, los eufemismos empleados para los órganos sexuales masculinos; pero gradualmente
los chistes nos van llevando a cuestiones más profundas. La siguiente sería el
hecho de que una mujer, a pesar de ser una profesional, vea las partes íntimas
del hombre; la siguiente la crítica a la medicina a favor de una medicina
natural, cosa que emplea y caracteriza al personaje que habla en este pasaje.
La última broma, la pantalonecomía,
es el chiste interno que cohesiona todo el pasaje, ya que, al creer en la
medicina natural y emplear sus propios ungüentos, los médicos tienen que hacer
una cirugía para poder quitar los pantalones al paciente y de esa manera
conseguir realizar la operación que necesita. Además, como ya hemos dicho, este
pasaje humorístico ayuda a la trama, ya que a causa de esa infamia que sería que
una mujer vea al personaje sus partes nobles, consigue salir del hospital y
ayudar al protagonista en la conclusión de la novela.
La persona o personas.
Finalmente quiero destacar el
punto clave de esta novela. Se dice que en la Antigüedad la palabra ‘persona’
designaba la máscara que llevaban los actores en el teatro y que definían cuál
era su papel en la obra. Bien, el protagonista de Cartas en el asunto, Húmedo von Mustachen, no es él hasta que su
anterior persona es ahorcada por estafador. Vetinari, el patricio de la ciudad,
le da la posibilidad de siendo Húmedo vivir y convertirse en el director de
correos.
Entre los muchos temas que
desarrolla la novela, el tema de quién soy está patente en toda la trama.
Húmedo después de haber tenido múltiples personalidades como estafador no sabe
quién es ni qué hacer con su verdadera identidad. Quitada la máscara, eliminada
la persona del timador, se descubre como un hombre honrado, aunque él no sea
consciente de ello ni disfrute cuando lo llega a pensar. Como antagonista en
este juego de personas tendremos a Asidor d’Oropel, cuyo punto clave es que
siempre es consciente de que lleva la máscara puesta. Así pues, asistimos a una
lucha entre el ser impuesto, el ser fingido y el ser verdadero, lucha reñida
donde todas las partes consideran que están en otro lugar que no es en el que
están. Así, Húmedo, que cree que sigue siendo un estafador, no entiende que
ahora es director de la oficina de correos, aunque de hecho lo es y actúa como
tal. Este baile de máscaras merece la pena, tanto porque Pratchett lo relata
perfectamente bien, como porque nos invita a conocer qué «persona» creemos que
somos.
No me queda ya más que invitaros
a conoceros, a reír y, por supuesto, a amar la filatelia.
¡Oh por dios! Yo aún no leo a Pratchett😰, pero me llamó mucho la atención éste libro. El juego entre el humor y a la vez la critica, es algo que me gusta leer.
ResponderEliminar¡Gracias por la reseña!
Me alegro de que te haya gustado.
EliminarPues te recomiendo tanto el libro como el autor. Es cierto que dentro del universo tan enorme que creó se tienen cierta afinidades. Yo he leído los libros sobre la muerte, las brujas, la universidad invisible (que es donde están los magos) y otros que van sobre la ciudad. Luego dentro de cada apartado hay otros. Dentro de los de la ciudad están de los de Húmedo von Mustachen que son los que me gustan a mí. Pero, vamos, lo dicho, cualquier libro de Mundodisco es divertidísimo y te presenta una crítica a algo.
=)
Hola, debo admitir que nunca había escuchado de estos libros, pero personalmente no me gustan los libros de fantasía, tal vez porque de momento se me hacen tedioso y muy serios pero Cartas en el asunto de ve entretenido por el humor y por los temas que trata, espero ver uno de los libros en México para comprarlo
ResponderEliminarYo tampoco soy muy fan de la fantasía la verdad. Quiero decir, sí me he leído El señor de los anillos y eso, pero después se me hacen todos repetitivos. Estos, sin embargo, tienen la fantasía de fondo, pero lo que es interesante de verdad, y lo que engancha, es todo el tema de la crítica y el humor.
EliminarMort, El segador, Cartas en el Asunto o Dinero a Mansalva, estupendos. =)
Uy, pues nunca había oído hablar de este autor ni he leído obras humorísticas como esta. Después de leer tu reseña me quedo con las ganas. Seguro que buscaré alguno de los libros de este autor... Yo no soy tampoco mucho de fantasía propiamente dicha, sí de distopías, esas me encantan y son fantásticas también. Lo de que incluyan humor es un plus y nunca le hago ascos a géneros nuevos. Me encanta probar nuevos estilos, siempre aparecen cosas que te enamoran.
ResponderEliminarCambiando de tema, te diré que aunque te parezca extraño, te he nominado para un Liebster Award. He llegado a ti por la Iniciativa de Seamos Seguidores y me he quedado en tu blog porque tus lecturas no son las típicas de adolescentes o las de todo el mundo. Me ha parecido que en tu blog podía encontrar lecturas más raras e interesantes. Espero que no te moleste que te haya nominado alguien desconocido y que aceptes el premio. En este post de mi blog está todo:
https://arquitectizada.blogspot.com/2018/10/un-liebster-en-la-tate-modern.html
¡Enhorabuena! y espero leerte pronto.
Un beso.
¡Hola!
EliminarVoy por partes. Si decides leer alguno de este autor, para empezar El segador o Mort están muy bien. Como he comentado más arriba tiene diferentes sagas dentro de su universo de Mundodisco y depende un poco por qué te inclines: la muerte, vampiros, magos, brujas... o política. Este es el caso del libro que he reseñado y que si no eres muy aficionada a la fantasía creo que es el que mejor te mete en el género de la fantasía humorística.
Por otro lado, gracias, es un honor estar nominada en el Liebster Award y te agradezco las palabras, porque es lo que precisamente pretende el blog. Claro que me guío por lo que me gusta o por lo que me encargan las editoriales, pero intento que sean cosas curiosas, que puedan llamar la atención. Así que gracias por tus palabras y tu nominación. En unos días lo tengo preparado.
Un beso a ti también. ¡Nos leemos!
¡Genial! Espero tu post con impaciencia ;)
EliminarHola Laura!! Me gustan mucho los libros de fantasía, así que por qué no agregar este a mi lista de pendientes :) Me gustó mucho tu reseña, como siempre, ya que ayuda a comprender muy claramente de qué va la historia. Un beso!
ResponderEliminarMe alegro Romina, si te lo lees no te arrepentirás. Para alguno que sea más de fantasía Carpe iugulum! está muy bien o El segador =)
EliminarHola
ResponderEliminarGracias por la reseña, nunca había oído hablar del autor y la verdad que suena interesante.
Gracias a ti por comentar. Si te llama la atención cuéntame y te aconsejo =)
EliminarHola!!! La verdad aunque si había escuchado del autor, nunca me puse a investigar sus libros,pero una amiga me lo ha recomendado, y soy amante de la fantasía <3 gracias por la reseña :3
ResponderEliminarGracias a ti, Andrea, por comentarme. Espero que te guste cuando investigues. Es un escritor que tiene muchas sagas encuadradas en el mismo mundo de fantasía (Mundodisco), así que dependerá de que te llame más la atención. Yo por ejemplo empecé con este y ahora estoy leyendo la saga de la Muerte, que empieza con el libro que se llama Mort. Si comienzas a leerte algo coméntamelo.
EliminarUn abrazo enorme ^,^
¡Hola! Te acabo de nominar al Book Tag Liebster Award, aquí te dejo el link de la publicación por si te interesa unirte. Saludos
ResponderEliminarhttp://the-old-bookstore.blogspot.com/2018/10/book-tag-liebster-award-2.html