Hoy os quiero presentar una
lectura un poco diferente a lo que suelo reseñar. He empezado el 2019 con
innovaciones y hoy no podía ser menos. Este libro a parte de particular por su
contenido, ya que es un libro sobre historia, tiene la particularidad de que ha
sido uno de los libros que he corregido profesionalmente. Ya en la parte de
revisión –que fue de la que me encargué– me llamó la atención y ahora lo presento como lectora.
El libro es Los mejores reyes fueron reinas de Vicenta Márquez de la Plata,
publicado por la editorial Nowtilus, en su colección Historia Insólita. La idea
del libro es mostrarnos siete casos en los que la gobernadora del país fue una
mujer y en algunos casos no la figura
masculina que aparece en los anales. Perfectamente documentado, da una visión
en retrospectiva, desde el siglo XIX
al siglo XV, en la que se nos
refiere la biografía completa del personaje histórico y sus hitos políticos,
sus tretas para poder gobernar de facto
tras la figura de su hijo o marido, la búsqueda de su libertad y cómo se las
condenó por ello. Algunas cometieron errores en sus políticas, otras renovaron
su país y le permitieron hacerse más poderoso; lo que es claro es que todas
tomaron su tiempo y su género e hicieron lo que quisieron con él.
La siete figuras que se nos
presentan en el libro son: la emperatriz de China de finales del siglo XVIII y principios del XIX, Tz’u-hsi (Cixí); Catalina la
Grande, zarina de Rusia durante el siglo XVIII,
María Teresa de Austria (siglo XVIII);
Cristina de Suecia (Siglo XVII),
Isabel I de Inglaterra (Siglo XVI);
la reina de Francia, Catalina de Médicis (siglo XVI)
y Isabel la Católica (siglo XV).
De todas ellas quiero destacaros
a tres porque son las que más me han sorprendido y así os dejo la oportunidad
de descubrir a las otras grandes figuras por vuestra cuenta. Empezamos.
La Orquídea que llegó a ser la Emperatriz del Este
El primer caso que nos presenta
el libro es el de la emperatriz Tz’u-hsi (Cixí). A lo largo de su biografía
veremos a una joven dispuesta que, sacada del ámbito familiar para ser una
concubina, consigue convertirse en emperatriz regente hasta en tres ocasiones.
Gracias a su interés por el conocimiento y su pronto interés por los asuntos de
estado, Yehenara conseguirá tener peso en la corte imperial para pasar a ser la
emperatriz segunda en la China de finales del siglo XIX.
Con ella, el país del sol
naciente pasará de su tradicionalismo más férreo a una apertura a
Occidente. Curiosamente, este
acontecimiento jamás lo deseó nuestra emperatriz, que era claramente xenófoba y
celosa de las tradiciones del país. ¿Qué sucedió? Hasta ella sufrió el
renovarse o morir y la guerra de los bóxers y la primera guerra del Opio la
llevaron a la fuerza a esta apertura. Cuando murió el país poco se parecía al
que ella había tomado en sus manos. Mejoró cosas, no supo gestionar las
relaciones exteriores, pero lo que es claro es que fue una mujer que gobernó,
maniobró y urdió con coherencia. Gracias a ella los príncipes chinos pudieron
salir a estudiar al extranjero, se eliminó la diferenciación entre manchúes y chinos,
y se unificó el idioma del país.
Su historia me ha gustado, por lo
exótico y el desconocimiento que tenemos de los sistemas gubernamentales de
Oriente, y por la valentía que una joven salida, parece, de ninguna parte
atesoró para llegar a lo más alto de la jerarquía china. Sin embargo, lo que
menos me ha gustado ha sido el tratamiento que hace la autora de la cuestión
porque, si bien es verdad que ensalza la figura de la emperatriz por ser mujer,
menosprecia sus acciones erradas por ser oriental y no rendirse a la sabiduría
de Occidente. Creo que en los libros en lo que se tratan cuestiones históricas
debería evitarse el eurocentrismo que tanto nos costó en el XIX y sobre todo en la primera mitad del
siglo XX. Nos convierte en un poco
ignorantes.
La prolífica María Teresa de Austria
En este caso, nos mantenemos en
el siglo XVIII y viajamos a
Austria, un país que ha sido determinante en la historia de Europa, ya por sus
relaciones con España cuando esta era una potencia, ya por merecimiento propio
con esta gran emperatriz a la que coronaron rey, María Teresa de Austria.
Esta biografía es la más completa
e ingenua. Comienza por su juventud y educación, en la que se la educó como
reina, a pesar de que no estaba claro que ella pudiera gobernar. La ley sálica
es una ley que ha perseguido a todos los países de Europa y Leopoldo I tuvo que
requebrar para que su hija pudiera heredar. Así la joven vivió una guerra de
sucesión al trono y la guerra de los Siete Años nada más tomar su cargo. La
supuesta debilidad de la nueva gobernadora llevó a sus vasallos más díscolos y
a las potencias vecinas a atacarla sin tregua, pero la emperatriz consiguió la
paz. Después de un casamiento bien avenido para lo que era la época, ya que, a
pesar de las infidelidades del consorte, se profesaban cierto afecto, María
Cristina tuvo dieciséis hijos a los cuales fue colocando en el ámbito religioso
y las distintas cortes europeas consiguiendo posiciones favorables para ellos y
buenas relaciones para Austria. Un buen ejemplo es que es la madre de la famosa
decapitada María Antonieta.
Sin embargo, no solo de guerras y
política exterior sabía nuestra emperatriz. Fue una mujer culta, interesada por
las innovaciones que pudieran mejorar su país, como la inclusión de la
vacunación en el sistema médico, y una mujer que supo sobreponerse a sus
propios prejuicios gracias a la corregencia con su hijo José II. Durante los
años que gobernaron juntos, se aplicó la tolerancia religiosa en Austria y la
carta de los Derechos Fundamentales, que si bien contaron con la oposición de
la reina, esta supo dar un paso atrás y dejar que su hijo entendiera los nuevos
tiempos.
Esta es la biografía que más
me ha gustado. No solo por el contenido vital de la misma, ya que, la verdad
sea dicha, María Teresa tuvo una vida interesante en muchos aspectos, sino
porque me parece la más completa y estructurada. Se hace una panorámica de su
vida política, de su vida privada, en cuanto a lo que afectaba a la política, y
finalmente una relación de sus aportaciones a la cultura y vida austriaca.
Siguiendo nuestro camino hacia el
pasado, en el siglo XVII nos
encontramos con Cristina de Suecia, apodada como la Minerva del norte por su
alto interés por la cultura. Dedicó su reinado e instruirse en todas las artes
propias de una reina y, además, en las materias de filosofía, astronomía,
alquimia, entre otras. Sin embargo, su reinado no destaca por sus acciones
políticas, ya que fueron escasas, sino por sus medidas culturales en Suecia y
la libertad por la que vivió esta mujer
en el siglo que la había tocado.
Pronto declaró su intención de
mantenerse soltera y unos años después decidió cambiar su religión del
protestantismo al cristianismo. Ambas decisiones la hicieron abdicar de su
cargo en su primo Carlos X Gustavo y de esta manera consiguió su libertad.
Decidió entregarse a toda clase de amores y vivir la vida como lo que era, una
reina (a pesar de haber abdicado), de manera que impuso su voluntad en todas
las ocasiones que le fueron posibles (como sucedió en Francia, país que la echó
por decapitar en la corte a uno de sus examantes que la había traicionado). Finalmente,
decidió que tenía una misión: llegar a Roma y revitalizar la cultura europea,
cosa que hizo sobremanera convirtiéndose
en mecenas de grandes artistas del momento.
Esta biografía es estupenda
porque no siendo dogmática, ya que su personaje no lo fue, nos hace un relato
perfecto de las libertades y licencias que la reina de Suecia se tomó y las
consecuencias que a nivel político tuvieron.
Una última pincelada
Además de las reinas que hemos
puesto de ejemplo, no puedo no destacar a la reina Isabel I de Inglaterra. Una
reina, que si acaso más moderna que Cristina de Suecia, porque reclama el
derecho a su soltería un siglo antes de lo que lo hizo la sueca, llegó a ser
reina por una especie de conjugación astral. Muchas cosas tuvieron que pasar
para que llegara a ser reina.
Pero es que al final todas ellas
tienen algo interesante que contar, algo que las hace unas gobernantes
interesantes, inteligentes y merecedoras de más espacio en las líneas de
nuestros libros. Muchas de ella, además de con su país, consiguieron gobernarse
a sí mismas, declarando su libertad, que solo el trono podría conferirles. Quizá,
con este tipo de obras, empecemos a reflexionar sobre cuál ha sido la condición
de la mujer a lo largo de la historia, incluso la condición de las poderosa; y comencemos
a ver que las mujeres no llegan al poder porque no hay un hombre disponible,
sino porque son válidas, porque son instruidas y sobre todo porque les toca y
punto.
Hola suena muy interesante el libro me lo apunto espero poderlo conseguir. Saludos.
ResponderEliminarHola, Cecy
EliminarLa verdad es que es un libro de estos que de vez en cuando te lees un capítulo y aprendes algo nuevo. creo que se puede pedir por amazon si quisieras comprarlo. Muchas gracias por tu comentario.
Un abrazo!!!! ^,^!!
¿Y por fin leiste el libro o todo quedó en una intención "sine díe..."?
EliminarWoooow se ve bastante interesante! No lo conocía!
ResponderEliminarSoy nueva en tu blog y ya te sigo!
Te invito a visitar el mio!!!
Besitos!
Hola,
EliminarGracias por pasarte por mi blog, voy corriendo al tuyo.
Un saludo!!