Herencia, honor y humildad. Sobre El claro de Ozzhar de Carlos Iglesias C.

A veces, es mejor dejar las diferencias a un lado, sean estas del tipo que sean, para combatir juntos los males comunes que nos acechan. En muchas ocasiones, nuestras diferencias parten de cosas tan peregrinas como el hecho de tener las orejas de una manera o ser un poco más bajito que los otros. Sin embargo, en otros casos, las diferencias son insalvables, como que un bando quiera matar al otro. Paz y guerra, estos son los objetivos de los dos bandos que nos traen hoy aquí. El problema es que parece que los seres pensantes tendemos a la fragmentación en grupos en los que cada vez nos aislamos más y dejamos de conocer el mundo, y dejamos de conocer qué pasa en realidad.

Hoy nos trae aquí este enfrentamiento y para afrontarlo las razas nobles de elfos, humanos, enanos, shantales y dragones se reunirán en El claro de Ozzhar. Esta es la novela que os voy a presentar a continuación. Está escrita por Carlos Iglesias C. y es el primer tomo de la saga Crónicas de Ozzhar. Tuve noticia de él por Instagram y porque Reina Lectora nos propuso un booktour de lanzamiento y aquí estamos. Vamos para allá.

Cuando una amenaza pone en riesgo el destino de cinco razas de la tierra de Olfsan,  elfos, enanos, humanos, shantales y dragones entienden que la única salida posible residirá en conformar un solo frente. Guiados por Learthril, el mago elfo más antiguo y poderoso, podrán enfrentarse a sus enemigos en una batalla épica y decisiva que fue conocida como la Guerra Antigua. ¿El vínculo que los une será lo suficientemente fuerte? ¿Qué consecuencias traerá al mundo esta nueva alianza?

Siglos después, Sivok, un joven que vive junto a su primo Rupert, un joven guerrero despreocupado pero muy entusiasta, descubre que posee el don de la magia. Inmerso en el aprendizaje de este nuevo mundo y guiado por su maestro Merkus, deberá ayudar a forjar nuevas alianzas para intentar superar los retos y afrontar de nuevo la lucha contra un mal de proporciones inimaginables.

Un pasado remoto…

Escrito en dos tiempos, uno épico y otro el presente del libro, El claro de Ozzhar nos presenta el relato de la última gran batalla de las tierras de Olfsan y  lo sucedido tras esta 350 años después.

Así, hace mucho tiempo, las razas nobles de esta tierra se reunieron, a petición de los dragones en el claro Ozzhar. Las razas de las Montañas Obscuras habían salido de sus cuevas y habían atacado de manera simultánea a cada una de las razas, por fortuna pudieron avisarse a tiempo para trazar un plan de acción. Este consistió en realizar un rito en el que cada raza se uniría a todas las demás ofreciendo sus mejores guerreros, convertidos en nashafis, portadores de los emblemas de cada raza, y sus mejores atributos.

Con este planteamiento comienza la primera mitad de la novela, en ella se nos relata esta reunión y a continuación se nos desarrolla en su totalidad la que será conocida como la Guerra Antigua. En ella las tropas de las razas nobles, comandadas por el mago elfo Learthril, se enfrentarán a las hordas obscuras, lideradas por el orco Tsar-Uk.

La narración de esta parte de la novela me gustó por el halo de épica que tenemos en ella: grandes combates singulares, actos heroicos, armas poderosas… Quizá, aunque no lo veo como algo negativo, sino como algo que me gustaría que empezara a desaparecer un poco, lo que menos me emocionó de esta parte fue el claro toque tolkiniano. Quizá estaría bien desligarse del «padre» de la fantasía y empezar a establecer nuevas sinergias entre las razas. No obstante, como digo no lo señalo como punto negativo, ya que a quienes nos gusta la fantasía épica un buen enfrentamiento entre enanos y elfos nos hace mucha gracia.

Lo que sí que destacaría es lo original de la fusión de las razas. No voy a contar mucho, pero es verdad que siempre que nos planteamos que la unión de los pueblos se hace de una manera  simbólica, hermanando en la batalla a los diferentes contendientes. Sin embargo, en su novela nuestro autor, Carlos Iglesias, ha dado un giro al concepto ejemplificando esta unión en un nivel físico e instrumental. Es decir, no son cinco héroes que se unen, sino que hay más, mucho más.

Por último, sobre esta parte, cabe destacar que los personajes de las diferentes razas tiene su personaje destacado, al cual, aunque es un relato que forma parte del libro, y por tanto no van a tener continuidad en el resto de la saga (a no ser que se nos hagan flashbacks, claro), le cogemos cariño y simpatía por su quehacer en la batalla. No obstante, yo diría que la narración de la Guerra Antigua es un poco extensa con respecto al contenido que se nos da después. Probablemente, me hubiera gustado aún más, si se nos hubiera desarrollado más ampliamente la historia de Sivok, Rupert y Merkus.

… Un futuro incierto

Cuando termina la Guerra, se nos hace una elipses temporal de 350 años en la que se nos cuenta que las nobles después de su unión en la guerra, por diversos motivos (entre ellos la pérdida de fe de los humanos), se dividieron, llegando a fragmentarse dentro de la propia raza. Así trescientos cincuenta años después, los humanos están divididos en cuatro reinos.

Nos centramos ahora en Sivok un muchacho humano, dotado para la magia, que vive con su primo, Rupert, después de que los orcos atacaran su aldea. Ambos muchachos sirven en el fuerte de Hav, donde el mago Merkus ha establecido su estudio. Un día maestro y alumno son citados en un concilio secreto. Los orcos están atacando la línea de vigilancia de las Montañas Obscuras y se va a declarar un guerra inminente entre dos facciones humanas ¿habrá relación? A partir de este momento, la vida del muchacho de su primo cambiará para inmiscuirse en asuntos de alta política y en las consecuencias de lo sucedido al final de la Guerra Antigua. 

Sin duda, esta ha sido la parte que más me ha gustado de la novela. Los personajes de Sivok y Rupert son muy auténticos. Normalmente, en este tipo de novelas los personajes, aunque puedan evolucionar, siempre son representación de algo, la humildad, la valentía, la ingenuidad… sin embargo, nuestro autor no ha permitido que ninguno de sus personajes sea ni totalmente perfecto ni totalmente malvado. Gracias a ello, son los personajes los que nos van a invitar seguir con esta saga, nos enganchamos a ellos y se nos invita a descubrir cómo van a ir cambiando. Y, lo bueno, el proceso no va a ser lento, progresivo, pero constante Sivok se irá convirtiendo en un mago que aprenderá de diplomacia, y, por su parte, Rupert se convertirá en un caballero reflexivo, humilde y que sabrá apreciar las cualidades de los demás.

El único pero que podemos encontrar a esta pare sería que Merkus no deja de ser el típico mago que parece que sabe más de lo que muestra y que la historia termina en un momento de reposo narrativo sí, pero que nos invita a querer más. 
Esperemos que el siguiente tomo de las Crónicas de Ozzhar no tarde mucho (porfi).

La parte final, en, después de muchas cosas, se nos adentrará en una serie de pruebas, donde elfos, enanos y humanos tendrán que coaligarse para poder superarlas, es estupenda. No solo en sí por el hecho de empezar a reconstruir aquello que se dio en el claro de Ozzhar, sino porque nos deja vislumbrar, aunque sea un poquito, qué pasó después, como las grandes verdades y los grandes sentimientos están por encima de los individuos.

Finalmente, si os dais cuenta no he contado nada de «los malos». No os puedo decir mucho, haberlos haylos, pero el planteamiento ya no es tan sencillo. Los humanos van a entrar en combate, pero los orcos también atacan, por otro lado... ¡sorpresa! los elfos también se han dividido en facciones.

El vuelo del halcón contemplando Olfsan

¿Recomiendo el libro? Sí, sin duda, sabiendo que es el primer tomo de una saga y que tendremos un montón de preguntas por contestar. Los personajes son muy carismáticos y, hasta cierto punto, cada uno tiene algo que los hace especiales. La ambientación y la historia antigua están muy bien desarrolladas, entendemos la idiosincrasia del mundo y las piezas que nos faltan no las echamos de menos, porque nuestro objeto es descubrirlas. Quizá como hemos dicho, la Guerra Antigua ocupe mucho en comparación con lo que nos cuentan de Sivok (la historia que nos interesa), pero está claro que sin ella, no entenderíamos la gravedad de los acontecimientos en su tiempo.

Una historia con toques tolkinianos que nos dejará pegados a sus páginas y deseando las siguientes. Para poder saber qué sucede con todo esto, no queda otra que adentrarnos en El claro de Ozzhar. 

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