[LC] La palabra frente al acto. Sobre ‘Una obsesión perversa’ de Victoria Schwab

A lo mejor no lo parece, pero es cierto que cada vez que leo un libro de Victoria lo hago como un poco a escondidas. Hace unos meses entré por primera vez en esta escritora a través de una lectura conjunta de La bruja de Near, como comenté en la reseña, es una novela que me gustó porque daba lo que prometía, un cuento. Sin embargo, hubo voces discordantes en esa lectura que denostaban de alguna manera la pluma de Victoria. Bueno, pues he vuelto a caer en ella y me ratifico en decir que es una autora que me gusta y mucho.

En este caso, a través de otra lectura conjunta, organizada por el club de lectura Entre Lecturas, que me ha quitado el mal sabor de boca con este autora, aunque todavía la reivindico un poco con la boca pequeña. Hemos leído Una obsesión perversa, una novela con la que, sinceramente, no las tenía todas conmigo y que me ha resultado conceptualmente estimulante y literariamente adictiva. Espero que os guste y si la habéis leído que me contéis. ¡Vamos allá!

Víctor y Eli eran dos estudiantes universitarios brillantes pero arrogantes que reconocían, el uno en el otro, la misma agudeza y la misma ambición. En el último año de su carrera, el interés compartido por la adrenalina, las experiencias cercanas a la muerte y los acontecimientos en apariencia sobrenaturales plantean una posibilidad intrigante: que, dadas ciertas condiciones, sería posible desarrollar habilidades extraordinarias. Pero cuando la tesis pasa de lo académico a lo experimental, las cosas salen horriblemente mal. Diez años más tarde, Víctor escapa de la cárcel decidido a encontrar a su antiguo amigo (ahora enemigo), con la ayuda de una muchachita cuyo carácter reservado esconde una capacidad asombrosa. Mientras tanto, Eli se ha propuesto erradicar a todas las demás personas con superpoderes que pueda encontrar... salvo a su compañera, una mujer enigmática de voluntad inquebrantable. Ambos armados con inmenso poder, impulsados por el recuerdo de la traición y la pérdida, los archienemigos están decididos a vengarse... pero ¿quién quedará vivo al final?

Amansando una idea

La historia comienza con Eli y Víctor, dos estudiantes que tienen que realizar ese mismo año su tesis doctoral. Son dos alumnos brillantes que gracias a su inteligencia tienen su futuro asegurado, sin embargo, todo se va al traste cuando Víctor, alentado por la competitividad que sienten entre ambos, anima a Eli a experimentar las conclusiones teóricas a las que ha llegado en su tesis. Y todo sale como planeaban… Diez años después, Víctor saldrá de la cárcel para perseguir a Eli y arreglar las cuentas pendientes. Eli por su parte, en estos diez años, ha decidido proclamarse una especie de salvador de la raza humana, «excluyendo» a aquellas personas que tengan ciertos dones. A ambos se unen las hermanas Clarke, Sidney y Serena.

Con este punto de partida (y de vuelta), nos aventuramos en una novela que tiene elementos que son conocidos para los lectores, pero que, sin embargo, no la convierten en un retelling. A pesar de los guiños que encontramos a otras obras, lo que vemos es el resultado de una lectora del género que ha combinado todo con una maestría excelente. 

Para ello, ha jugado con diferentes tipos de la literatura a lo largo de la historia: Dorian Gray, Frankenstein, todos los elementos del terror gótico y, por supuesto, las claves de la fantasía urbana actual. Todo ello, combinado, nos ofrece una historia que brilla por su inteligencia y buen funcionamiento, que provoca en el lector la reflexión sobre aquellas cuestiones que la literatura ha trata por separado, pero que ella ha unido potenciando y ofreciéndoles sentido: la inmortalidad, la capacidad del hombre, la relación entre la divinidad y la humanidad…

Jugando con el concepto 

Pero, ¿qué nos está contando Victoria Schwab? Escrita en dos tiempos, la novela nos hará partícipes del enfrentamiento entre Eli Ever y Victor Cardale: el presente en el que Víctor ya ha salido de la cárcel y va tras Eli; y el pasado que nos relata la historia desde que comenzaron los estudios de ambos personajes. Pero es que, además, esos dos tiempos suponen una cuenta atrás que divide la novela en tres partes que nos conducen poco a poco a la apoteosis, como toda buena tragedia: la historia desde el punto de vista de Víctor, que llega hasta que encuentra a Eli; la historia desde la perspectiva de Eli, una vez que le han encontrado; y la cuenta final hasta el encuentro, pero, ¿se llegará a dar?

Todo esto se llevará a cabo en un mundo que ha conseguido configurar y naturalizar de tal manera que al principio nos podemos sentir ambientados en el siglo XIX, pero cuando se nos hablan de los móviles o de internet lo asumimos sin problema. No hay choque, ya que el escenario se nos presenta especial desde el principio.

Sin embargo, todo esto no se podría dar si los personajes no estuvieran conceptualmente preparados para ello, ya que esta pelea no es solo entre dos actores, sino un enfrentamiento de conceptos. Eli Ever será una especie de enviado divino que realiza un acto de generosidad, Víctor Vale que gracias a la venganza, a ese acto egoísta, será algo así como un defensor de lo humano. Y lo más curioso es que el resultado de este enfrentamiento y de estos actos está a parte de sus intenciones. Veremos como poco a poco los personajes transforman el mundo alejándose de su idea original.

A todo ello, tendremos que añadir la importancia de los personajes femeninos, que demuestran ser el contrapunto a cada uno de los amigos. Así tendremos a Sidney y Serena Clarke, cada una con un carácter particular y que serán, en la medida de sus posibilidades, los «pies en la tierra» de esta batalla.

Show must go on

Creo que después de lo que he dicho a lo mejor no queda claro cómo evoluciona la historia, pero sí qué puntos me han resultado interesantes. Una vez más Victoria Schwab nos da lo que promete y un poquito más. La obra, como ya he mencionado más arriba, es una fantasía urbana que nos cuenta, como todas las del género, una batalla entre el bien y el mal, y que en este caso no determina quién representa cada uno de los polos. Quizá mi reseña ha quedado partidista, pero os aseguro que la novela hace una exposición neutral de los valores éticos (que los hay) y al juzgar los actos de los personajes (que los hay y terribles). Todo ello lo consigue la autora gracias a un estilo rápido, directo y sencillo, que permite al lector zambullirse en la historia.

¿Recomiendo la novela? Por supuesto. A todo lo anterior, añado la idea de una novela adictiva, oscura y que nos hará estremecernos de vez en cuando. Bajo la idea de «¿quién vigila a los vigilantes?», que conocemos por cómics como Watchmen, la historia nos llevará por el camino de los superhéroes, de su formación, de su vida y de sus peligros y nos hará preguntarnos hasta qué punto seríamos capaces nosotros de juzgar y ser jugados. Os recomiendo que no contestéis hasta que leáis la novela. Espero que os guste.

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