[La voz de los autorxs] Hoy José Luis Fernández Juan nos presenta su particular diccionario. Sobre ‘El diccionario de JLFJ’




¡Muy buenas a todos!

Hoy en el primer La voz de los autores del año y en él, el autor José Luis Fernández Juan nos presenta su El diccionario de JLFJ, publicado por la editorial Círculo Rojo. Desviándome un poco de lo que suele ser esta sección, el autor me ha pedido que lo presentara yo después de echarle un vistazo, así que hoy digamos que es La voz interpuesta de los autores, jeje.

En esta propuesta, que podemos llamar literaria por su pretendido uso de las figuras, aunque bajo mi parecer se trata más de un juego lingüístico muy personal, encontraremos una evolución en la creación de palabras que designen nuevas realidades.

¿Alguna vez habéis jugado a crear nuevas palabras a partir de las ya existentes? ¿Habéis cambiado otra palabra porque creéis que se acerca más a la realidad que la que existe? En mi caso, las palabras que añadí a mi diccionario personal fueron: bicilista (porque al fin y al cabo, va montado en bici, no en ciclo), Noruecia (porque si cerca está Suecia…) y finalmente, atruspellar (momento en el cual están a punto de atropellarte, pero afortunadamente no). Quitando la última, que es un compuesto estrictamente lingüístico, con la adición de una raíz indoeuropea para plasmar el valor incoativo (de esta frase probablemente no hayáis entendido nada porque, al final, los que manejamos lingüística somos unos posers), el resto son juegos que la lengua y el cerebro realiza a partir de un conocimiento de la lengua básico. Los niños pequeños lo hacen mucho y son muy sabios.

Bueno, pues este juego de creación y nuevo visionado de palabras  será el juego básico que nos presentará el autor en su diccionario. Así, él seguirá tres mecanismos en la creación de nuevos vocablos:
  1. Una palabra a la que confiere un nuevo significado, por la nueva partición de las palabras que la componen. Con la C: Caravana à rostro fugaz. Cara+vana
  2. A partir de cambios mínimos en una palabra dada, creación de un nuevo vocablo que es la fusión de dos existentes. Con la J: Jocar à jugar + hogar, divertirse en el domicilio familiar. Con fuego resulta muy arriesgado. Además, en este caso, ha jugado con la evolución histórica del verbo: lat. Iocare> iocar> jocar> jugar.
  3. En otros casos, la confusión en la pronunciación lleva  la nueva palabra. Con la A: Acecinar: Acabar con la carne ahumada echándole sal.

Como vemos, el autor ha cogido el lenguaje en su dimensión de significado y significante y ha creado nuevas palabras, algunas con un toque de humor, otras con ironía. Sin embargo, quizá, lo que más me suscita la presentación de este libro es la cautela, ya que es muy fácil confundir el genio con la imaginación desordenada. El secreto o chiste individual no es más artístico que la capacidad de transmitir y comunicar. Muchos habréis oído que una obra sin receptor no es nada.

Además, creo que estos juegos de palabras entrañan dos problemas a la vez harto curiosos. Por un lado, que el lenguaje es el reflejo de la estructura mental de la persona que lo elabora, por lo que podemos crear nuevos vocablos que falten a la verdadera opinión que tenemos de alguno de ellos. Con U: Utropía à Ejército iluso (de utopía+tropa). Por otro lado, se pueden crear vocablos cuya realidad designada sea una irrealidad ridícula (como en el caso de acecinar). El humor es un hilo tan fino que a veces se rompe.

No obstante, lo dicho, creo que es un ejercicio muy inteligente que nos acerca a la mención de lo inefable. El problema es que hagamos inefable lo que de hecho, no lo es.

En este sentido, ¿Cómo podemos acercarnos a El diccionario de JLFJ? Para inspirarse y ver qué es lo que uno quiere hacer con el lenguaje y qué no. Para jugones del lenguaje que no les importe ver ego hinchado (en su acepción 2, no me entendáis mal) y que quiera entrar a enriquecer el diccionario.

Espero que le echéis un ojo, a ver qué tal.