[Reseña] Bailan al son de mis piernas. Sobre ‘El show de las marionetas’ de M. W. Craven

Olvidar y sostener mentiras son dos de las cosas que, bajo mi punto de vista, resultan más difíciles. La primera es algo pasivo, tú no puedes olvidar algo a posta porque en ese caso más permanece en nuestra mente, es lógico. La segunda es algo que en uno u otro momento hemos tenido que hacer, a pesar de que creamos que somos los más honestos del mundo. De todos modos, cuando llega el olvido y la verdad tampoco somos del todo libres puesto que llegan las consecuencias.

Sobre esto y un poco más, en forma de thriller y con unos personajes particulares pero cercanos, se nos presenta El show de las marionetas de M. W. Craven y publicado por Roca Editorial. Agradezco a Masa Crítica de Babelio que me propusiera el envío del ejemplar su lectura ha sido rápida, adictiva y muy muy entretenida.

Te presentamos al Detective Washington Poe. Oscuro, cínico, implacable; un hombre que vive en la soledad de una granja en la parte más desolada de Cumbria. Un hombre que incluso sus secretos guardan secretos. 

Él tiene un pasado que mantiene alejado y otro pasado que aún no conoce.

Un asesino en serie está quemando vivas a sus víctimas. No hay ningún tipo de pistas en las escenas del crimen y la policía ha perdido todas las esperanzas.

Cuando su nombre es hallado en los restos carbonizados de la tercera víctima, Washington Poe, un detective suspendido de empleo y caído en desgracia es llamado para que se haga cargo de la investigación, un caso del que no quiere formar parte.

De mala gana acepta como su nueva compañera a Tily Bradshaw, una brillante pero poco social analista civil. Pronto, la pareja descubre una pista que solo él podría ver. El peligroso asesino tiene un plan, y por algún motivo, Poe forma parte de dicho plan.

Mientras el número de víctimas sigue en aumento, Poe descubre que él sabe mucho más acerca del caso de lo que jamás se habría imaginado. Y en un final aterrador que destrozará todo lo que él creía sobre sí mismo, Poe comprenderá que hay cosas mucho peores que ser quemado con vida.

In media res

Washington Poe es un inspector suspendido temporalmente que ha decidido aislarse del mundo en su granja. Tily Bradshaw es una matemática que trabaja para la policía y cuyas habilidades sociales están poco desarrolladas. Ambos, lo quieran o no, tendrán que unirse para detener al Hombre Inmolación, un asesino que quema a sus víctimas en círculos de piedras, ya que el nombre de Poe ha sido descubierto por Tily en el cuerpo de la tercera víctima. Ambos aprenderán uno del otro, que encuentren al asesino depende de que junten e interpreten sus piezas.

Así se nos plantea la novela y lo cierto es que, quitando el modo de asesinato, la inmolación, parece que nada de lo que nos presenta la sinopsis es interesante o diferente a otras novelas. Sin embargo, la aparición del nombre de inspector con el número de víctima que va a ser cambia completamente el enfoque del inicio de la novela. Así el lector desde el tercer capítulo no solo se centra en averiguar quién es el asesino, sino también en el peligro que acecha a Poe investigando a su propio asesino. Y probablemente esto tampoco sea nuevo para los amantes de thriller, pero la historia destaca sin duda por su comienzo in media res. 

Para cuando llegamos nosotros, el asesino ya lleva un recorrido, ya sabemos a quién va a matar y lo que nos queda es esperar a que suceda, así la tensión con la que empieza la novela es máxima y, bajo mi experiencia lectora, no baja hasta más o menos tres cuartas partes del libro. 

Este pico de tensión tan alto y prolongado se consigue gracias a situaciones que nos sacan una sonrisa o enfurecen al afectar de manera directa a los dos personajes principales: Por y Tily. Como anunciábamos más arriba, Poe es casi un ermitaño, le gusta vivir solo, pensar solo y sobre todo el desorden. Su capacidad de encontrar el patrón en el caos le invita a crearlo y en la policía eso no siempre tiene consecuencias favorables. Tily por su parte es una perfecta matemática y programadora que tiene que dar patrones a la realidad para comprenderla, por ello sus habilidades sociales son diferentes. Caos y orden se unen para ofrecernos la tensión perfecta para continuar esa narración. El punto medio entre ambos será la inspectora Flynn, una mujer que, sin ser excesivamente relevante, nos enseña lo difícil que es gestionar ambos extremos y no morir en el intento.

El thriller y la prueba

Muchas veces me pregunto, y espero que no se me entienda mal, si los lectores que leemos este género no estamos ya exigiéndole demasiado. En un puzle de mil piezas las piezas siguen siendo las mismas y lo que cambia es la imagen, eso es lo que lo hace complicado, pero en una novela al final la última pieza siempre es el asesino y se descubre por descarte. 

Todo esto viene porque quizá lo que menos me ha gustado del libro ha sido descubrir al asesino tan pronto, pero no sé si es algo que pueda criticar del libro o a mí misma.

En cualquier caso, como se dice con los viajes, lo interesante es el camino y no el destino, y es por ello por lo que creo que este libro destaca bastante y se ha llevado el CWA Gold Dagger al mejor thriller de 2019. Y es que ese camino de la investigación aparece muy bien pautado en la novela: deducciones, pruebas y conjeturas se plantean de tal manera que el lector es un miembro más del equipo. A esto añadimos las personalidades de Poe y Tily, que por su cercanía pronto se convierte en nuestros compañeros de viaje, y añadimos ciertos elementos de desconcierto y tensión que nos hacen que al pasar la página deseemos que no haya pasado nada (o que haya pasado ya, por dios).

La clave: maravillosa regla del nueve

Como habréis podido deducir la novela me ha gustado porque me ha tenido pegada a sus páginas desde la primera hasta la última. La manera de conseguirlo ha sido bastante sencilla, ha conseguido que todos los personajes fueran objetivo del asesino y se han añadido elementos que han tocado/herido la sensibilidad del lector (las descripciones sobre la combustión de la carne humana son apasionantes). Además, con el carácter de los personajes y su contraposición, el autor ha conseguido que la tensión fuera más allá de la acción y pasara también a los diálogos provocando situaciones cómicas, trágicas y tensas que provocaban que la página pasara sola.

Si tuviera que destacar algo que no me haya gustado diría que es el hecho de que supe pronto quién era el asesino, pero planteo la cuestión anterior, ¿hasta qué punto eso es problemático? Si a todo lo demás, añadimos un estilo sencillo, minucioso en los detalles, pero no hasta la saturación, sino a la visualización por parte del lector, nos encontramos una novela que nos va a dar horas de lectura placentera sin duda. Espero que os animéis con la novela porque desde el novato hasta el veterano disfrutarán de ella.

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Puntuación: