[Reseña] La incomodidad terapéutica. Sobre ‘El verano que me llevó a ti’ de Patricia Reverté

Qué difícil es conocernos a nosotros mismos, sobre todo cuando no hemos empezado a hacerlo. Creo que el atreverse a hacerlo solo se consigue cuando nos encontramos ante situaciones complicadas y en algunas ocasiones, por muy bien que lo intentemos hacer, no salimos bien parados. En estos casos solemos encontrarnos cosas que no nos esperábamos de nosotros mismos y que no nos gustan.

Este proceso es el que vivimos con el protagonista de esta historia. Situados en el paso dos, cuando descubrimos las consecuencias terribles en nosotros de aquello que nos ha pasado, nos aventuramos en la novela El verano que me llevó a ti de Patricia Reverté, Premio Literario de Amazon de 2019. En ella, Dani descubrirá no solo que está roto, sino que arreglarse depende de cuán valiente vuelva a ser.

Aquel mes de agosto me regaló muchas primeras veces; mi primera vez de acampada, mi primera escapada de madrugada, mi primer pícnic en un mirador... Me regaló hasta una familia nueva, aquella que iba junto con mi padrastro.

Conocerlos fue un paso difícil, estaba pasando por uno de los peores momentos de mi vida y mi salud mental no me permitía estar en paz. Sólo pensaba en esconderme, en aislarme, en alejarme... pero él no iba a dejar que siguiera hundiéndome.

Y, él, con su carácter arrollador, se propuso conocerme y llegar a mí a pesar de mis rechazos y excusas. Quería hacerme recuperar la sonrisa. Por mucho que lo negara, su compañía me traía paz.

Marcos estaba orgulloso de ser cómo era, no se escondía, no tenía miedo, ni siquiera ser gay le suponía un problema. Pero yo... yo me odiaba a mí mismo y odiaba a aquellos que me habían roto, que con el bullying habían logrado que terminara haciendo daño a los que más quería. Así que decidí fingir. Pero no se puede huir para siempre, y menos de alguien como Marcos.

El verano pasó volando

La madre de Dani se acaba de casar y van a pasar su primer verano con la familia de Carlos, su marido. A Dani no le entusiasma, gente que no conoce y en las situación en la que se encuentra…, pero desea ver a su madre feliz. Allí está en la finca de una familia que lo acoge como uno más,  pero a la que no conoce, todo es extraño. Además, la cosa se complica cuando aparece Marcos, su primo postizo, que lo mira como queriendo averiguar todo de él, todo aquello que Dani quiere ocultar. Esa incomodidad cómoda que le está volviendo un poco loco.

Y así comienza la novela de una historia lenta, bonita, pero dolorosa, ya que no pararemos hasta llegar a descubrir qué es lo que ha roto a Dani de tal manera que casi no puede ni vivir.

Dani es un muchacho tímido, que no se encuentra en su mejor momento. Con asignaturas suspensas para septiembre en el último año de instituto, sufre ataques de ansiedad y está recibiendo asistencia psicológica. Por otro lado encontramos a Marcos, un muchacho que vive la vida y la disfruta a cada momento, por eso no puede dejar de sentir curiosidad por Dani. ¿Qué le pasa?, y, sobre todo ¿puedo ayudarle? Estas preguntas le llevarán a acercarse más y más a Dani hasta casi quebrarlo. Por su parte, Dani se fija en Marcos, cómo ha conseguido vivir así de ¿libre?

Así, poco a poco ambos chicos irán conociéndose, como familia postiza, claro, pero también como un polo opuesto que se permite sentir y vivir de una manera completamente distinta al otro. Para poder llevarnos a través de esta relación, además, la autora nos ha ofrecido un lenguaje sencillo con mensajes muy claros que nos invitan a avanzar con un ritmo muy rápido. Así el verano pasa volando, quizá un poco más deprisa de lo que me hubiera gustado a mí, y cada piedra en el camino es un reto y meta para los dos chicos.

Un protagonista complejo

Sin embargo, aunque la historia la he devorado y me ha gustado, reconozco que no comulgo con el protagonista. El planteamiento era complejo, ya que una persona con problemas psicológicos puede desbordarse por cualquier extremo. En el caso de Dani creo que se desborda en la parte de víctima, no tanto hacia los demás, sino para consigo mismo. Todo es tan tremendo para él, tanto que incluso a veces lo veo ñoño, y no porque necesite de su madre o llore, cuidado que entiendo su planteamiento, pero en ningún momento se plantea que sí pueda o, al menos finja que sí puede. A lo mejor os parejo muy fría o que no conozco la realidad de esos casos, aunque eso no es verdad, pero me ha agotado a sobremanera que se centrara en lo mal que le iba y el daño y lo víctima todo el rato.

No obstante, cuando la narración proseguía la trama me parecía un personaje completamente lógico. Cuando siente inseguridades por Marcos, cuando reflexiona sobre los amigos que ha hecho, tiene pensamientos negativos, sí, pero muy lógicos, con el nivel de inseguridad que tiene. También me ha parecido lógico y muy bien hechos los arranques de ira, la idea de hacer daño antes para que no te lo hagan a ti, ese reconocer que se está roto que creo que es uno de los puntos clave de la novela. Quizá sea que está un poco exagerado el sentimiento de daño que tiene Dani y por eso no me ha terminado de convencer. Pero, como digo siempre, puede que sea percepción mía, que tengo el corazón de roca.

El entorno, lo que les rodea 

Y lo curioso es que me ha pasado algo con esta novela que no suele pasarme y es que el ambiente y los personajes secundarios me han encantado. En un ambiente veraniego totalmente definido y con unos secundarios de los que te acuerdas, la historia se completa a la perfección. Los hay buenos y malos, y, sin embargo, comprendes a todos, eres capaz de odiarlos o de que te caigan bien. En este sentido me parece que el trabajo de Patricia dando vida es fenomenal. De hecho, me han interesado sus vidas, sus opiniones y sus reacciones.

Y llega septiembre

Creo que más allá de mi pero con el protagonista, me parece que es una novela que está muy bien llevada. La prosa es ágil fluida, te lleva por donde quiere y hasta donde quiere, y lo más importante, lo compras. Además, los personajes, todos, están currados te caen simpáticos o no y quieres saber más de ellos. Dani es un chico con mil peros, pero que cuando actúa está guay  y Marcos es un chico que da lo que promete, alegría y protección.

En definitiva, El verano que me llevó a ti es una bonita historia de amor, refrescante, rápida y reconfortante que nos hará olvidarnos un poco de todo lo que nos rodea y pensar en lo que está por venir. ¿Te animas a mirar las estrellas?

El libro en el Bolsillo

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