[Reseña] Lo simbólico de la apertura. Sobre ‘Soñar con la superficie’ de Louise O’Neill

Ser lo que no somos, hacer coincidir lo que vemos con lo que pensamos, ajustarnos a lo que lo demás ven o queremos que vean. Estas afirmaciones se pueden llevar a muchos planos, tantos que quedarse en la superficie llega a ser ridículo. Esta es la lectura que me contaron en el instituto cuando hablamos de La sirenita, una interpretación que en su momento me sonó a cuento chino, pero que a medida que he ido creciendo he comprobado que podía ser más acertada de lo que sospechaba.

En el caso de Louise O’Neill, lo ha tenido claro con su Soñar con la superficie, la sirenita no simboliza solo aquello que no somos a nivel estético (de ahí que en Disney la Bruja del mar fuera gorda), sino aquello que no somos a nivel conceptual. En este sentido la obra me ha gustado por el tema que planta encima de la mesa, aunque no me ha gustado tanto en su ejecución narrativa. Es un libro que transmite mucho, sí, pero que nos presenta una historia flojita.

¿Crees que conoces la historia de La sirenita? Tal vez deberías pensarlo mejor... 

En el fondo del mar, a cierta distancia de la fría costa irlandesa, vive Gaia, una joven sirena que sueña con liberarse de un padre autoritario. La primera vez que sube a la superficie se siente atraída por un chico humano y anhela unirse a su mundo sin preocupaciones, pero ¿cuánto tendrá que sacrificar?

¿Qué deberá hacer la sirenita para encontrar su voz?

Un libro con trasfondos profundamente sombríos, lleno de rabia y gritos de arenga: una narración extraordinaria.

Una nueva visión del cuento de hadas de Hans Christian Andersen a través de una incisiva mirada feminista, dotada de un estilo deslumbrante y agudo y de la habilidad para construir mundos que le han conseguido a la autora legiones de leales admiradores.

En sí la historia

Muirgen, sexta hija del Rey del mar, celebra su quince cumpleaños. Para una sirena es un momento importante, ya que a partir de ese momento se les permite subir a la superficie. Además, en el caso de Gaia, nombre que puso su madre a Muirgen, es más importante porque supone ver el motivo por el que su madre desapareció. Como todos sabemos la historia sabemos lo que pasa cuando sube a la superficie, aunque quizá no podamos imaginar si hay maldad o bondad en sus actos.

Y es que el cuento lo sabemos todas, más o menos nos podemos imaginar por dónde va, pero lo que nos sorprende de esta trama son las condiciones de vida y la idiosincrasia del mundo de Muirgen antes de conseguir sus patitas.

Por eso os decía más arriba, la historia no es más que la verdadera historia de La sirenita, un poco modernizada, ya que Eric (en este caso Oliver) no es un príncipe sino el hijo de un empresario naviero y el palacio y el barco son una mansión y un yate. La actitud que tendrá Muirgen y Oliver estarán adaptada al mundo contemporáneo, pero poco más. A nivel de trama será algo así como «crónica de una muerte anunciada».

Pero en sí los temas

Ahora bien, si a nivel de historia no me ha dicho nada, a nivel de reivindicación y discurso sí que me ha gustado. Es decir, no nos mantiene pegado a sus páginas porque sea una historia trepidante, sino porque estamos leyendo una reflexión sobre la condición femenina que a mí me ha parecido muy interesante.

Para ello se nos da una ambientación: el machismo inherente al Rey del mar, que clasifica cada noche y muestra su afecto en función de su belleza, y el deseo de los sirenos de deshacerse de aquellas «mujeres» (las rusalcas) que tienen algo que reprocharles, que son protegidas por Ceto, la Bruja del mar.

Es en este conflicto donde se desarrolla la historia, no solo de Gaia, sino de Cosima, de Nia, de Viola, incluso, ya que todas ellas serán los diferentes rostros que nos muestren las consecuencias que este sistema en la mujer. Así, no solo la belleza a nivel estético, sino el deseo, los celos, la ambición o el engaño de amor serán los temas que se desarrollen en esa trama que todos conocemos. En este sentido el libro está muy logrado, ya que ha conseguido cargar de significaciones nuevas a los acontecimientos que ya conocíamos.

Soñar con la superficie, la explicación de un título

Aquí me permito mi pequeño rincón a la interpretación. Esa superficie que se cita no es la superficie en la que piensa Gaia, es justo la idea de lo ilusorio de ella. La superficie no será solo la parte estética de la mujer, que tenga que ser delgada, con buenos pechos, una cara bonita; esa superficie también menciona a otros rasgos de los que no somos conscientes, pero en los cuales caemos, significa ser callada, saber escuchar, ser refinada, no dar tu opinión, ser buena madre, ser buena hija, ser heterosexual, no ser una viciosa, renunciar al poder (porque no es propio de mujeres), tener hijos, mostrar obediencia, asumir que le hombre elige y, sobre todo, y aunque os parezca increíble, no volverte loca.

Y es que una de las cosas más típicamente atribuida a la mujer ha sido la capacidad, entendido como defecto más bien, de sufrir psicológicamente y, además, de ser culpa nuestra. Las rusalcas son una representación perfecta de esa idea que en la literatura ha estado buceando desde siempre, y, en este aspecto el final de la novela es espectacular.

Pero, yendo a lo que vamos

La historia de Gaia/Muirgen es la historia de La Sirenita que conocemos por Andersen con alguna interpretación hecha por la edulcorada de Disney. En este sentido la historia no nos va a sorprender en absoluto e incluso nos va a parecer un poco sacada de quicio en algún momento.

La primera parte donde se nos desarrolla toda la ambientación del reino del Rey del mar está muy lograda, hay una jerarquía patriarcal mucho más definida y reflexionada en cuanto a sus consecuencias. En el interludio, cuando la sirenita acude a la Reina del mar, encontraremos ya las primeras reivindicaciones a todas esas cuestiones que planteábamos más arriba y por tanto supondrá nos dará el sentido de lectura del resto de la novela. En la segunda parte, cuando la sirenita llega a la superficie, volveremos al cuento de Andersen adaptado a nuestros días y en este sentido veremos concretadas muchas de las advertencias de la Bruja.

En este aspecto, cabe destacar que el personaje de la Bruja se ve renovado y pocos serán los que no se pongan de su parte en contra de Muirgen. El final una reivindicación estupenda, pero sin cambios a nivel de trama.

En definitiva, una historia que ya hemos leído, escrita muy bien, con agilidad, buen estilo y buenas ideas, pero sin novedades que nos hagan pensar en un retelling. Más bien una lectura muy muy explícita del cuento que ya conocíamos todos. No seré yo quien diga que no lo leáis, si lo hacéis espero vuestros comentarios.

El libro en el Bolsillo

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