[LC] Counting Stars. Sobre ’33 razones para volver a verte’ de Alice Kellen

Dentro del género de romántica, para mí Alice Kellen ha sido un gran descubrimiento. Recuerdo perfectamente que comencé su bilogía Deja que ocurra en el mes de enero de este año y que pensé que no iba a meterme porque me hablaba de un verano en pleno invierno. Sin embargo, me encantó su estilo y la historia de Leah y Axel me pareció  una de las más bonitas que he leído nunca. Después, no quise volver a leer nada de la autora por miedo a que se rompiera la magia, pero cuando llegó el verano y me propusieron dos LC de ella, me pareció lo más natural.

Sigo aquí, así que imaginaréis que la magia no se ha roto, aunque es verdad que le ha salido  alguna grieta. En el club de lectura de Entre  Lecturas hemos leído en este mes de agosto 33  razones para volver a verte de Alice Kellen. Vamos a ello.

Mike, Rachel, Luke y Jason han sido amigos inseparables desde pequeños. Pero sus caminos se alejaron cuando Rachel cometió el error de enamorarse del chico equivocado, Mike, que terminó traicionando a la única persona que siempre estuvo dispuesta a arriesgarlo todo por él.

Cinco años después, el destino vuelve a unirlos; pero ahora Rachel ha cambiado, es tan arisca como su gato Mantequilla y ya no se permite confiar en nadie. Por eso, a pesar de estar a punto de ser desahuciada, lo último que desea es dejarse convencer para mudarse con ellos. ¿Cómo podría mantener su corazón intacto y a salvo viviendo bajo el mismo techo que Mike? Sabe que esconde secretos y que su mirada gris es capaz de despertar todos los recuerdos que ella lleva tanto tiempo intentando olvidar.

Intensidad, después vacío

Rachel ha llegado nueva al vecindario, no quería mudarse pero su padre necesitaba alejarse de su antiguo hogar. Por eso, aquella tarde en la que vio a esos tres chicos jugando al béisbol solo se quedó sentada en la acera mirando. Así conoció a Jason, Luke  y Mike, amigos para siempre, los mejores, hasta que este último la fastidia de verdad. Cinco años después, habiendo construido una coraza entorno a ella, se vuelve a encontrar con ellos. ¿Cómo va a renunciar al hogar? ¿Cómo va a poder defenderse de Mike?

En dos tiempos consecutivos se coordina esta historia que comienza en la infancia de los cuatro niños e irá saltando en la narración de su amistad hasta detenerse en su último año de instituto. Por otro lado, después de una elipsis de cinco años, llegaremos a su presente adulto, donde desde la perspectiva de Rachel conoceremos qué ha sucedido en estos cinco años y por qué le supone un mundo el reencuentro con Jason, Luke y Mike. 

En la primera parte, la narración se centra en contarnos cómo se forja su amistad. Con cada uno de ellos tendrá momentos especiales, pero pronto veremos que Mike, ese niño que se burlaba de ella, es el chico del que Rachel se enamora. La narración aunque rápida y ágil no se deja nada suelto y permite que nos hagamos una idea no solo de la amistad sino de la atmósfera que rodeaba al cuarteto. La pasión por la música, la relación con los padres y los sueños de futuro inundarán esta primera parte de la narración.

En la segunda, la más extensa, encontramos que aquellos sueños se han roto y, en mi opinión, se pierde intensidad… o hay demasiada. No sé cómo explicároslo. La historia se centra en cómo Rachel tiene que lidiar con mantener los sentimientos encerrados para que no le hagan daño, esto la lleva, tal y como yo lo he recibido en la narración, ha hacer una cosa y la contraría todo el rato, así que en ese sentido la narración tiene tensión dramática, claro, porque estás todo el rato viendo por dónde va a salir pero, por otro lado, a nivel de contenido, lo que encontramos es el vacío porque en sí no pasa nada y casi apenas evoluciona Rachel.

El antagonista como guía

Y me parece curioso que en esta segunda parte, a pesar de que la protagonista es Rachel, me haya fijado y preocupado mucho más por Mike. Creo que el personaje masculino es el que tira en este caso de la narración y no lo hace desde el canalleo, sino desde el sentimiento puro. No sé si es que en esta narración he cogido manía a la protagonista, pero es verdad que a pesar de todo lo que ocultaba Mike y de las acciones algo chulescas, quizá, le entendía más a él que a ella. Bueno, de hecho, entendía mucho más las acciones de Jason, Luke y Mike que las de Rachel.

Más allá de esto, tengo  que admitir que los personajes están muy bien trabajados y que transmiten muchísimo. En este caso, todos los secundarios me han destacado una barbaridad, aunque  su intervención fuera breve, estaba muy bien implementada y confería a la trama mucho solidez. A esto le añadimos el estilo de Kellen, que es fantástico, ágil, directo y sin miedo a mostrar los sentimientos, y tenemos una novela que, aunque no sea de mis favoritas, no está nada mal.

La densidad en la intensidad

33 razones para volver a verte es una novela bonita, que te toca los sentimientos y que nos presenta unos personajes de los que te enganchas sin duda, como le pasa normalmente a la autora. Sin embargo, es verdad que dentro de esa intensidad a la que estamos acostumbrados esta se vuelve un poco densa y lo que más le ha faltado, para mí que he leído de la autora, pero no todo, es esa frescura que derrocha en otras novelas. No significa que esta esté demasiado llena y las otras vacías, es más el modo de narrar.

No obstante, en esa maraña encontramos una historia donde el concederse una segunda oportunidad y perdonarse a sí mismo es lo principal y donde el lector puede unir su corazoncito al de Rachel o Mike. Leeré el resto de novelas de la trilogía, ya que Jason y Luke me han enamorado también. Espero que os animéis a pesar de todo, porque Alice siempre merece la pena.

El libro en el Bolsillo

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