[LC] Formas de violencia. Sobre ‘Todo oscuro, sin estrellas’ de Stephen King

La violencia es la acción de violar a una persona sea cual sea la manera de agresión ejecutada. Son múltiples las formas de ejercerla que conocemos día a día a través de la televisión e incluso de la cultura y dependiendo de la forma podemos concluir en un tipo de miedo u otro. El miedo a la soledad, el miedo a la vergüenza, al dolor, a la injusticia, etc., y en muchos casos es este sentimiento el que nos lleva, más allá de lo civilizado, a plantearnos una solución para el agravio.

Este será el punto de partida de la antología de relatos que nos trae hoy aquí. Stephen King en su Todo oscuro, sin estrellas tomará como punto de partida la violencia, justificada o no, a la mujer o motivada por una mujer y desvelará esa solución que equilibre el agravio. Lo he leído gracias al grupo de Stephen King de Oasis Literario y, la verdad, no conocía a King en relato, ha sido algo diferente. 

Cuatro venganzas. Cuatro castigos. Cuatro historias que no podrás olvidar. «1922» es el primer relato de este cuarteto hipnotizador y desasosegante. 

El desconocido que habita en Wilfred Leland James despierta el día que su esposa, Arlette, le anuncia que planea vender el terreno que acaba de heredar y trasladarse a la ciudad. En «Camionero grande» Tess, una escritora de novelas de intriga, se ve obligada a aceptar la ayuda de un desconocido cuando, una mañana, tiene un pinchazo. «Una extensión justa», nos presenta a Harry Streeter, un enfermo de cáncer que hace un desconcertante pacto para evitar la mortal enfermedad. Y finalmente conoceremos a Darcy Anderson en «Un buen matrimonio». Darcy lleva veinte años casada con Bob. Su vida es tranquila, algo aburrida, hasta que un día, trasteando en el garaje, descubre una caja de su marido cuyo contenido es tan horrendo como el interior del hombre con el que comparte casa.

Reunión de acontecimientos

 Si algo caracteriza a todos los relatos de King de esta antología es que el punto de partida, de una manera o de otra, es una mujer. En cada uno de los relatos la violencia es ejercida sobre ellas bien por la enfermedad mental del personaje masculino, bien por una desavenencia en algún punto de la convivencia con este, y creo que este es el punto terrorífico en común, ya que la justificación se puede tomar o no, pero está ahí. No es un matar por matar, no es un algo sobrenatural que te gobierna, es el simple y llano: «has hecho esto, yo siento esto y, por tanto, te hago esto otro». No obstante, es muy interesante ver cómo se concreta en cada uno de estos relatos la violencia.

Cabe decir que a pesar de que podáis creer que lo que viene a continuación son spoilers la información viene en la propia sinopsis del libro.

«1922»

En este fatídico año Wilfred decide matar a su mujer, su objetivo con la confesión es explicarnos por qué lo hizo y cómo ha sido castigado por ello. Arlette, con la que tiene un matrimonio normal, recibe una oferta para vender las tierras de su padre, ella quiere el dinero para largarse de la granja y vivir en la ciudad. Su marido se opone porque no quiere dejar las tierras de su propio padre y, además, porque lo que van a construir será un matadero de cerdos lo que irá en perjuicio de sus cultivos.

Desde un punto de vista objetivo, entendemos que es bastante lógica la postura de Wilfred y egoísta la de Arlette y bien es verdad que esto no justifica un asesinato, pero sí al menos la oposición del protagonista. La cuestión es en cuál es el castigo de este después del asesinato y es ahí donde comenzamos a sentir el desasosiego, la angustia y sobre todo la crispación.

Personalmente, es un relato que por el tema en sí me pareció interesante, ese intentar justificar una crueldad desmesurada, esa condena también desmesurada, pero a nivel estilístico se me hizo cuesta arriba. Es un relato, por lo que su extensión no es muy grande, pero King se demora mucho en la descripción de un ambiente que en realidad en la acción, luego, no opera tanto.

«Camionero grande»

Tess acude a dar una conferencia a un pueblo. A la vuelta, intentando atajar, entra en una carretera donde sufre un pinchazo y un camionero la socorre, pero se aprovecha de la situación para violarla.

En este caso la justificación no la sabremos desde el principio y, desde luego, el lector estará de parte de Tess durante todo el relato, ¿o no? Es uno de los que más me han gustado. Dividido en dos partes, la primera la conferencia y el encuentro con el camionero, y la segunda el post-encuentro, veremos como poco a poco la protagonista va saliéndose de sí misma para poder asimilar lo que le está sucediendo. Aquí el equilibro se restablece rompiendo todas las normas de la civilización y esto nos hace plantearnos cuán justo es que se salten dichas normas. A nivel de estilo, me ha gustado, ha llevado el ritmo, la parte de ambientación la ha ligado a los sentimientos y sensaciones de la protagonista y gracias a ello no se me ha hecho pesado en ningún momento.

«La extensión justa»

En él, un hombre con cáncer terminal se encuentra con un vendedor particular que le vende el resto de su vida sin enfermedad a cambio de odio.

Así de primeras, puede parecernos un relato simplón, pero lo cierto es que King desarrollar en él todos esos pensamientos terribles que tenemos hacia personas muy cercanas. En este sentido me ha parecido muy original, pero es verdad que se vuelve tedioso, ya que no dejas de pensar que al final es un catálogo de desgracias que encima se agravan porque son deseadas o justificadas por alguien.

«Un buen matrimonio»

¿Qué es lo que se necesita para decir que un matrimonio es bueno? Eso es lo que se pregunta Darcy cuando, después de veintisiete años de casada encuentra evidencias de que su marido tiene una vida oculta donde imperan la violencia y el asesinato.

En este último relato de la antología, encontramos no solo ya violencia y equilibrio, sino una cuestión muy interesante, ¿qué harías tú en mi lugar?, ¿cuánto estarías dispuesta a perdonar o justificar? Y como cumbre a todos los relatos cabe decir que es muy acertado tendernos la mano. Sin embargo, y desgraciadamente, el final no termina de ser redondo, bajo mi punto de vista, ya que se busca una redención que no es necesaria ni para nosotros que ya hemos leído y nos hemos ido formando nuestras opiniones, ni para los personajes del propio relato. Quizá lo colocaría en segundo lugar porque es verdad que los personajes en él tiene mucha potencia y son muy redondos.

King en relato

Recomendar o no recomendar, he ahí la cuestión. La verdad es que me he encontrado un King diferente en su versión corta. De los cuatro relatos, los dos que me han gustado, ha sido porque King conseguía unir el entorno al personaje, como suele hacer en sus novelas. En los otros dos («1922» y «La extensión justa») King se ha recreado en su parte más cruel, quizá hasta más fantasiosa y en esos casos creo que necesita o más páginas (para desarrollar en el segundo más sobre ese vendedor que compra odio) o más concreción en los sucesos (como en el primero).

Recomiendo la antología, porque, a pesar de mis peros, es King y el hombre escribe muy bien, te transporta al lugar y te hace sentir cosas. Además, como son relatos cortos no es algo que nos vaya a condenar a la eternidad. Eso sí, recomendado con los peros que he dicho y con la motivación para crearos vosotros vuestro propio juicio. Espero que os lancéis a la violencia.

El libro en el Bolsillo

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