[Reseña] Dejarse vivir. Sobre ‘El bizarro acto de la chica medusa’ de Jerzy P. Suchocki

Una de las cosas que nos puede ser más difíciles a lo largo de la vida es entendernos y aceptarnos tal y como somos. Sabemos que no siempre tenemos buenos sentimientos o actitudes y que estos quizá deberían ser evitados, sin embargo, creo que si no los conocemos o no somos conscientes de ellos no podremos actuar. La problemática aumenta si una vez conocidos dedicamos un sobreesfuerzo a evitarlo, ya que agotamos energías y no suele dar resultados.

Nuestra protagonista de hoy, Elsa Ludgate, lo tiene bastante difícil, ya que, perteneciendo a este segundo grupo, su defecto es un poquito más peligroso. Hoy presentamos con todos ustedes El bizarro acto de la chica medusa de Jerzy P. Suchocki, una novela con un toque diferente de alegría triste que se presenta al Premio Literario Amazon.

Francia, años 30. Elsa Ludgate es una solitaria joven que trabaja como ayudante en una tienda de abarrotes y la cual tiene la inexplicable condición de poseer un tacto capaz de generar grandes descargas eléctricas al momento de sentirse acelerada. 

Esto le ha hecho llevar una vida errante y aislada, en la que busca evitar cualquier emoción fuerte para no meterse en problemas. Sin embargo, cuando su estrategia de llevar una vida sin emociones falla tras un extraño incidente, se ve en necesidad de dejar su ciudad y unirse a un circo en decadencia que buscará convertirla en su nueva atracción: la Chica Medusa. A partir de esto, Elsa comenzará a experimentar una serie de situaciones que la harán comprender la verdadera naturaleza de su condición y a sí misma.

Entreguerras

Francia después de la Primer Guerra Mundial. Elsa Ludgate nunca ha sido una chica normal, desde que huyó de su familia vivió dando tumbos hasta que se asentó en la tienda de ultramarinos de monsieur Reno. Dos años ha pasado consiguiendo controlar su condición: Elsa descarga electricidad a través de su piel, sin embargo, un farol, el circo y el temor a dañar a alguien la llevan a subirse al tren del señor Vacaretti y convertirse en el nuevo espectáculo del circo.

De este modo, comienza la historia de Elsa, una historia que es bonita y triste a la vez, que nos sitúa en los albores de la Segunda Guerra Mundial. Aunque esta no se deja ver demasiado, porque como los propios personajes nos dicen, su vida es el circo  y no lo que suceda en sus países, ese toque de decadencia y terror se puede contemplar en la novela. El dolor de Elsa por una soledad autoimpuesta es el reflejo del aislamiento de las naciones ante todo aquello que no era autóctono.

En este ambiente, Elsa tendrá dos misiones vitales: no herir a nadie, no sentir nada. Esta será la trama principal de la novela, cómo Elsa a pesar de su resistencia, comienza a sentir y a ver el mundo con nuevos ojos. El circo entonces se convierte en un pilar clave para esta evolución, ya que no solo acepta a Elsa como es, sino que la informa de las venturas y desventuras del mundo. Un mundo tan divertido como peligroso, como ella misma.

Un mundo por descubrir

Y es que la vida en el circo, o al menos su mito, está muy bien representado. Si bien es verdad que a lo largo de la novela aparece el concepto de fenómeno y este solo es aplicable a Elsa (a mí me hubiera gustado que hubiera habido más fenómenos reales), nos encontramos los elementos de todo circo de la primera mitad de siglo.

Y ya no eso, sino que la inestabilidad de vivir en una ciudad y en otra, la huida de los asuntos pendientes o la historia de cómo se unen al circo diferentes personajes están muy logradas y se presentan con un toque de humor silencioso que acompaña al lector en sus páginas.

El agua y la mecánica

A nivel formal, la novela se nos presenta de una manera muy particular. Como una mezcla entre La forma del agua y La mecánica del corazón, en ella se entrelazan el sobrecogimiento por lo insólito y lo desconocido, pero a la vez fascinante; con la realidad del proceso del sentimiento, qué es necesario para sentir, cuál es el proceso para amar. Elsa será el epítome de esta conjunción, pero veremos que en todos los personajes, que por otra parte tienen una construcción muy realista y representativa, también se sucede esta mezcla.

Para dar forma a todo esto, el autor ha empleado un estilo fluido, tranquilo y moroso, casi en el que flotar, que te invita a seguir descubriendo el mundo que se ha planteado. Es cierto que en la obra encontraremos algún fallo de ortotipografía que el autor debería revisar, pero más allá de ello, la historia de Elsa merece la pena.

La chica medusa

En definitiva, nos encontramos ante una obra delicada y bella que nos hará comprender cuán importante es que nos aceptemos a nosotros mismos. Elsa, Jacub y el resto de personajes serán un buen reflejo de las diferentes incertidumbres que nos encontramos en la vida: a quién amamos, los estragos de la guerra, la necesidad de superarse… Disfrutaremos no solo de conocer, sino también de vivir el circo y sus historias desde dentro.

Además, el estilo del autor como ya he mencionado es fluido y directo, haciendo que veamos todo nuestro alrededor y entremos de lleno en las historia. Un cuento de circo donde se ríe, se llora y nos maravillamos con los fenómenos, sobre todo con La chica medusa. Espero que os guste.

El libro en el Bolsillo

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