[Reseña] Fuente de vida. Sobre ‘Vitae: No te enamores de un monstruo’ de A. G. Dones

Vivir condicionado por algo que es inherente a nosotros no es algo que se pueda llevar con naturalidad, o al menos no con la misma que si no existiera. La sensación de defecto es algo que puede minar mucho a la persona y que puede provocar que, a pesar de que su problema no implique nada o ninguna dificultad, se encierre en sí misma y no se vea capaz de disfrutar de todo que le rodea de manera normal.

Nuestra protagonista de hoy tendrá este problema, quizá no tanto por ella misma como por su entorno. Su novela es Vitae: No te enamores de un monstruo escrita por A. G. Dones y publicada por Amazon. Hoy mismo ha salido a la venta y nos promete una lectura curiosa.

Morir es inevitable. Pero cuando eres tú quien elige cómo hacerlo, algo de ti mismo permanece vivo para siempre.

En el cementerio de Los Fresnos hay un centenar de nichos vacíos donde deberían descansar las víctimas de una oleada de desapariciones. Lidia, una joven atormentada por un accidente del pasado, lucha contra una extraña enfermedad que parece no dejar de avanzar.

¿Podrá ella devolverles la paz a las almas de los desaparecidos y a las de sus familias?

Ese algo que nos acecha

Lidia no ha vuelto a ser igual desde el accidente de autobús que tuvo hace diez años. Su pánico a volver a montarse en uno, las extrañas desapariciones que se están sucediendo en Los Fresnos y el empeoramiento de su enfermedad, surgida a partir del accidente, están provocándole cambios de humor que no puede explicar. Cuando todo empieza a desmoronarse, ¿qué se puede hacer?

Con un planteamiento donde se ponen sobre la mesa muchos detalles a tener en cuenta, la novela nos contará la vida de Lidia, una muchacha que, si bien tiene una vida normal (trabajo, padres pesados e inquietudes), está condicionada por la enfermedad que le detectaron tras un accidente. La problemática comienza cuando ella empieza a tener efectos secundarios por su tratamiento y la realidad y el sueño se difuminan.

A esto debe añadirse que, de manera simultánea, en su ciudad se están viviendo desapariciones que lo único que dejan tras de sí son gotas de sangre. Así que, a esa tensión personal por controlar lo que le pasa a su cuerpo, tendrá que añadirse la tensión en su día a día: no salir sola de casa, no salir de noche, no acercarse a determinados lugares, etc.

En estos parámetros en los que se desarrollará la historia que tratará de cuestiones como yo frente al mundo, la ruptura del mundo conocido (normalmente asociado a nuestra vida en familia) y el surgimiento de sentimientos descontrolados y altamente peligrosos, como el deseo o el amor.

Nuevos tiempos

Tras este planteamiento, la concreción de la novela tiene un buen desarrollo. Sin embargo, no sé si es que últimamente yo estoy muy quisquillosa, pero no entiendo por qué la acción se ha de reconcentrar al final de las novelas. Es como si para acabar una historia tuviera que acabar en lo más alto, y eso se traduce en lo frenético y  atropellado. No creo que deba ser así, pero es mi gusto personal.

Todo esto lo comento porque, como os decía, la novela tiene un buen desarrollo y una progresión de los acontecimientos estupenda, sabe ambientarte, presentarte a los personajes y que te quede clara la problemática sin que esté «sobrexplicada». Sin embargo, una vez que llegamos como al cuarenta por ciento de la novela, cuando ya todo establecido y entonces la trama debería avanzar, esta se ralentiza muchísimo como hasta el sesenta, setenta por cierto. Durante estas páginas, he sentido que la novela se embrolla y sucede más bien poco. Y sí, podemos entender que en esta parte de la novela se desarrollan las relaciones personales entre personajes, pero es cierto también que esto sería más grato de ver si a la vez la trama avanzara.

Después de este lapsus, nos encontraremos un final de novela interesante en cuanto al ritmo y la trama. Se descubre de qué va la cosa, aunque el lector lo puede imaginar antes, pero creo que se desarrolla de manera muy precipitada, a poco para acabar la novela. Quizá me hubiera gustado que algunos personajes se hubieran desarrollado más, que hubiera habido más actos con los personajes antagonistas.

Ese escalofrío

Lo cierto es que, a pesar de lo que he dicho, la lectura de Vitae es una experiencia interesante. Esto se consigue, sin dudan gracias al estilo de la autora que consigue que con un lenguaje sencillo entendamos lo que le pasa por la cabeza a sus personajes. Además, la agilidad en los diálogos y en las reacciones hace que el interés en la novela se mantenga.

Por otro lado, los personajes están logrados y en este caso, como ficción gótica que es, consigue que te lleguen a dar miedo, de hecho, casi todos. Desde la protagonista, de la que nos hace dudar constantemente, hasta el antagonista, el cual se va ganando tu confianza, aunque te recorre un escalofrío por la nuca. Junto a la ambientación hacen una muy buena combinación, aunque quizá le hubiera metido un pelín más de gore.

Tardes de terror y lectura

Después de dos días de lectura de la novela, la verdad, es que la recomiendo. Es una lectura que nos puede sacar de un bloqueo lector por su brevedad y la intensidad de la historia. Es ágil y rápida, a pesar de ese valle que he comentado antes en la trama, que a algunos gustará seguro. Además, es una novela que tiene unos temas muy interesantes: el sentirse acomplejado o sobreprotegido, el comienzo de una vida desde cero, etc. hacen que queramos cómo lo va a llevar la protagonista. Por otro lado, y como comentaba, la ambientación y el desarrollo de personajes hace que tengamos ese toque de terror (o al menos mal rollo) que nos invite a eso, a ver qué pasa. Espero que os animéis con él.

El Libro en el Bolsillo

Consigue la novela 👉: Vitae: No te enamores de un monstruo de A. G. Dones

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