[LC in Union] De buenos y malos. Sobre ‘Reina Roja’ de Juan Gómez-Jurado

A veces, cuando uno se queda dormido, hace cosas que parecen imposibles, pero oye se hacen. En mi caso, aún recuerdo aquella noche de la cuarentena en la que no había manera en la que me durmiera y terminé trasteando mi aplicación de Kindle para ver si me leí alguno de mis libros pendientes. Cuál fue mi sorpresa a la mañana siguiente cuando vi que tenía un correo de Amazon agradeciéndome la compra de un libro.

Ese es el libro que me trae hoy aquí y que mi pareja me propuso para leer conjuntamente para que la compra no fuera en balde. El susodicho es Reina Roja de Juan Gómez-Jurado, publicado por Planeta, y la verdad es que ha sido una lectura que, en algunos casos, nos ha traído de cabeza. Espero que os guste.

Antonia Scott es especial. Muy especial.

No es policía ni criminalista. Nunca ha empuñado un arma ni llevado una placa, y, sin embargo, ha resuelto decenas de crímenes.

Pero hace un tiempo que Antonia no sale de su ático de Lavapiés. Las cosas que ha perdido le importan mucho más que las que esperan ahí fuera.

Tampoco recibe visitas. Por eso no le gusta nada, nada, cuando escucha unos pasos desconocidos subiendo las escaleras hasta el último piso.

Sea quien sea, Antonia está segura de que viene a buscarla.

Y eso le gusta aún menos.

Los ricos también lloran

Jon ha sido cesado temporalmente de su puesto como policía, sin embargo, alguien se pone en contacto con él con una misión. Si consigue convencer a una mujer para que colabore con  una unidad especial de policía, él limpiará su expediente. ¿Se dejará convencer Antonia Scott después de lo que sucedió?

Y casi esta es la primera escena de Reina Roja, una historia que creo que tiene todo lo que tiene que tener quizá en demasía, pero que tiene de particular, y cercano, que se convierten en iconos-personaje altos miembros de la economía española. Sin duda, esta es una de las genialidades de la obra, la invención (y quizá cierta sátira) de un mundo que es el nuestro.

Así investigación comienza con un asesinato y un secuestro contrarreloj que Jon y Antonia tendrán que resolver. En este sentido, creo que la investigación está bien construida porque dándonos realmente solo dos casos consigue que se construya alrededor tanto el mito del villano como que se desarrolle la acción y que más o menos quede todo explicado.

Reivindicando lo pulp

Justo con esta idea, la del villano, cabe reconocer al autor que haya conseguido hacer una historia tan pulp en novela y en los tiempos que corren: el malo es muy malo, los buenos son buenos con peros y, sin embargo, hay un halo de nobleza en sus acciones (aunque estas sean pegar un puñetazo a un representante de la ley). Todo ello mezclado con las escenas terroríficamente descriptivas de tiroteos,  bombas;  con supuestos guiños humorísticos del personaje tonto o lento, que hacen que, sí, el género renazca de sus cenizas, aunque esto suponga también que levantemos un poquillo la caspa.

Extralimitando los límites

Soy sincera y siento que estoy diciendo sin decir, pero ya llegamos al estilo. En cuanto a él, pues sí, no es difícil de leer y es ágil, pero es verdad que, personalmente, he encontrado cierto toque de pedantez que no caracterizaba a ningún personaje, sino al propio autor. No haré la crítica de que se ve demasiado al autor en sus páginas porque no conozco tanto al autor como para decirlo y es una crítica que ya está superada. Sin embargo…, es verdad que la voz narradora no deja de darte la impresión de que es un poco… Además, las descripciones están bien, pero no sé hasta qué punto su pretensión de llegar a ser audiovisuales las favorece.

A esto añadimos, que sí la trama está muy bien, como ya he dicho, pero le sobran páginas por todas partes. Hay momentos en los que has leído sesenta páginas y muy bien escritas porque te las has leído sin padecerlas, pero es que el contenido es cero. Literalmente no ha pasado absolutamente nada y esto no sé a vosotros pero a mí me desespera mucho. 

No es que cada palabra tenga que tener un contenido de la leche, pero sí que es verdad que tampoco aprecio las intervenciones donde solo veo lo «culto» que es el autor.

Por el contrario, los personajes están muy muy muy bien desarrollados, sabemos cómo es cada uno de ellos y la verdad es que molan. Particularmente, a mí los protagonistas me han gustado especialmente porque, a pesar de todo este ruido que para mí tiene la novela, consigues conocerlos y no se les pega ese halo de prepotencia. Además, y de manera muy interesante, el autor consigue no incurrir del todo en el tópico: Antonia, sí, es un alma atormentada, pero no menosprecia al resto por ser menos inteligente que ella; Jon es torpón e inseguro, pero sabe sobreponerse y no cagarla; el malo sabe ser malo todo el tiempo y no incurre en el cliché del mundo me ha hecho así.

Confesiones finales

La verdad es que es un libro con el que no estaba muy emocionada. Normalmente cuando un libro del género se vuelve muy muy famoso suelo desconfiar. En este sentido, la lectura ha sido mejor de lo que esperaba, ya que sus protagonistas me han enganchado mucho, pero, por el contrario el estilo narrativo no me ha convencido para nada. Entiendo por qué es bestseller y por qué gusta tanto a la gente: tiene un estilo, como os decía, que es muy fácil de seguir y para leérselo de una sentada supongo que es lo ideal, pero creo que alarga la historia de manera innecesaria.

Sin embargo, a pesar de todo esto, lo recomiendo porque creo que os va a gustar. Por otro lado, confieso que pasa algo al final que me invita mucho mucho a querer leerme la siguiente parte (dentro de un tiempo eso sí), aunque me tema que volveré a sufrir la pedantez de la voz narradora. Espero que os animéis con él, de verdad.

El libro en el Bolsillo

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