[Reseña] Lo que la música esconde. Sobre ‘Remiendos del pasado’ de Marta Sebastián

No sé si será algo frecuente en general, pero el plantearme el qué pudo haber sido tanto para bien como para mal es algo que me persigue en los días malos. El pensar mínimamente que de haberlo hecho de otra manera me hubiera ido mejor, me reconcome un poco; por ello, cuando leo una novela donde alguien puede «volver atrás», siempre me quedo enganchada.

En este qué pudo haber sido y el porqué fue son en los que se desarrolla la novela que nos trae hoy aquí. Se llama Remiendos del pasado, publicada por Círculo Rojo, su autora es Marta Sebastián y he podido leerla gracias al Calendario de Adviento de estas últimas navidades organizado por Embajadores de Libros. Espero que os guste.

Carlos no puede quejarse de su vida, tiene trabajo y se ha ido a vivir con su novia, Vanessa; una chica dulce, lista y muy hermosa. Sin embargo sólo consigue sentirse realmente vivo cuando coge su guitarra y toca con el grupo de música que co-fundó con sus dos amigos de siempre, Ana y Javier. Cuando surge la idea de coger los bártulos e irse a tocar de pueblo en pueblo, tiene que plantearse cuál es la vida que quiere y cuáles son sus verdaderos sentimientos hacia Ana.

De sueños y elecciones

Carlos siempre ha soñado con triunfar en la música y parece que ese verano va a tener una oportunidad que, si al menos no lo cambia todo, en sí misma será un sueño cumplido. Sin embargo, para Vanessa, su novia, la música es justo un sueño, uno que no deja que Carlos se centre y madure. Además, está Ana, la cantante del grupo y exnovia de Carlos, y a la cual Vanessa no puede ni ver.

En esta encrucijada comienza nuestra novela que, como os imaginaréis, nos lleva por el camino de la música. Carlos decidirá irse con su grupo de toda la vida a hacer trabajos de pueblo en pueblo, iniciando de este modo el conflicto de la novela: qué es realmente ser maduro y qué es realmente cumplir un sueño.

Así, nuestro protagonista comienza a pensar cómo han sido sus relaciones y su camino en la música hasta ese momento. Porque sí, a pesar de que Carlos intenta separar su ruptura de la convivencia con Ana en esta «gira», lo cierto es que ella siempre ha estado a su lado como amiga, pero acude a su cabeza como algo más.

El pasado para el futuro

Así, la decisión que toma sobre su futuro, el atreverse a alcanzar sus sueños, se convierte también en la reflexión sobre una historia que se acabó y que quizá no debiera haberlo hecho. En este sentido acompañaremos a Carlos en su desarrollo psicológico, donde habrá errores, pero también aciertos que le llevarán a un punto muerto, donde no puede hacer más que decidir, a la vez que asistimos a su progreso musical.

Es este uno de los aspectos que más me ha gustado de la novela, ya que, aunque a veces Carlos nos pueda parecer un poco idiota, creo que nos ha presentado un personaje muy sincero y que suele ser consecuente con sus actos. Poco a poco va vislumbrando el futuro que quiere y le da miedo, por eso la fastidia. Sin embargo, el personaje de Ana no me ha terminado de caer bien, creo que ella obtiene lo que quiere y, aunque es cierto que ha sido una abnegada durante mucho tiempo, me da la sensación de que no sabía gestionar su problemática (vida familiar, etc.), provocando que Carlos se equivocara en la suya.

No puedo ahondar mucho en este pensamiento porque incurriría en spoiler, pero como último apunte sobre los personajes, diré que no creo que sean culpa de Ana las cosas que suceden, pero quizá sí el favorecer que sucedan.

Más allá de esto, sí que me ha gustado mucho también sentir que en la novela nos enseña que si quieres un futuro sólido, necesitas arreglar el pasado. No se trata de volver atrás y hacer lo que no hiciste, sino comprender lo que sucedió y reconciliarte con ello.

Detrás del escenario

A pesar de que la novela es corta, no llega a las doscientas páginas y creo que es un acierto porque la historia queda perfecta con esta longitud; la ambientación tiene una construcción muy lograda. Los escenarios serán tres, propiamente dichos, y están muy bien descritos, pero donde creo que gana potencia Marta es en la descripción del ambiente, de la sensación encima del escenario, detrás; la amistad dentro del grupo y la tensión por el tándem Ana-Carlos.

Para ello, encontramos un lenguaje muy natural, donde los diálogos y las acciones no están para nada sobreactuados, y donde nos podemos identificar con las emociones y sentimientos de los personajes. Además, con aquellos que son secundarios Marta es muy generosa y les deja el espacio para que podamos ver su personalidad y su importancia en la trama.

Disfrutar de lo sencillo

Lo cierto es que la novela me ha gustado. Es verdad que quizá no me destaque por encima de otras por la sencillez de la historia, pero, la verdad, a veces solo necesitamos lecturas que nos acompañen y nos hagan desconectar un poco de lo que nos rodea. Así ha sucedido con esta novela para mí, me ha dejado sentada leyendo en paz y me ha propuesto pensar que a veces nos equivocamos, pero a veces tiene remedio.

Os la recomiendo porque es una novela sencilla, con un lenguaje muy natural, una trama bien cuidada y unos personajes honestos. Quizá esto pueda parecer algo extraño, pero creo que muchas veces nos encontramos con personajes que son el epítome ‘de’ y viene bien que haya historias donde solo sean ellos, con sus luces y sus sombras. Espero que os animéis con ella y le deis una oportunidad al pasado.

El Libro en el Bolsillo

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