[Reseña] Todos conocemos el final. Sobre ‘Ella y su gato’ de Makoto Shinkai y Naruki Nagakawa

Los momentos en los que nos llegan ciertas novelas a veces son claves para que las entendamos y para que ellas nos sirvan para dar un paso más en esto que se llama vida. Sé que es una afirmación casi pretenciosa, pero si la literatura sirve para algo, más allá del consabido entretenimiento, es para ser una catarsis, a veces; para ser un punto de inflexión en un momento intolerable, otras; o para ser el campo de prácticas de aquello que con lo que no podemos lidiar.

La novela que nos trae hoy aquí me llegó ayer mismo y me la leí en una tarde. Hacía tiempo que no encontraba esa paz en el dejarme llevar por la lectura. Y no ha sido una lectura fácil, con el fallecimiento de mi abuelo, los problemas de ansiedad, la convivencia compleja en mi casa y los problemas en el trabajo, se me hacía un mundo leer un relato que me hablara de las verdades de la vida. Pero aquí estamos. Hoy, Ella y su gato de Naruki Nagakawa novelización de la obra homónima de animación de Makoto Shinkai, publicada por Duomo Nefelibata. Espero que os guste.

En un lluvioso día de primavera, Miyu, una chica que vive sola en la gran ciudad, encuentra un gato acurrucado en una caja de cartón y se lo lleva a casa.

A ella se le da mal expresar lo que siente. Él observa de cerca sus torpezas y rutinas. Cada uno en su universo propio, ambos dan el salto al mundo exterior, donde encontrarán a otros con distintos problemas, unas veces grandes y otras, pequeños. Reina, una chica que no reúne el suficiente valor para presentarse a unas pruebas de acceso a la escuela de Bellas Artes, y Aoi otra joven que vive atormentada por la muerte de su mejor amiga… Mientras sus gatos las observan con cariño, entre todos nacerá un vínculo especial, lleno de emociones.

El consuelo en la calle

Un día Miyu vuelve a casa, no está en su mejor momento, pero eso no importa cuando encuentra a un gatito a punto de morir en una caja de cartón. Este será Chobi, el gato que de una u otra manera una la historia de estas cuatro mujeres que tienen una sola misión: vivir.

Así se nos presentan, como hemos dicho, cuatro historias engarzadas bellísimamente a través de las idas y venidas de cuatro gatos callejeros de un mismo vecindario. La obra irá alternando la voz de los gatos, con su perspectiva y contemplación del mundo, con la de las humanas con las que se relacionan, que reflexionaran sobre sus vivencias y la capacidad que tienen de cambiarlas.

La novela, cabe la advertencia, será desgarradora desde el principio, pero a la vez su descripción concisa y clave la convertirán en una obra costumbrista de una gran belleza. Lo que sucede en la intimidad parece que queda dentro, que las paredes de un hogar son lo suficientemente robustas como para que todo quede ahí, pero, como sabemos no es cierto.

Las perspectivas

Los cuatro relatos tienen en común el tener como protagonistas a mujeres y la perspectiva gatuna, sin embargo, en cuanto contenido cada una de ellas nos relatará momentos diferentes de nuestras vidas. Lo curioso también es que, siendo esto así, todas coinciden en lo mismo, en que al final nos están contando lo que parece que no sucede a nadie, pero nos sucede a todos: errores por omisión, responsabilidades desmedidas, incertidumbre por el futuro, miedo.

En este sentido, la perspectiva gatuna es muy interesante, ya que nos ofrece la visión de una vida incipiente que concluye muy rápido que el principal problema del ser humano es lidiar con la vida. Ahora bien, no tendremos gatos sabios, ellas también tiene su propia experiencia vital, que si bien nos puede parecer lejana, de ella también podemos aprender.

Además, el relato de los gatos nos ofrece un contrapunto infantil-adolescente que nos enseña esta misma evolución, pero también a ver la vida con la ingenuidad que perdemos ante los golpes o baches de esta.

En el dolor la paz

Sin embargo, no penséis que es una obra con la que terminaréis deprimidos, la obra nos da la paz de confirmar lo que todos intuimos, a veces solo en los momentos duros crecemos. La obra nos deja muy claro que temer al gran spoiler final tiene algo de sentido si lo que quieres hacer a cambio es vivir, no quedarte paralizado.

Al final, nos encontramos con un canto de esperanza, con la idea de que todos podemos si sabemos apoyarnos, si sabemos dejarnos guiar. Nadie lo hará por nosotros, por supuesto, debemos cuidarnos a nosotros mismos, pero cuidarnos es cuidar (a los gatos) y dejar que nos cuiden (los gatos).

Una obra completamente recomendada, una lectura intensa, pero que nos centra. Además, la edición de Duomo y su traducción son una gozada, una obra literaria que, dentro del mundo oriental, está más cerca que nunca. Espero que os animéis con ella.  

El libro en el Bolsillo

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