[LC] De lo salvaje y lo profano. Sobre ‘Asesino de brujas. La bruja blanca’ de Shelby Mahurin

Supongo que a todos nos pasa, llegamos a la librería, vemos un libro y no sabes por qué te llama la atención. Es cierto que hay cosas objetivas para que esto suceda, que la portada sea bonita, que el título sea exótico; pero, del mismo modo que nos sentimos atraídos por ese libro, nos deja de llamar la atención a la vez. Así la duda va y viene, y, en mi caso, pocas veces sucumbo a la tentación.

Esto es lo que me ha pasado con la lectura conjunta que traemos hoy a nuestra sección de los lunes. En sí, la novela me llamó mucho la atención por la portada y el título, pero no me fiaba, me daba miedo que me decepcionara. Sin embargo, cuando salió elegido como lectura en el club de Érase un club de lectura no pude decir que no. El libro en cuestión es El asesino de brujas. La bruja blanca de Shelby Mahurin, publicado por Puck. Espero que os guste.

Unidos como uno para amarse, para honrarse o para arder.

Dos años atrás, Louise le Blanc huyó de su aquelarre y se refugió en la ciudad de Cesarine, donde renunció a la magia para vivir de lo que pudiera robar. Allí, cazan a brujas como Lou. Les temen. Y las queman.

Como cazador de la Iglesia, Reid Diggory ha vivido su vida bajo una regla: «No permitirás que ninguna bruja viva». Pero cuando Lou realiza una gran artimaña, tanto ella como Reid se ven obligados a aceptar una situación impensada: el matrimonio.

Lou, incapaz de ignorar sus sentimientos que son cada vez más fuertes, pero sin poder cambiar quién es, Lou debe elegir.

Asesino de brujas: la bruja blanca se desarrolla en un mundo de mujeres empoderadas, magia oscura y donde los romances son fuera de serie. Cuando lo termines de leer, querrás más.

En una pastelería cualquiera

Lou no ha tenido una vida fácil… y la verdad es que tampoco se la remedia robando en las calles de Cesarine y menos cuando un día como otro cualquiera choca con el cazador de brujas Reid Diggory. Y tampoco cuando vuelve a tropezar con él y desde luego no cuando se ve forzada a casarse con él.

Así comienza esta historia de fantasía en la que una bruja que ha renunciado a la magia y un fervoroso cazador de brujas terminan juntos. Eso sí, Reid no sabe que Lou es una bruja y ahí es donde comienza la tragedia de nuestra obra, en que él no lo descubra. Sin embargo, no penséis que va a ser una obra que se va a inclinar en la balanza hacia lo romántico, también tenemos un punto cómico y una serio, ya que el trasfondo de la novela tiene gran peso: la lucha de las brujas, mujeres, por sobrevivir a las imposiciones de una religión, los hombres, que las aborrecen por su poder.

En este aspecto, la historia se vuelve muy interesante, ya que la idea de la bruja como mujer condenada por serlo da un giro más, ya que las brujas en esta novela son malas. Sí, malas y, además, crueles; pero ellos no se quedan atrás, aunque lo terrible es que como históricamente esto se ha hecho, nos impacta menos.

De este modo, nuestra obra de fantasía nos lleva desde una pastelería, hasta el mismo centro de la magia, contándonos un posible romance, sí (o no); pero también una lucha política y religiosa sobre los derechos a creer y vivir tal y como somos.

El relleno y el glaseado

Y no es que me esté dando en esta reseña por hablar de comida, es que a nuestra protagonista le encanta y a la obra también. A nivel estructural, la obra tiene sus problemas de cocción, que no es algo que a mí me haya parecido solo, sino que en el grupo se ha comentado a nivel general.

Os encontraréis con un principio un tanto extraño, con una historia como contada a medias, donde nos situamos fuera de contexto y donde, además,  a nivel de estilo encontramos una prosa pesada, salpicada de virutas de francés que en muchos casos aportan poquito. Sin embargo, seguimos deleitándonos con la obra, el estilo se agiliza y se lanza hasta un final que, de verdad, os deja pegados a la silla. Un remate perfecto para una historia que no puede terminar del todo bien.

Además, encontramos a unos personajes que están muy bien configurados, de tal manera que su personalidad es única. Y no tienen por qué ser políticamente correctos. Lou, Coco serán malhabladas y descaradas, andarán por la vida como si el mundo fuera suyo, a pesar de que por dentro todo les aterra. Reid y el resto de asesinos serán la rectitud, lo correcto y, desde luego: lo aburrido. Sin embargo, la conjunción de todos ellos nos ofrecerá el tono de una obra y las reflexiones de unos personajes que a mí personalmente me han encantado.

Historia de las brujas

Volviendo a la cuestión de las brujas y antes de acabar, sí debo decir que me ha encantado ver a unas brujas que dan verdadero miedo. Es cierto que, en principio, el sistema de magia no queda del todo definido y cuesta un poco entenderlo, pero lo que nos queda claro son sus consecuencias: brujas que matan por placer, que dejan locos, destruyen mentes y cuerpos por venganza. No quiero decir que las brujas nunca hayan sido malas, pero es verdad que, en mi particular, hacía tiempo que no veía que no las salvaran, que no justificaran sus actos. Aquí desde el minuto uno, están condenadas y no por la iglesia, que también, sino por nuestra propia protagonista que, de hecho, es una bruja.

Pasado el primer trago

Como os he dicho más arriba, es una novela desagradecía en su inicio porque el planteamiento es arduo y confuso, y entiendo que eso incluso pueda llevar al abandono del libro. Recuerdo cómo leí los primeros cuatro capítulos del libro y no me enteraba de nada. Sin embargo, pasado eso el libro me ha resultado una maravilla, la historia me ha encantado. Es cierto que tiene sus obviedades, pero sabe llevar tan bien la tensión que estas y los clichés son recibidos por el lector con los brazos abiertos.

A eso añadid unos personajes con los que te ríes, con los que sufres y con los que te enfadas, y tenéis una novela estupenda. Os recomiendo que os dejéis engañar por las brujas que las os odiéis y las améis a partes iguales. Espero que os guste.

El libro en el Bolsillo

Puedes adquirir el libro 👉: Asesino de brujas. La bruja blanca de Shleby Mahurin

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