[NG] Ser nosotras. Sobre ‘El legado de Catherine Elliot’ de Gemma Camblor y Esther Gili

Hay libros que nos levantan del asiento porque nos ponen los pelos de punta, porque nos agobian, nos hacen emocionarnos o simplemente porque los entendemos muy muy bien. Esos libros, que de repente nos llenan el alma de algo que no nos permite quedarnos quietos en el asiento, son los que hoy en día llamamos obras maestras. Sin embargo, dentro de ellas, hay un tipo en concreto muy especial, aquellos que me enseñan que ser mujer no es una tara y que me dan alas y fuerzas para creer que puedo con todo.

Llevaba tiempo queriéndome meter en la novela gráfica, ya que antes era asidua y poco a poco las había ido dejando en la estantería. Hoy conjugo este deseo con una de esas obras que para nada os dejará indiferente, El legado de Catherine Elliot de Gemma Camblor y Esther Gili, publicado por el sello Lunwerg, una novela gráfica que con un arte espectacular nos trasmitirá una historia de generaciones que nos incluye a nosotras. También leemos el legado. Espero que os guste.

Un libro une la vida de varios personajes femeninos a través del tiempo. La historia comienza con la joven que lo escribe a comienzos del siglo XIX. A partir de ahí un ejemplar irá pasando por diferentes mujeres hasta llegar al presente. Todas interactúan con el libro y dejan su huella en él, pero leerlo también las transforma a ellas. Una metáfora del amor por los libros y de la magia de la literatura contada a través de unos personajes fuertes y carismáticos que se rebelan ante los convencionalismos de su época. Si es cierto que un libro puede transformarte la vida, tal vez El legado de Catherine Elliot cambiará la tuya.

La última voluntad

Catherine es una muchacha de una familia que, si no acomodada, la permite vivir bajo sus propias directrices. Tanto ella como sus hermanos siempre han estudiado todo lo que han querido y esto, junto a su imaginación desbordante, la lleva a escribir sus propios relatos. Estos pelearán por ver la luz, como ella y nos guiarán a lo largo de diferentes generaciones y mujeres que nos enseñarán a ser fuertes.

Quizá esta reseña sea un poco más personal de lo que suelo hacerlas porque creo que el libro apela a ello. Siempre he notado la escasez de referentes femeninos en la literatura y cuando he encontrado uno lo he agarrado como si fuera mi tesoro más preciado. De esto nos habla un poco la novela de hoy, de cómo ante una falta de referentes, nosotras nos convertimos en el nuestro propio y sobrevivimos. Catherine lo hará a través de la literatura, de su última obra El legado y como mencionaba más arriba este pasará por las manos de otras mujeres que se necesitan a sí mismas.

Así la obra supone un recorrido gráfico y literario del siglo XIX y principios del XX. El arte de Gili se adecuará a las diferentes épocas en la caracterización de sus personajes y el texto de Camblor nos contará con mucho mimo, y en ciertas ocasiones cierto toque de ironía, cómo era la vida de estas mujeres a lo largo de estos años. Los ejemplos, para mi gusto exquisitos, nos llevan desde científicas-aventureras, hasta periodistas, pasando por mujeres que utilizan la frivolidad para sobrevivir o los estereotipos para encontrarse a sí mismas. Porque no todos los ejemplos lo son por su puritanismo.

«Seré buena sí, pero cuando esté muerta»

Necesidades y elecciones

Pero más allá de los ejemplos físicos, es decir, de la mujer que es tal o cual cosa; encontraremos que ellas son representación de temas que aún hoy nos afectan como mujeres: la necesidad y el merecimiento de una educación completa, la elección o no del matrimonio, de tener hijos, la capacidad de la mujer más allá de su marido… Todas aquellas cuestiones que antes eran extravagancias que se toleraban por la posición social que podría tener y que ahora son conquistas ganas. Aunque como os imagináis no todas están ganadas, no.

De este modo, la obra, aparte de ser una muestra preciosamente elaborada de cómo las mujeres se han ido empoderando, también es un nuevo toque de atención a las «lectoras» para que puedan reconocer esos peros que aún nos ponen.

Lectura y alzamiento

El mecanismo que seguirán nuestros personajes es el mismo que le sucederá a la lectora cuando lea y admire la obra. Todas ellas, después de leer el Legado, tomarán aquellas decisiones que no eran capaces de confesarse que estaban tomadas. No nos encontramos ante una historia fantástica, sino ante una narración que nos recuerda el poder que tiene la literatura para transmitir ideas, para darnos un punto de vista diferente del que vivimos. Para ello la autora ha dejado que la lectora complete ciertos vacíos muy bien seleccionados, como el propio contenido de la obra, haciendo un juego con la real. Además, su estilo es liviano, es decir, se lee muy rápido y sin darte cuenta, pero a la vez tiene una carga conceptual bastante interesante, y esto lo consigue con simbolismos y figuras que apelan al mundo femenino conocido, por ejemplo qué implica pintarse los labios de rojo.

Las novelas gráficas

Mi vuelta a las novelas gráficas, la verdad, no ha podido ser mejor. Me he encontrado  con una obra que no solo tiene un arte espectacular y cuidado, sino que, además, nos ofrece una historia de reivindicación y esperanza.

A veces no somos conscientes de lo hundidos que estamos hasta que el agua nos llega al cuello y la literatura es un flotador que nos permite aguantar y pensar. Eso es lo que nos recuerda esta obra, enfocada, sobre todo, a las mujeres, que por desgracia tuvieron y en algunas ocasiones tenemos, que recordar que hay que salir a flote. Todo eso se nos muestra con una prosa perfectamente trabajada tanto en lugares comunes como en espacios de indeterminación.

Os la recomiendo muchísimo, porque más allá de lo que se quiere reivindicar hoy, que puede ser privado, desde luego es un buen reconocimiento a las que lucharon ayer. Espero que os guste.

El libro en el Bolsillo

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