Al hilo de esta idea, nos adentramos en la reseña de hoy, en la que el sistema de gobierno será clave para que toda la trama se mueva. ¿Tiranía o monarquía? Bueno, que no me escuche Vetinari decir tiranía… La novela es ¡Guardias! ¡Guardias! de Terry Pratchett, la octava novela de la saga de mundo disco y primera de la línea de la Guardia. La he leído en las lecturas conjuntas que hacemos mi pareja y yo, y ya os digo que el final es increíble. Espero que os guste.
La Guardia Nocturna de la ciudad de Ank-Morkpok no tiene mucho trabajo. De los crímenes se ocupan los Gremios de Ladrones y de Asesinos, sin pasarse de una cuota fija al mes, por supuesto.
Así, esta guardia destartalada y sin sentido de existencia consta de tan solo tres hombres: el capitán Vimes, el sargento Colon y el cabo Nobbs. Cuando un nuevo recluta, el idealista enano de casi dos metros llamado Zanahoria Fundidordehierroson, se integra en su equipo y no tiene mejor idea que arrestar a ladrones y asesinos haciendo cumplir la Ley, los tres veteranos guardias verán cómo su rutina se rompe. Y por si fuera poco, un dragón, criatura que se creía que ya no existía, ha aparecido en la ciudad, aunque a nadie parece interesarle mucho.
Algo nuevo y algo viejo
Zanahoria tiene que crecer, así lo creen sus padres cuando le cuentan que es adoptado y que debe ir a vivir con su gente, los humanos, para poder desarrollarse correctamente. Un enano de dos metros, con una misión, incorporarse a la Guardia y hacer cumplir la ley, llega a Ank-Morkpok y pone patas arriba todo el sistema legal. ¿Cómo es posible que quiera detener a un asesino o a un ladrón?
El pobre Zanahoria no conoce las leyes de nuestra querida ciudad del Mundodisco, en la que se desarrollará una carrera contrarreloj. A esta revolución que supone el nuevo miembro de la Guardia, se unirá un sentimiento de pertenencia que llevará a que un dragón asole la ciudad. Al final, ¿por qué tiene que gobernar Vetinari?, ¿no sería más lógico restablecer la monarquía? Esa será la cuestión de esta novela de fantasía que como siempre en Pratchett nos dará mucho más.
A esta trama principal del enfrentamiento con el dragón y la llegada de alguien que quiere hacer las cosas «bien», se le añadirán diferentes subtramas que completarán la historia de una manera muy particular: cría de dragones, el enfrentamiento de la ciudad por el sistema de gobierno y las dificultades que encuentra la Guardia para encontrar su propia esencia serán algunas de ellas.
El protagonista sobrepasado
Sin embargo, el autor juega con
nosotros y destacará a otro personaje por encima de este jovenzuelo. El capitán Vimes, en la que es su
primera aparición en las novelas de Mundodisco, acaparará toda la atención, ya
que será el típico personaje decadente
que ha perdido la fe en lo que hacía. La aparición de Zanahoria no supondrá
un reafirmarse para el capitán, no creáis, pero la del dragón… Con él se nos planteará uno de los temas
principales, qué es lo bueno y lo malo y la relatividad de la justicia.
De este modo, se hace un tándem muy interesante Vimes-Guardias (liderados, sí, por Zanahoria) que repasarán todas las cuestiones sobre lo legal, lo justo y lo bueno. Es decir, no habrá nada esencialmente malo, pero sí si partimos de un punto de comparación.
El desarrollo del personaje, junto a los demás, pero en él especialmente, supondrá para la obra el desarrollo de una de las grandes figuras de este mundo, contenedor además de la esencia completa de la ciudad: las normas hay que cumplirlas con moderación, sin molestar a los demás y siempre para que se mantenga todo como hasta ahora.
Dragones voladores
Este protagonismo de la Guardia es compartido por la criatura fantástica que más nos puede gustar el dragón. Primero aparecerá como esa quimera con la que soñamos, para luego convertirse en algo patente y que funde cosas. Su aparición para ciudad no supondrá solo un cambio en el sistema de gobierno (¿por qué? ¡Ah!, averiguadlo), sino también un ejercicios de cómo lo imposible se puede hacer realidad y se las va apañando. Es muy curioso como a través de este ser, Pratchett siembra el terror en la historia y la esperanza en el corazón del lector.
Sin embargo, con ambos aprenderemos también lo que es la superación, la esperanza y la fuerza (¿o gas?) interior. Enseñarán al lector, sí, pero también aprenderán de ellos la Guardia, y en especial Vimes, y la ciudad entera de Ank-Morkpok. Creo, sinceramente, que sin la aparición de estos personajes, la Guardia no sería ella en los siguientes libros.
Un dragón en mi corazón
No sé si lo habré contado ya,
pero yo empecé con este autor con una de sus obras más maduras, con más
complejidad y donde el punto cómico era alto y «elevado», por ello el resto de
obras que he leído quizá se me han ido quedando un pelín a medio gas. Sin
embargo, con ¡Guardias! ¡Guardias! he vuelto a disfrutar como una enana de su
prosa.
La comicidad de Pratchett no es facilona, te exige al leer, y sus historias siempre tienen un algo detrás que conecta todo. En este caso, la idea de cuál debe ser el régimen político, qué es lo justo y qué es el bien andan por nuestra cabeza como el dragón por el cielo. Además, tiene personajes que son entrañables, en este caso Vimes, Errol y lady Ramkin me han ganado por su complejidad, pero también por su fondo.
No puedo sino recomendaros la obra, os reiréis, pensaréis y disfrutaréis de un rato muy muy agradable. Desde luego, recomendadísimo. Espero que os guste.
¡Hola!
ResponderEliminarBueno, eso de que se nos pide opinión para todo... Ojalá jajajaja
Nunca he leído al autor, y eso que le tengo muchas ganas desde hace tiempo. Algún día me pondré, cuando sepa por cuál empezar jejeje
Besotes
♥ Amor y Palabras ♥
Buenas :) Pues de esta saga me he leído solo los dos primeros libros y me gustan, aunque son muchísimos libros :( ¡Un saludo!
ResponderEliminar¡Hola!
ResponderEliminarPues después de leerte, aunque confieso que al empezar no las tenía todas, ¿cómo no tenerlo presente?
Además, dejando a un lado la trama del libro, que nos digas que es un autor con una pluma sublime, que te mantiene enganchado y hace que le des al coco, aunque confieso que llevo una temporada de dispersión máxima, pues me gusta.
También me he quedado con las ganas de saber más, sobre los dragones, su aporte cómico, y como no, todo lo que hay detrás de ellos.
Besotes