[LC] Un derecho. Sobre ‘El corazón de una Bridgerton’ de Julia Quinn

El duelo es una sensación horrible porque sientes que no mereces seguir después de lo que ha sucedido. Puede parecerte injusto, puede parecerte demasiado pronto…, pero siempre es algo que (aunque en algunas ocasiones pueda ser esperado) duele y nos bloquea, al menos durante un tiempo. Después de esto, reconquistar nuestro derecho a estar bien es el siguiente paso.

Sobre estos conflictos versa nuestra novela de hoy. Es curioso como una entrega de una saga puede sorprenderte después de haber leído ya unos cuantos de ella, pero eso es lo que me ha pasado con El corazón de una Bridgerton de Julia Quinn, sexto libro de la saga romántica familia de los Bridgerton publicada por Titania. Seguimos con la lectura conjunta que ha organizado Oasis Literario y ya nos queda muy poquito para el final. Espero que os guste.

El día que conoció a Francesca Bridgerton, Michael probó por primera vez el dulce sabor del amor y el amargo gusto de la desesperación. Porque ella era la única de las muchas mujeres que había conocido que le inspiraba auténtica pasión, pero era también la mujer de su primo John, al que quería más que a un hermano. 

El destino interviene y John muere de forma repentina. Su desaparición proporciona a Michael riqueza y posición... pero lo único que siempre envidió de él sigue estando fuera de su alcance, tras la infranqueable barrera del remordimiento. Francesca no entiende por qué el mejor amigo de John y en quien ella misma siempre ha buscado apoyo, no está a su lado para consolarla. Algo en su interior le dice que debe dar un pequeño paso, apenas un gesto, para que el secreto de Michael salga por fin a la luz. Pero esa misma voz le dice también que cuando lo haga su propia vida cambiará para siempre.

Algo simultáneo

Francesca tuvo su felices para siempre con John, cuando fue a vivir a Escocia. Sin embargo, esta no es la historia de ella, sino de él, de Michael Sterling, primo de John, aquel que siempre amó a Francesca Bridgerton desde que la conoció. Ahora que John no está parece que todo le corresponde, sus títulos, sus tierras; pero no ella, nunca ella.

Esta premisa nos rompe el corazón desde la primera página en esta novela romántica que, si no llega a ser la mejor de la saga (aún me debato con Anthony) tiene muchas papeletas para serlo. De la historia tendremos dos focos: Francesca y su dolor por la pérdida de su marido, la soledad en la que queda y los sentimientos encontrados de enfrentarse a una nueva vida; y Michael y su remordimiento por creer que le dan algo que no es suyo y, desde luego, saber que lo que realmente desea es imposible.

Sin embargo, la historia no solo es interesante por esta trama de la que hablaré a continuación, sino también por lo que está sucediendo a la vez en el resto de la familia. La historia de Francesca abarca un período extenso, cuatro años desde la muerte de su marido y el año en el que transcurre la obra, por ello coincide, como se nos deja ver en las dos obras anteriores, con las historias de Eloise y Colin (maldito Bridgerton, de verdad, cuando leáis el libro veréis por qué). De esta manera, la obra no solo nos cuenta la historia de la tercera de las hermanas, sino que también amplía la visión de las obras anteriores.

Un corazón, ¿o dos?

Pero vayamos al lío. Curiosamente, como digo, es de las historias que más me ha gustado y digo que es curioso porque, aunque el personaje central debería ser ella (es la Bridgerton), bajo mi punto de vista, es él, Michael Sterling, el que lleva el peso argumental de la obra.  La problemática de la muchacha la entendemos enseguida y se desarrolla sin más accidentes que los que podemos encontrar en todas las obras de la saga (bailes, madres, situaciones comprometidas, etc.). Sin embargo, en el caso de él no solo veremos lo que sucede, sino que tendremos muy presente qué es lo que siente, cuál es su conflicto y, tal y como está contado y al menos en mi caso, le daremos la razón en su parecer.

De nuevo, da rabia que los hombres no Bridgerton tengan cabeza y los hijos de mi querida Violet no; pero de igual modo, da mucho gusto ver a un personaje masculino al que se le pueden sacar pocos peros como prototipo de hombre. Es más, diría yo que Francesca es en este caso la que peca de algunos defectos.

En este sentido, y ya para terminar esta parte, sí que me ha dado rabia el título, ya que no es la zozobra de ella la que se nos cuenta, que también, sino la de él, de una manera que llega al lector perfectamente. Y, de hecho, para mí, el que más evoluciona en la obra es él. Ella solo parece que consigue lo que quiere.

Noooo…

Pero sí, siempre tiene que haber un pero en las obras de la saga. En este caso es que, siendo una obra tan emocional, no podemos evitar (quizá aún más en esta entrega) la idea de que el sexo es clave y determinante para iniciar el «enamoramiento». Que sé que hacerlo de otro modo es una romantización idealista, pero quizá es lo que toca y es que en esta, con perdón, parecen conejos.

Sin tapujos

Pero bueno, la obra me ha gustado mucho. Me parece una obra muy sensible que trata de maravilla los sentimientos a los que nos enfrentamos en una pérdida; explica qué es un amigo, qué necesitamos de ellos, cómo seguir adelante y no sentir que no lo merecemos.

Pero es que, además, nos cuenta el enamoramiento sin cuartel de un joven que ante todo respeta, increíblemente. Es verdad que hay juegos de manipulación, pero bajo mi punto de vista, no son tan acusados como en otras entregas y la confianza para establecerlos es mayor.

Creo que sí nos encontramos ante una buena romántica, con sus clichés, pero también con su carácter propio y que en este caso puede llegar mucho mejor al lector. No hay nada superfluo, no hay nada que dé rabia. Espero que os animéis con ella.

El Libro en el Bolsillo

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