[LC] La probabilidad de lo ínfimo. Sobre ‘Nimbo’ de Neal Shusterman

Últimamente he tenido muchas discusiones sobre lo que es delegar y, curiosamente relacionado, sobre la tendencia de que el mundo va a lo micro. Sobre esto último no estoy nada de acuerdo (sobre todo si se pone desde la perspectiva del mundo natural), porque creo que al final lo micro queda a un lado para abarcar lo inmenso. Ya no importa tanto lo que ocupe con lo que sea capaz, y eso tiene que ser a lo grande. Por la parte del delegar, cada vez, siento, tenemos más la tendencia a derivar nuestras capacidades a «herramientas». Esto no debería ser un problema, se comprende que con el frenetismo en el que habitamos necesitemos ayuda; pero sí que lo es cuando no podemos vivir sin esas facilidades.

En un mundo donde se ha delegado todo, hasta la muerte, la gente no encuentra su sentido en vivir, más que porque se lo proporciona una mente ordenadora. Esa mente es Nimbo y este es el título de la obra que reseñamos hoy, la segunda parte de La saga de la Guadaña de Neal Shusterman, publicada por Nocturna. Espero que os guste.

*Al ser la sinopsis de la Segunda parte, puede contener spoilers de la Primera*

No ha pasado más que un año desde que los caminos de Citra y Rowan se separaron, pero en este tiempo los rumores sobre un justiciero que persigue a los segadores corruptos se han multiplicado. Por todo el continente se oyen susurros de que los culpables acaban siempre devorados por las llamas.

La segadora Anastasia criba con compasión y desafía abiertamente las ideas del nuevo orden. No obstante, cuando su vida se ve amenazada y sus métodos se cuestionan, queda claro que no todos los miembros de la Guadaña desean el cambio y que la podredumbre crece hasta en los cimientos más sólidos.

La muerte debe existir para que la vida tenga sentido. Pero ¿cuál es el precio que cada segador está dispuesto a pagar?

Una vez destapado…

Dos maneras de entender su cometido en el mundo, dos facciones para dividir a la Guadaña y un justiciero que juzga a los jueces. Así es como se reparte el mundo para Rowan y Citra, ahora separados por mil razones.

La segadora Anastasia ha continuado su camino, el que le enseñaron Faraday y Curie; sin embargo, el consejo de la Guadaña no está del todo de acuerdo con ella. Aquellos afines a lo que llaman el nuevo orden quieren imponerse.

Esta división del mundo nos ofrece una nueva perspectiva de todo lo que aprendimos en el primer tomo de esta obra de ciencia ficción distópica. Tres facciones que están en el mismo terreno de juego, la capacidad de matar para equilibrar la población y los recursos; pero diferentes perspectivas sobre el hecho de la muerte. Esto nos lleva a que junto a ese desarrollo narrativo sobre el conflicto, también se nos ofrezca una reflexión sobre la moral y la piedad.

Para ello en esta obra encontraremos la incorporación de un personaje que si bien aparecía en la obra anterior, en esta adquirirá un papel determinante. Donde antes teníamos los diarios de los segadores, ahora encontraremos las razones para ordenar el mundo como lo está ordenado, los «pensamientos» que dirigen los acontecimientos y las imposibilidades de avanzar más en ello.

Nuevas caras, nuevas ideas

No obstante, aunque esta nueva perspectiva, que permite desarrollar más ampliamente la temática de la obra, es muy interesante (y quizá una de las cosas que más me ha gustado de la novela); la innovación más interesante en esta nueva entrega de la trilogía son los personajes nuevos. Alguno de ellos ya han aparecido antes en la historia, pero tendrá mucha más relevancia en la narración, y otros, serán completamente nuevos e imprescindibles para la nueva fase en la historia de la Guadaña.

Con ellos se nos ofrecerá la tensión propia del lector, de poder contemplar y no actuar; un conocimiento más profundo del mundo creado por Shusterman; la historia antigua de la propia obra, etc. Todos ellos, nuevas caras, sí, pero que amplían la historia a horizontes muy interesantes y que nos enriquecen la narración.

Temas y ejecución

Por otro lado, frente a la primera obra donde la idea de moral estaba ahí y el desarrollo giraba en torno a qué era lo ético y la necesidad de la ejecución; en esta parte encontraremos una crítica al mundo en sí, concretada en el desarrollo de la tecnología. A nivel expositivo, veremos que aquellos personajes que se presentaban como no humano, estarán mucho más humanizados en esta parte y, por ello, podrán ser más crueles. Por el contrario, el propio sistema automatizado del mundo, que sirve para el control y la protección, pronto se puede volver en contra de todos por su propia idiosincrasia. Da la sensación en esta parte de que el humano se ha hecho su propia trampa y que salir de ella va a ser más complicado, incluso, que distinguir si algo es ético o no.

Para ello el autor ha vuelto con su estilo inconfundible. El desarrollo de las cuestiones más complejas se efectuará a través del diálogo, con ejemplos concretos, mientras que los terrores y complicaciones del mundo serán expuestos en su totalidad sin ambages. Los personajes continuarán evolucionando, aunque quizá sí hay que reconocer que en esta obra lo hace de manera más pausa. Bueno, esto si pensamos en los jóvenes, una de las cosas más interesantes de la obra será ver cómo los personajes veteranos se ven obligados a cambiar y evolucionar. Todo un espectáculo.

Remate de trilogía

No obstante, a pesar de que la obra me ha gustado, es cierto que hacia el final he sentido que me había ido del tono de la primera parte. En cierto modo, el mundo ha mutado tanto (según creo yo) que parece que me he trasladado de una obra a otra. Es cierto que no creo que esto sea malo y creo, además, que en la tercera parte encontraremos un mundo consecuencia de todo esto, así que al final cuadrará. Sin embargo, sí me ha extrañado.

En cuanto a los personajes en sí, me ha gustado como han caminado con sus cambios, aunque es verdad que me han conquistado más los nuevos, a lo que, además, veo mucho potencial.

Os la recomiendo porque creo que sigue bien la estela de la primera, porque las cuestiones que plantea son muy interesantes y porque siempre está muy bien preguntarse «y si…». Espero que os animéis con ella.

El libro en el Bolsillo

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