[Reseña] Conocerse sola. Sobre ‘Circe’ de Madeline Miller

Cuando estudiamos narrativa, es muy frecuente encontrar palabras sobre los tejidos, porque, al final, no podemos dejar de entender los cuentos, las leyendas, las narraciones… como obras que tienen algo que mostrar. Así, encontramos la trama, encontramos los puntos que unen esos hilos conductores y, de igual modo, no vemos el sentido de la obra hasta que esta se termina. Nunca he sabido tejer, pero siempre me ha encantado ver cada hilo, cada punto, cada giro en la trama.

La obra que hoy acercamos al blog, bajo mi punto de vista, merece mucho más que esta reseña. Tejida con hilos que conocemos, nos ofrece un tapiz distinto, una actualización de lo más antiguo para que hoy nos siga enseñando. La obra es Circe de Madeline Miller, publicada por AdN, Alianza de Novelas, una relectura de la mitología clásica que no pasa desapercibido. Espero que os guste.

En el palacio de Helios, dios del sol y el más poderoso de los titanes, nace una niña. Pero Circe es una niña rara: carece de los poderes de su padre y de la agresiva capacidad de seducción de su madre. 

Cuando acude al mundo de los mortales en busca de compañía, descubre que sí posee un poder, el poder de la brujería, con el que puede transformar a sus rivales en monstruos y amenazar a los mismísimos dioses.

Temeroso, Zeus la destierra a una isla desierta, donde Circe perfecciona sus oscuras artes, doma bestias salvajes y se va topando con numerosas figuras célebres de la mitología griega: desde el Minotauro a Dédalo y su desventurado hijo Ícaro, la asesina Medea y, por supuesto, el astuto Odiseo.

Pero también la acecha el peligro, y Circe concita, sin saberlo, la ira tanto de los humanos como de los dioses, por lo que acaba teniendo que enfrentarse con uno de los olímpicos más imponentes y vengativos. Para proteger aquello que ama, Circe deberá hacer acopio de todas sus fuerzas y decidir, de una vez por todas, si pertenece al mundo en el que ha nacido o al mundo mortal que ha llegado a amar.

Una imbricación perfecta

Circe no se siente bien en los salones de los inmortales. Simplemente, no encaja. Su padre Helios la mira como un producto defectuoso; su madre, una náyade, la rechaza como la peor de sus hijas. Sin embargo, Circe no deja de querer conocer el mundo, de buscar cuál es su sitio. Es así como conoce a los mortales, así como consigue su destierro eterno, así como descubre cuál es su poder: la brujería.

Hay una frase que dice algo así como «somos las nietas de las brujas que no pudisteis quemar», en ese caso Circe es nuestra abuela. Esta novela de fantasía une diferentes historias de la mitología griega a través no solo de la figura de Circe, sino de su genealogía dando una sensación de unidad y lógica muy lograda, y, sobre todo, una idea de perpetuidad para la diosa-bruja que pocas veces se ha conseguido con otros seres mitológicos.

El lector acompaña a nuestra protagonista desde su infancia en los palacios de Helios hasta el fin de sus días, pasando por todas las fases que conocemos en nuestro desarrollo: la diosa adolescente, la joven adulta, la adulta… (y todo el resto de etapas que se os ocurran). Los mitos serán hitos en su camino que conformarán su carácter, sus pecados, sus éxitos y sus lamentos.

Técnica: lanza y caída

El relato durante la totalidad de la obra será muy pausado, se irá tejiendo muy poco a poco, destacando cada uno de los hilos que forman el tapiz. Sin dejar de suceder cosas, la autora nos centra en los sentimientos y pensamiento de nuestra protagonista, en cómo descubre su verdadero ser y cómo asume su sometimiento inicial por querer encajar en un mundo que no era del todo suyo.

El resto de personajes nos servirá para ver los fallos, los pecados de nuestra protagonista, así como sus éxitos (aunque esto en menor medida). La envidia los celos, el egocentrismo son rasgos que encontramos en Circe pero que ella pagará con creces: Caribdis, Pasifae, Medea, Penélope… Los hombres, por su parte, serán el espejo de nuestra protagonista, aquellos que no pararán de recordarle cuál es su lugar y aquellos contra los que Circe deberá rebelarse.

Empoderamiento realista

La verdad es que he leído reseñas de todo tipo, pero la que más me impacta habiendo leído ya la obra es la crítica de que no es una obra feminista. No lo entiendo, la verdad.

Durante toda la historia nuestra heroína ha estado sometida, tanto a hombres como a mujeres, aunque con especial inquina han sido los primeros lo que han abusado de ella. Eso es cierto y también que Circe apenas ha conseguido rebelarse más que de manera testimonial. 

Sin embargo, creo que decir que esa incapacidad de Circe no ha sido suficiente, es minusvalorarla (y ya de paso minusvalorar la obra).

Nuestra bruja ha vivido sometida a un mundo que no puede cambiar, al igual que nos sucede a nosotras; pero nunca ha dejado de soñar con ese cambio y si no somos capaces de ver que cada paso, cada fallo (aunque haya sido a lo micro) ha sido una losa más en el camino a reclamar sus derechos y conseguir no solo su lugar en el mundo, sino empoderar a otras mujeres, creo que no se ha llegado bien al personaje.

Por otra parte, que Circe haya querido remediar sus pecados tampoco es algo que la aleje de su camino,  al igual que enamorarse mucho, a veces mal y otras menos mal. Lo que vemos con nuestro personaje es cómo, efectivamente, el mundo la ha maltratado por ser todo lo peor de lo que podía ser: medio diosa, medio ninfa, parecida a los mortales, bruja y mujer; y, sin embargo, ella ha conseguido que el mundo la tolere, que el mundo le haga un sitio, ser y ser ella misma.

Temas esenciales

Precisamente porque Circe padece todo es capaz de hablarnos de todo lo que padecemos. No solo veremos a una diosa desterrada de los salones de los inmortales; no, también veremos a una hija que necesita ser algo para su padre, aunque no podrá serlo jamás; y una hermana que lleva el peso de la familia. Y asimismo, una mujer que tiene que entender cuál es su posición en el mundo por el hecho de serlo, a pesar de que nunca ha sido consciente de ello porque siempre ha sido más diosa que mujer.

Dentro de todo esto, hacia la mitad del libro, se desarrollará uno de los temas esenciales para nosotras, más porque la sociedad nos ha imbuido en él, que porque realmente sea inherente a nosotras (yo, la verdad, lo creo). Quien sepa un poco de mitología sabrá a qué me refiero; quien no, no seguiré dando rodeos para que no se haga spoiler, pero solo me cabe decir que precisamente esa parte es la que merecería un estudio exhaustivo. Creo que es el mejor texto que he leído yo (sin ser teórico o testimonial) sobre cómo nos sentimos y qué nos lleva a hacer esta situación. Por encima de nosotras mismas… Da hasta miedo.

Colgad el tapiz

A pesar de que he tardado más de lo que pensaba en leer la novela, creo que ha merecido mucho la pena el tiempo de pausa que me he tomado junto a ella. Como decía más arriba, es una novela que nos invita al detenimiento y a pesar. El mar nos acompañará en gran parte de la narración y su bravura y su calma también. Dentro de esto, Circe será una protagonista total, sus sentimientos, su ser y su historia serán la totalidad narrativa.

Sin embargo, para poder ofrecernos un relato con sentido, la autora ha llevado a cabo un exhaustivo examen de los mitos griegos y ha unido aquellos que tenían una relación lógica en tanto que se relacionaban de una u otra manera con la diosa. De esta manera, nos  ha dado una narración orgánica, donde la acción pasa a un segunda plano para que podamos centrarnos en lo que importa: Circe, bruja y mujer. Espero que os animéis con él.

El libro en el Bolsillo

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