[LC] Cuando lo simple tiene su camino. Sobre ‘Cuando tiene que suceder’ de Montse R. D.

A pesar de lo que pueda parecer, no soy muy fan de la romántica. Es cierto que el blog lleva una buena temporada trayendo ejemplos del género, pero también es verdad que todos coinciden en lo mismo: no hay un gran juego de drama ni giritos que hagan sufrir. Y es que una de las cosas que me suele agotar de la romántica es que los enamorados tengan que pelear continuamente contra algo más que la vida. Esta ya es lo suficientemente complicada como para meter confusiones tontas o tejemanejes de terceros.

Por eso, cuando me meto en una novela del género que no nos hace sufrir, como es la que hoy reseñamos aquí, la disfruto y me entretiene. Esta novela la he leído porque su autora es compañera bloguera y la sigo desde que empecé por estos lares y gracias a la Lectura Conjunta organizada por Fransy en Instagram. Ha sido un placer adentrarse en Cuando tiene que suceder acompañada y enhorabuena a Montse R. D. por su obra. Espero que os guste.

La vida está llena de instantes que vivimos y nos hacen ser quienes somos. Distintos recuerdos que guardamos en la memoria y a los que volvemos cuando lo necesitamos, quizá para comprender por qué, cuándo y cómo nos han ocurrido ciertas cosas a lo largo de los años. Sobre todo en cuanto al amor se refiere, a las relaciones, a lo que sentimos.

Lo que no debemos olvidar nunca es que, aunque a veces sintamos que perdemos el tiempo, que lo que deseamos desde niños no va a ocurrir nunca, todo llega a su debido momento. Todo pasa cuando debe pasar. Todo sucede, cuando tiene que suceder.

Leyre se dará cuenta de ello mientras crece, madura y aprende. Mientras la vida le enseña a ser quien quiere ser. Mientras decide si debe lanzarse y dejar a un lado el miedo a perder. Porque no es fácil dar el paso cuando al otro lado, quien está, es el mejor amigo de tu hermano.

Siempre está ahí

Todo pasó en un momento o no, y realmente han sido una serie de sucesos que han tejido los sentimientos de Leyre. Sin embargo, sí hay una cosa que puede decir con exactitud, está enamorada de Marcos, el mejor amigo de su hermano, al que conoce casi desde que tiene memoria. Y precisamente por todo esto no es tan fácil.

Desde el hecho consumado, es decir el enamoramiento que siente nuestra protagonista por Marcos, el mejor amigo de su hermano, recorreremos con ella en esta novela romántica, el recorrido del sentimiento. Desde su infancia y los momentos que han pasado juntos los tres, pasando por su adolescencia, donde el muchacho se aleja más de ella, hasta esa primera adultez donde las barreras parecen difuminarse y solo queda el miedo.

Sin embargo, a la par que vamos viendo cómo el sentimiento de Leyre crece y se amolda a las diferentes etapas de su vida, también encontraremos una historia de formación. Lo bonito de esta historia es que a pesar de la realidad de este sentimiento, nuestra protagonista jamás lo convierte en el centro de su vida. Así ella crece, se busca a sí misma y aprende más allá de ese núcleo tan cerrado y bonito que es la familia.

Escapatoria y necesidad

Así, en esa escapatoria veremos como el nuestro personaje protagonista, va entendiéndose, descubriéndose y, sobre todo, descubriendo el mundo que la rodea. Es muy interesante cómo, dejando aparte esos sentimientos imposibles, consigue desentrañar qué es el amor y qué es sentir. La vivencias de Leyre nos presentarán una manera de sentir realista, cuando crecemos no vivimos con la intensidad de un adolescente donde todo es blanco o negro, y, aunque Leyre sigue siendo joven, sí consigue cierta madurez en su relación con el mundo.

En contra posición encontraremos no a Marcos, que será un personaje muy comedido, correcto y entrañable, sino a Salva, su hermano, todo impulso y búsqueda de autonomía, y a Mayka, una chica que quiere crecer ya, aunque sepa que el camino se hace pensando. Que no se entienda que critico a ninguno de los dos, tanto Mayka por su lado, como salva por el suyo me han gustado, porque además se han parecido mucho al prototipo de amiga atrevida y de hermano mayor.

Creo que en este sentido, los personajes que ha creado Montse son personajes realistas que si bien se acercan quizá a lo arquetípico, son fáciles de leer y comprender y por tanto agilizan la trama.

Blanco y justo

Finalmente, el estilo de la autora es muy ameno, sencillo y directo. Más allá de los secretos o gestos que se nos puedan ofrecer en la novela para aumentar la tensión narrativa, Montse ha sabido hacer una novela sencilla y blanca donde los dramas son los que tienen que ser, donde los problemas son abordables y donde los personajes disfrutan igual que nosotros.

Si queréis una novela con la que vivir una bonita historia de amor y que sea entretenida, os la recomiendo mucho. El objetivo lo cumple y el lector queda satisfecho. Espero que os animéis con ella.

El libro en el Bolsillo

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