[Reseña] Demora y desarrollo ‘Al otro lado del cristal’ de Juan Manuel Peñate

Últimamente llevo una temporada donde la lectura de antologías de relatos ocupa gran parte de mi tiempo. No suele ser un género que disfrute mucho porque siempre se me queda cojo o me parece que se podía haber desarrollado más, pero también es verdad que los que estoy leyendo ahora tienen la particularidad de ser más extensos y albergar cierta relación entre ellos.

No es lo que sucede con la antología de relatos que traemos hoy aquí, aunque sí se cumple lo de la extensión. En Al otro lado del cristal de Juan Manuel Peñate, publicado por Círculo Rojo, encontramos un conjunto de relatos que nos hablan de la muerte y la vida de una manera muy particular. Ya he leído el resto de libros del autor y debo decir que, aún así, su obra me ha sorprendido. Espero que os guste.

En La pala un ritual es llevado a cabo por los habitantes de un pueblo remoto, un secreto compartido que va saltando de uno a otro; el protagonista de Dios Roco se convierte en testigo involuntario o nexo de unión entre dos mundos destinados a no conocerse nunca... 

Dos mujeres muy dispares tienen que hacerse a la idea de convivir bajo el mismo techo, la situación lo requiere, pues afuera, Al otro lado del cristal… Una lucha encarnizada por la supervivencia es desplegada a través de un macabro juego al que El jugador pesimista, junto con otros, tendrá que hacer frente, algo que lo marcará de por vida; en Tercera planta, por favor acompañaremos a alguien cuya memoria hace mucho que lo abandonó en su descenso al siguiente infierno; una institución mental es siempre lugar de confesiones susurradas cuyas paredes encierran anécdotas misteriosas y leyendas urbanas que nadie creería, sin embargo, es la persona que habita En la celda de colores la que guarda la más inquietante de las historias; ¿hasta qué punto llegarían unos por impresionar a otros? En Touchdown alguien cruzará esa delgada línea, demostrando una vez más que la estupidez humana no conoce límites.

Estos siete relatos —tres de ellos novelas cortas— representan la ópera prima de su autor, un surtido de emociones y escalofríos que abarcan géneros tan diversos como el suspense, la fábula, la ciencia-ficción, el fantástico o el terror.

Un conjunto contundente

 No es la primera obra que leo del autor, aunque sí que es su opera prima y, aunque parezca mentira, esta antología de relatos no adolece ser el primer escrito del autor. Todos los relatos se configuran en torno a dos ideas la muerte y la vida, siempre desde una perspectiva muy personal y con la sombra del desconcierto detrás de cada letra.

El conjunto son siete relatos, de los cuales tres podríamos decir que son novelas cortas, donde los personajes siempre se enfrentan antes o después a un hecho insólito que les hace cambiar su perspectiva vital. Dentro de los personajes encontraremos también al propio lector, al cual incorpora el autor no solo como testigo sino como elemento de reflexión.

Profundizando

Lo cierto es que hay libros que nos llegan en mejor o peor momento y en este caso no sabría deciros si me ha venido bien o mal. Sé que la lectura me ha costado porque los relatos tienen un componente fantástico y ciencia-ficcional que nos incomoda. Sin embargo, no he podido parar de leerlos y os debo reconocer que esta es la primera antología del autor donde me gustan todos los relatos, no ha habido ninguno que me haya pasado desapercibido.

Centrándonos en ellos y para entender cómo se unen en un volumen orgánico, pero también manteniendo su diversidad, os cito brevemente qué podemos encontrar en cada uno

«La pala»: Dos hombres cavan una fosa.  A partir de ahí el relato se dispara, casi acercándonos al western para descubrir en el bar de qué va el asunto. El lector con el descubrimiento se sobrecoge y puede llegar a cierta identificación, ya que el tema es la inexorabilidad del tiempo.

«Dios Roco»: El relato que me ha sacado una sonrisa, aunque es extraño decir esto con el tono del relato. Dos pulgas, Din y Don, conocieron a otra pulga y les gustó. Ambos deciden ir a buscarla. A partir de aquí el autor hace un zoom inverso desde las pulgas hasta lo que podáis imaginar, estableciendo la relatividad del punto de vista, incluso para poder entender el mundo, la muerte, dios, etc. Una lección con un puntito cómico que ya nos deja cuerpo para la primera novela corta.

«Al otro lado del cristal»: La primera novela corta de la antología y la que le da nombre. En ella nos acercamos a la vida de dos hermanas Jana y Laura que viven enclaustradas en casa. A partir de este primer hecho, el autor nos lanza a querer saber los motivos de este encierro y también a intentar comprender la personalidad de ambas. Posturas diferentes ante un mismo hecho y un final que nos impacta de todas, todas. Aunque no es la historia que más me ha gustado de la antología, es una narración muy completa y que sabe jugar muy bien con las tensiones y las preguntas que se hace el lector en su lectura.

«El mal perdedor»: Segunda novela corta de la antología. En ella un grupo de adolescentes tiene su típica reunión nihilista con proclamas, alcohol y drogas. En un momento determinado uno de ellos muere y a partir de ahí lo que le queda es enfrentarse a ese hecho. Esta es la que más me ha gustado, a pesar de que en alguna ocasión he tenido que dejar de leerla porque me hacía sentir mal y que por ello se me ha hecho pesada. Sin embargo, es una obra que nos muestra de todo: sentimientos, horror, descripciones de todo tipo y bien hechas. La premisa es muy interesante y la concreción más, aunque no quiera decir más para no hacer spoiler.

«Tercera planta, por favor»: Quinto relato de la obra y en él asistimos tal cual al arrepentimiento de una conciencia. Muy breve pero a la vez muy original.

«En la celda de colores»: Un thriller paranormal muy interesante. La tercera novela corta de la antología nos acerca a un cambio de personalidad, a una actuación desesperada y a un reconocimiento tardío. Quizá, para mí, la más tópica de todas las narraciones que nos muestra, pero no por ello peor escrita o aburrida.

«Touchdown»: último relato de la antología. La verdad que me ha hecho mucha gracia, no sé es como la broma más pesada del mundo y, aunque quizá mi sentimiento debería ser otro, al final del relato me sonreí. No sé supongo que es la vida.

De nuevo y cambios

No me quiero extender más porque es difícil hablar de una antología sin detenerse mucho y sin hacer spoilers. Sin embargo, sí quería terminar diciendo que en esta nueva incursión en el autor me reafirmo en algo que ya dije en otra reseña sobre sus obras. Creo que brilla más cuanto más desarrolla la trama. Los relatos largos de esta antología me han gustado bastante y, si bien es cierto que quizá en alguno hay atenuar alguna descripción o estructura que se repita, creo que ha sido porque el autor ha tenido tiempo para desarrollar el concepto.

Juan Manuel Peñate es un autor de sensaciones, busca que el lector se sobrecoja, se sienta incómodo, que piense, pero también es un autor de ideas, que potencia en sus relatos y que te permiten darle vueltas al asunto. En esta antología el tema de la muerte y qué hacemos con la vida han sido claves. Además, el estilo le favorece, se nota la madurez desde esta obra a las siguientes que ya he leído, pero eso no quita que sea fluido de leer y te enganche a no cerrar el libro. Por esto, no me queda sino recomendaros la antología, no creo que os arrepintáis.

El libro en el Bolsillo

Consigue la novela 👉: Al otro lado del cristal de Juan Manuel Peñate

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