[Reseña] El ridículo de lo contemporáneo. Sobre ‘El campamento’ Blue Jeans

Os diría que casi es mejor que a veces no hablen de nosotros. Comentarios como «tiene muchas ganas de conocerte» o «quiere ver cómo te desenvuelves en eso» me suelen poner bastante nerviosas porque odio que la gente tenga expectativas. Me gusta más cumplirlas a que las tengan. Supongo que a lo escritores les pasará la contrario, quiero decir que querrán ser reconocidos y que los lectores difundan su obra recomendándola con ahínco. Sin embargo… a veces las expectativas.

Eso es lo que me ha pasado con el libro que vamos a reseñar hoy. Nunca había leído al autor y, aunque cuando empezó comenzó con romántica, ya había derivado al thriller y por eso me llamaba mucho la atención su último libro para iniciarme en su prosa. El libro es El campamento de Blue Jeans, publicado por Planeta, y la verdad es que ha sido decepcionante… Espero que os guste la reseña.

Todos se mueren por entrar, pero morirán si no consiguen salir.

Diez de los chicos más prometedores del país, menores de 23 años, han sido invitados a un campamento muy especial en los Pirineos.

El precursor de esta idea es Fernando Godoy, uno de los hombres más ricos de España, que busca a alguien joven que le ayude a dar una nueva imagen a su imperio y que en el futuro ocupe su lugar. En aquel idílico paraje, recibirán formación y serán preparados para convertirse en la mano derecha del millonario. Pero solo uno podrá conseguirlo.

Una bestseller de novela juvenil, una atrevida instagramer, un cantante pop de moda, un exitoso atleta, un estudiante de criminología brillante, una influencer con marca propia, la creadora de una app para frikis, uno de los gamers del momento, un chico que promulga la palabra de Dios de una manera peculiar y una conocida actriz son los candidatos finales. Solo tendrán un hándicap para estar allí: nada de móviles ni comunicación con el exterior. Las cosas marchan según lo previsto y los jóvenes disfrutan de aquella experiencia hasta que en el segundo viernes de convivencia los coordinadores del grupo desaparecen y uno de los chicos muere en extrañas circunstancias. A partir de ese instante todo cambiará y los acontecimientos inesperados se irán sucediendo.

En un campamento cualquiera, como en una isla

Fernando Godoy ha decidido encontrar un heredero para su imperio, por ello organiza un campamento donde diez jóvenes notables por su influencia (influencers, gammers, deportistas, escritores, cantantes jóvenes) especialmente seleccionados pasarán por su escrutinio. Sin embargo, todo parece irse al traste tras una semana de campamento cuando uno de ellos muere en extrañas circunstancias.

La verdad es que la sinopsis no puede ser más cliché, sin embargo, llama mucho la atención al lector, ya que nos recuerda vagamente a esa sinopsis de otra novela negra que es un clásico, Los diez negritos. En mi caso, solo hablo a través de las sinopsis porque no he leído la novela de Christie, aunque tengo más o menos una idea de cómo funciona y ya os digo que no es una adaptación de Christie, más que nada porque la novela de la autora tiene motivos y en esta… en fin se queda todo muy cojo.

Pero vamos por el principio. La verdad es que me llamó mucho la atención, diez jóvenes son elegidos para entrar en el campamento, lo que les une es que tienen profesiones más o menos de moda y cierto éxito en lo que se dedican. Tienen que estar en el campamento tres semanas y a la semana uno de ellos muere. 

En ese momento la narración se centra en descubrir qué está pasando… o se supone, porque la realidad es que nuestros jóvenes influyentes comienzan a liarse, en todos los sentidos, en cuestiones más bien superficiales: quién le gusta a quién, qué opina no sé quién de no sé cuántos… (¡¿Sabéis que tenéis un cadáver en una cabaña?!). En fin, que nos adentramos en una trama de líos y secretos en el grupo que finalmente esperamos que desemboque en saber quién es el asesino.

El respeto…

No obstante, no es este desvío lo que menos me ha gustado de la novela, ha sido el tratamiento de los personajes. No creáis que me molesta que influencers, youtubers, instagramers salgan en las novelas, no soy tan rancia y en este sentido no puedo lanzarme a la crítica. Me parece muy interesante e importante que se empiecen a incorporar estas profesiones a las obras porque forman parte de nuestra realidad. Son lo que consumimos en los que nos apoyamos para nuestras elecciones, son nuestros referentes y no creo que merezcan desprecio ninguno…, aunque esto último no sé si en la novela se cumple.

Y es que desde el principio lo que me ha ido molestando es que no notaba que tuviéramos personajes reales sino prototipos de lo que entendemos que es un youtuber, un cantante, una escritora de Wattpad. En este sentido, a medida que iba avanzando en la trama más idiotas y ridículos me parecían, eran todo cliché: sus diálogos, sus «secretos» inconfesables, lo superficiales que son… Me iba decepcionando porque parecía que todo lo que les estaba pasando se justificaba en qué eran, algo así como «la rubia» de las películas de serie B o, como es un youtuber, es un pajillero y seguro que la monta con las chicas del campamento.

… y el secreto

Y es cierto que alguien que haya leído la novela me puede decir que no es justo lo que acabo de decir porque los personajes tienen un background que les condiciona: su secreto inconfesable. Y lo puedo comprar si los secretos de los personajes sirvieran para que los asesinatos tuvieran sentido, para que el asesino tenga una motivación, algo con lo que extorsionarles o algo por lo que condenarles. Pero es que tampoco… Los secretos solo sirven para justificar el cliché con patas que son. El cantante torturado, el gammer agresivo, el deportista competitivo, la escritora frustrada, etc.

Además, esto podría ser una perspectiva de lector que atravesado, como yo, quiera ver todo lo malo, pero el problema está en que entre los personajes también se tratan así. A la friki se la trata como una friki, en ningún momento se ahonda o se llega a ver un relación más allá de la superficie, etc. Es verdad que se ofrece al lector la narración de esos hechos secretos que tendrían que dar profundidad a los personajes, pero no dejan de quedar como meras anécdotas, ya que no tienen peso después ni en la trama ni en la relación de personajes, como ya he dicho.

Y vuelvo a repetir, alguien puede decir que estoy siendo muy atravesada o que no he prestado atención, que no he entendido la obra… Pero es que al final mismo, cuando se descubre todo el pastel es la propia novela la que te dice que esos secretos estaban ahí para mosquear al personal y ya. Decepcionante, lo siento.

Estilo final

Sin embargo, podíamos decir, bueno quizá no es una trama bien llevada, pero, oye se lee bien… Bueno, no puedo ser injusta y decir que me ha costado leerlo porque no es verdad. Lo que me ha impulsado ha sido sobre todo conocer quién diantres era el asesino y la motivación… Después de no uno o dos, sino tres giros de guion a nada de acabar la obra debo deciros que eso tampoco me ha gustado.

Por su parte, el estilo del autor, pues no voy a decir que escriba mal, pero en mi caso no me ha gustado nada la caracterización de personajes a través del diálogo. Las respuestas de unos y de otros eran completamente predecibles y el empleo de lenguaje malsonante era una cosa exagerada. No soy ninguna puritana, no tengo problema con este siempre y cuando dé personalidad al personaje, que no sea un decir puta por decir puta. Es como si los concursantes de la Isla de las tentaciones se hubieran metido en un libro mal guionizado.

Después he pensado, quizá, Laura, estás enfocando todo mal y no estás siendo el público objetivo al que está dirigido la novela, pero cuál ha sido mi sorpresa al entrar en la ficha de planeta: novela juvenil a partir de 14 años… Pues utilizando ese lenguaje y tal y como se f*ll*n… joder.  

No me lío más, en definitiva ha sido una obra que me ha decepcionado mucho y que no me ha supuesto un buen descubrimiento del autor. No digo, no la leáis porque entiendo que puede haber quien disfrute con algo sencillo, con mucho tópico y que le dé lo justo, pero en mi caso no ha sido una buena experiencia lectora.

El libro en el Bolsillo

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