[Reseña] Una nueva oportunidad. Sobre ‘Todos me llaman Ful’ de Rafa Melero Rojo

Parece inevitable que pensemos que una vez arreglado un fallo este no se volverá a cometer porque la experiencia es nuestra aliada, pero esto es mentira. Está el dicho de que «el hombre es el único que animal que tropieza dos veces con la misma piedra» y eso no creo que sea porque seamos un animal tonto, sino porque precisamente creemos que aprendemos de la experiencia y que podemos controlar la situación. Mentira, también.

La novela que hoy reseñamos aquí (después de una ausencia prolongada, perdón, pero es que he tenido una gripe complicada) va justo de esto, de cómo volver a caer, de qué nos ofrece la experiencia ante el mismo hecho y si somos capaces de salir airosos del asunto. La obra es Todos me llaman Ful de Rafa Melero Rojo, publicada por la editorial Alrevés, del que ya reseñamos su novela anterior gracias en ambos casos al grupo de  Soy Yincaner@. Espero que os guste.

Cuando vas a dar un palo que tenía que salir bien y sale mal, no es difícil suponer que, a partir de ahí, todo lo demás vendrá torcido. Eso lo sabe bien el protagonista de esta novela, a quien todos llaman Ful y que se confiesa «doctorado en calamidades».

Sin embargo, por muy mal dadas que vengan, no deja de apretar los dientes e intentar levantar cabeza, junto a su amigo de siempre, Pepe el Mosso, y un nuevo compinche, Carapán, en un plan que esta vez, con todo estudiado al milímetro, tiene que salir bien porque, sencillamente, ya no puede soportar que la vida le dé más veces con la puerta en las narices.

Ful está cansado de ver cómo sus sueños corren cuesta abajo y más rápido que él. Solo que esta vez la aparición inesperada de Jessi, su gran amor, y la confianza que Pepe le infunde en ese plan que no puede fallar le hacen creer que tal vez existe un resquicio de esperanza que le permitirá encauzar su vida. Y se aferra a él con todas sus fuerzas.

Volviendo a las andadas

La vida en la portería parecía suficiente para Ful: un horario, un techo seguro y un sueldo fijo a fin de mes. Sin embargo, cuando su amigo de toda la vida, Pepe el Mosso, que ya no lo es, lo visita y le propone un golpe donde nada puede fallar, algo se le remueve a Ful por dentro.

Un amigo, una propuesta indecente y toda tu vida puede ponerse patas arriba. Bien lo sabe el protagonista de esta novela policíaca con unos cuantos toques de ironía y humor. Ful tenía una buena vida, sin embargo, Pepe lo desvía introduciéndolo en un golpe donde nada podía salir mal, pero todo parece torcerse. Así seguiremos a Ful y su grupo en un periplo que comienza con el famoso atraco de un reloj de lujo.

De este modo, la Ciudad Condal nos recibe para que nos adentremos en las calles y tugurios más desaconsejados del lugar. Diferentes puntos de vista, ladrones, robados y policías nos cuentan una historia que mantendrá en tensión en todo momento.

El carisma como clave

Lo cierto es que no es la primera vez que el autor nos escribe sobre este personaje (aunque esto no implica que sea necesario leer el libro anterior) y en el fondo da un poquito de nostalgia volver a él.

En este caso, Ful se nos presenta como un hombre reformado, pero muy aburrido con la vida que está llevando en ese momento, de ahí que cuando aparece Pepe se lance casi sin pensarlo. Sin embargo, creo que en este caso Ful queda casi en un segundo plano, sin ser jefe del grupo, casi es el pobre al que han metido en este y que lucha por mantener sus principios dentro de la delincuencia.

Esto creo que sucede por el empaque que el autor ha dado a otros dos personajes: Pepe y Cuervo. El primero es un exmosso que en un intento por recuperar fragmentos de su vida decide utilizar sus conocimientos para dar un golpe definitivo; su carácter es fuerte, decidido y resolutivo, características que le faltan a nuestro protagonista, al menos esa ha sido mi sensación, en este caso. El segundo, un policía que persigue a los que delinquen en su propio bando, se presenta como un hombre duro e implacable, pero a la vez con un bagaje que le lleva a sentir más allá del caso. En esta comparación, me ha gustado mucho más Cuervo que Pepe, ya que lo veo con convicciones más profundas que a Pepe y, sobre todo, con mucho más carisma.

Y, en este sentido, ambos me han llamado mucho más la atención, como ya he dicho, que Ful, que en este caso creo que tiene un desarrollo menor y que se deja llevar más por la corriente.

Eso que dices no

No obstante, en cuanto a la narración en general, reconozco que esta historia me ha tenido bastante enganchada. Desde el principio, el autor deja la tensión en alto y no decae en ningún momento, a cada cosa que piensas que no quieres que suceda o que no sería conveniente, el autor da un giro que te hace pensar «no, por favor», pero ahí van los personajes y continúa el ritmo.

Quizá esto también se haya conseguido gracias a que los enemigos están en casa y no vienen de fuera (aunque haya alguno que sí) por lo que en cualquier momento se podía dar el choque de trenes. La tensión narrativa, por tanto, es un valor en la novela que se maneja no solo con los sucesos en sí, sino también con el lenguaje verbal y gestual que podemos establecer entre los personajes: silencios, miradas, llamadas, etcétera.

En este sentido, el estilo del Rafa vuelve a ser contundente, lo urbano y callejero se funden con un lenguaje sencillo y directo. La agilidad en los diálogos se ve apoyada también con una descripción de escena en nada saturante, sin exceso de descripciones.

Lo que nos ha dado       

Reconozco que lo primero que pensé al terminar el libro fue que ya se había acabado Ful para siempre. Pero no me entendáis mal, no lo digo porque la obra no me haya gustado, que lo ha hecho y mucho; sino porque creo que el autor ha dado un buen final al personaje que termina como comienza, casi podríamos decir que metiéndose en un lío.

Sin embargo, no creo que Ful pueda volver a las páginas, por esto mismo casi os recomiendo mucho más que leáis su historia, merece la pena. El delincuente catalán nos hará vivir situaciones que, si bien se alejan (supongo) de nuestra realidad más cercana, consiguen inquietarnos por su verosimilitud. El autor consigue con muy pocas palabras congraciarnos con los personajes, entrar en la trama y leer el libro con una agilidad pasmosa.

Así como la vez anterior os recomendé que os animarais con él, esta vez me reitero. Todos me llaman Ful se puede leer sin la lectura del anterior, pero ver cómo crece el personaje es genial, así que espero que nos lancéis a los dos. Disfrutad de la lectura.

El libro en el Bolsillo

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