[Reseña] La palabra amalgama. Sobre ‘El universo de Yahivika. Unodix’ de Raimon Martínez Clavera

La creación de mundos y universos me parece una de las cosas más complejas de la creación literaria. De hecho, si pienso en la crítica a algunas producciones audiovisuales, muchas veces tiene que ver más con incongruencias en el propio mundo que en la propia sucesión de acontecimientos. Al final, todos somos un poco narradores y en lo que fallamos es en el dónde, en el cuándo y menos en el porqué. Todo esto bajo mi punto de vista, claro. Creo que los detalles nos pierden y, como nos suelen recordar las novelas de asesinatos, cuando mentimos no tenemos que dar muchos detalles porque es ahí donde nos pueden pillar.

La novela que reseñamos hoy es una novela de fantasía que tiene una extensión a considerar, pero que no por ello deberíamos achantarnos. La obra se llama El universo Yahivika. Unodix, escrita por Raimon Martínez Clavera  y publicada por Círculo Rojo. Espero que os guste la reseña.

La vida de Dylan, un joven que vive en Barcelona, sufre un cambio de 180 grados a raíz de un sueño que lo transporta a un universo mágico: el universo de Yahivika.

Dylan va conociendo poco a poco el nuevo universo, donde, como en todo mundo, existen el Reino del Bien y el Reino del Mal, y una frontera muy clara, la Frontera de Nadie, que no debe ser traspasada. Como nuevo habitante, participará, junto con sus camaradas, en fuertes luchas entre estos dos mundos.

Pero también en este universo Dylan conocerá los valores eternos de la fe, el amor, la amistad, la familia, la cooperación, la solidaridad y la lucha por el bien, que dirigen la vida de los habitantes de Yahivika.

A lo largo de las páginas de esta larga novela, Dylan descubrirá el origen de este universo y, progresivamente y acompañado de un gran equipo de ayudantes, conocerá cuál es la importante misión que tiene que desempeñar para conseguir que este universo no perezca.

En este libro se descubre, además, un universo en el que se podrá encontrar todo tipo de seres fantásticos e imaginarios, desde seres mitológicos, criaturas sobrenaturales, animales fabulosos hasta seres feéricos y entes imaginarios, para, con ellos, adentrarnos y vivir esta gran epopeya que supone El universo de Yahivika.

Desconcierto inicial

Dylan Fenix Waters va a pasar el fin de semana con sus amigos en la playa. Sin embargo, una serie de acontecimientos un tanto inexplicables le llevan a descubrir quién es realmente y qué es el universo de Yahivika. Ya dentro de este nuevo mundo, Dylan tendrá que pelear por mantener el complejo equilibrio que hay entre el Reino del Bien y el Reino de Mal, llegando a encontrar su verdadera esencia.

Hoy nos adentramos en una novela de fantasía que pretende abarcar un mundo completo y en todas sus dimensiones: El universo Yahivika. Para ello, nuestro foco será Dylan, un muchacho que de la noche a la mañana (literalmente) descubre que existe un mundo mágico, con sus propias leyes y sus propios problemas. De este modo, Dylan es alejado de todo lo «normal» que conoce (amigos, ciudad, etc.) y se aventura a descubrir cómo encaja él en ese nuevo mundo y cuál es su misión.

Cuestionamientos

Creo que, ante todo, debo decir que la reseña va a ir con todo el respeto del mundo, ya que valoro muchísimo la profesión de escritor, como para echar tierra a nadie. Sin embargo, sí os reconozco que esta novela tiene una serie de inconvenientes que, para mí y personalizo, son difíciles de salvar.

Cuando comenzamos la obra, lo primero que llama la atención es lo bien que se toma el protagonista todas las cosas imposibles que le están sucediendo: se aparece un hada, transforma el terreno a su alrededor, después viaja a un mundo diferente… Y todo esto él lo asimila como si nada. Si somos justos, luego cuando avanza la narración parece que algo tenía que saber por cosas relacionadas con sus hermanos, pero si esto es así, nos enfrentamos a la primera incongruencia de la novela, ya que esas cosas que le sorprenden como hermosas, mágicas, etc., no porque entren en conflicto con su conocimiento del mundo, ya debería conocerlas, así que queda raro.

En este sentido, para mí, rompe la primera intención o norma de la fantasía que es el sentimiento de lo maravilloso. Una de las cosas que hace que el lector se fascine por un mundo es porque ese mundo presenta maravillas que nos chocan, que hacen realidad nuestras fantasías… En el caso de El universo de Yahivika el autor ha unido la fantasía más dura (elfos, gnomos, dioses grecolatinos, etc.) con las cosas más prosaicas del mundo (La oreja de Van Gogh, carreras de coches, etc.) y el efecto que crea es de extrañeza, de colisión, como si no hubiera un hilo de cohesión en el mundo que ha creado.

Durezas

Otra de las cosas que me ha impactado de la obra es la excesiva violencia en las reacciones de los personajes. No digo que me moleste que haya violencia; batallas, enfrentamientos, carnicerías, todo, lo compro; pero lo que no me gusta es que si un personaje no está de acuerdo con otro su reacción sea un grito agresivo o incluso una bofetada. No hay un preliminar. A esto se añade, un cierto deje de prepotencia en el protagonista, que se detecta en otros personajes, pero especialmente en él. Para ser un mortal que acaba de descubrir su sitio en un mundo fantástico, no teme, no es cauto y no es humilde; se sitúa y cree que todo lo que pisa es suyo por derecho. Es verdad que en la novela se nos deja claro que este personaje tiene un lugar en el mundo y una misión en este universo, pero extraña la poca extrañeza, aquí un ejemplo de redundancia, que presenta ante un mundo nuevo, mágico y con normas muy dispares al mundo del que procede. Recordemos, Barcelona.

Por otro lado, el ritmo narrativo es muy irregular. Al principio suceden muchas cosas que no te explicas porque no conoces el mundo. Una vez que lo conoces y que podrías meterte más en esa línea de acción, el libro se para durante 150 páginas para explicarnos cómo es el mundo a través de descripciones que se paran en el detalle al máximo y que no se economizan en las repeticiones. Así, cuando ya entiendes un poco cómo van las cosas, las repeticiones constantes sobre cómo es un ser o una construcción te frenan mucho.

Además,  a nivel de estilo el autor peca un poco de lo mismo; en algunos casos redunda en conceptos o en ideas que terminan por no aportar nada a la trama ni si quiera a la caracterización del personaje y que lo único que hace es agotar al lector.

Remedio

Creo que dentro de todo esto, la historia, es decir, lo que se quiere contar, puede tener puntos interesantes y, de hecho, hay personajes muy curiosos como pueden ser las donas, algún vampiro que aparece por ahí, etc. Sin embargo, creo que si no se hubiera pretendido abarcar tanto y se hubiera limpiado la obra, eliminando lo superfluo, las descripciones preciosistas, etc., hubiéramos tenido una obra mucho más sólida y entretenida.

Como os digo hay pasajes muy interesantes, conceptos también muy curiosos, pero no se nos quedan porque nos cuentan tantas cosas, nos describen tantos lugares y tantos personajes que (uniendo la cuestión del estilo) al final no te quedas con nada. Además, siendo una obra tan larga y con un proyecto de mundo tan ambicioso quizá lo suyo hubiera sido que sea autoconclusiva (se cuenta todo aquí porque no va haber otra oportunidad), sin embargo, al terminar la obra el final es abierto y se nos hace ver que queda mucho camino.

Por ello, creo que con una novela más corta, con objetivos narrativos claros, con un poco de limpieza de lo superfluo, podría estar bien; sin embargo, a día de hoy a mí personalmente no me ha terminado de convencer la propuesta. No obstante, como digo siempre, esta es mi opinión, con mis individualidades y mis preferencias.

Sin más demora, espero que tengáis una buena salida de año.

El libro en el Bolsillo 

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