[Reseña] Lo que la familia esconde. Sobre ‘¿Quién es Olimpia Wimberly?’ de María Frisa

Este año que he leído más novela negra, he descubierto que las maneras de montar los misterios en este sentido son múltiples y que cambiando una sola pieza estos pueden variar muchísimo. Después de mucho explorar (y aún me queda), me decanto por aquellas que, además de un misterio común (un asesinato, un secuestro, etc.), tienen una historia familiar por detrás. Me gusta esa idea de que la verdad siempre tiene que salir a la luz y de que la vida a veces nos pone en circunstancias que merecen ser ocultadas.

Por ello, la novela que reseñamos hoy es una de esas que poco a poco te engancha hasta que devoras hasta la última página. Se trata de ¿Quién es Olimpia Wimberly?, de María Frisa, publicada por Ediciones B. La he leído junto al grupo de Yincaneras, con las que leer siempre es un placer. Espero que os guste.

Intentar detener a Olimpia Wimberly es tan absurdo como intentar frenar un tren de mercancías con la cabeza. Lleva años al mando de un equipo clandestino encargado de solucionar crisis que ni la policía ni el FBI pueden resolver. Pero por primera vez, tras una misión, termina en el hospital.

Es allí donde un anciano al borde de la muerte la reconoce. Se trata de un hombre indocumentado y sin huellas dactilares que acaba de escapar de la cabaña donde lo han tenido secuestrado los últimos treinta años. ¿Quién es? ¿De qué la conoce? ¿Acaso la confunde con otra persona? Olimpia decide investigar al desconocido y descubrir qué esconde. Sin embargo, ni se imagina que, para ello, tendrá que hurgar en las heridas del pasado que incluso se oculta a sí misma.

Una búsqueda más allá

Olimpia siempre tiene todo bajo control. Sabe cómo actúan las personas, cómo reaccionan, para ha preparado a su equipo de investigación y solucionador de «crisis». Sin embargo, lo que Olimpia no podía pensar es que una «crisis» vendría a ella en forma de anciano indocumentado  y que esta investigación conseguiría desentrañar los secretos mejor guardados de su familia.

La novela que presentamos hoy tiene un comienzo particular, ya que nos sitúa in media res de uno de los trabajos que efectúa nuestra protagonista. La historia continúa y se nos presenta como una novela negra en la que nuestra protagonista falla por primera vez en su trabajo, y la causa se ve más o menos clara desde el principio: su familia.

Será a partir de aquí cuando la historia se lance y comencemos la investigación quién es el hombre que ha encontrado a Olimpia al despertar en el hospital y qué relación tiene su familia con él. Para ello, la investigación del presente y el futuro será crucial.

Un pasado que hizo historia

De este modo, lo primero que llama la atención es esa redacción en dos tiempos, casi alternando capítulos, en la que se nos cuenta por un lado la investigación de nuestra multimillonaria excéntrica y, por otro, la historia de la vida de su madre. Así, el título adquiere una nueva dimensión, no solo queremos saber quién es nuestra Olimpia, sino también quién fue aquella Pia de la que tanto se habla.

Por ello, el recorrido de la investigación se va bifurcando y encontramos a otros personajes como Jacob, el encargado de la informática del grupo de Olimpia, que irá realizando sus investigaciones paralelas. Esto no entendáis que dificulta la historia, sino que la enriquece y, sobre todo, ayuda al lector a poder formular una hipótesis de lo que ha sucedido y sucedió.

Además, en esa investigación, es muy interesante esa narración del ambiente de los sesenta y setenta, con la explosión cultural americana, y la mención a grandes celebridades que pasearon su modo de vida por las calles de Nueva York.

Diferentes ritmos

Quien me lee ya sabe que para mí el ritmo de una narración es importante, y este no tiene por qué ser rápido o lento, sino bien medido. En este caso, creo que la novela comienza un poco parada, es cierto que con la intención de que queden claros los personajes, las relaciones y las circunstancias, pero, para mí no ha dejado de tener cierto puntillo de monotonía.

No obstante, de manera muy curiosa, eso no impedía que siguieras leyendo, es más la trama en sí provoca cierto tipo de enganche, conseguido, creo, gracias a que todos los personajes en menor o mayor medida están intentando resolver el interrogante del título, por lo que tú como lector te implicas en esa averiguación quieras o no quieras.

Además, cuando pasas esos capítulos iniciales, la historia se lanza gracias a los acontecimientos que van sucediendo, que no resultan precipitados, pero sí a buen tempo, y a la historia de ese pasado de lujo que nos fascina por lo lejano y a la vez tan cercano en el tiempo de ese mundo.

Resolución y personajes

Finalmente, otra de las cosas que me ha gustado de la novela ha sido el estilo que utiliza la autora. No había leído antes a María Frisa y, la verdad, la sencillez con la que narra y las pequeñas metáforas que nos va dejando para caracterizar los comportamientos de los personajes me han fascinado. Por poner unos ejemplos poco comprometidos, el personaje de Carlota, la tía de Olimpia, es todo un croquis de sutilidades y referencias que se van descubriendo poco a poco; Jacob manipula, por ejemplo, sus plantas, como intenta componer y descubrir la vida de las personas, ejerciendo la tensión justa para conseguir lo que quiere. En este sentido, sí veremos que los personajes son ligeros manipuladores del resto, pero gusta, ya que eso es lo que conforma y ayuda al lector a averiguar (incluso antes) lo que está pasando.

En este sentido, personajes y resolución me han gustado, aunque no dejo de pensar que los he calado antes de tiempo. En cualquier caso, el mundo descrito en uno y otro lado es tan fascinante y con tantas sutilidades, que poco importa que seas consciente pronto de algunas cosas.

Con prometedor futuro

Lo cierto es que me ha encantado descubrir a la autora y sobre todo a su personaje de esta manera. La novela parece el inicio de una saga de autoconclusivas con Olimpia de protagonista y espero que sea así, porque María Frisa ha hecho un personaje con una personalidad arrolladora y una contextualización muy interesante.

Ante este nacimiento, teniendo en cuenta que la novela engancha en muchos planos, diálogos, personajes y misterios, creo que no puedo sino recomendaros que os lancéis a ella. Las particularidades de la narración, además, son puntos que definen a nuestra excéntrica investigadora, así que disfrutemos de ellos y desentrañemos el misterio de Olimpia. Espero que os animéis con ella.

El Libro en el Bolsillo

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