[LC] Superposición de planos. Sobre ‘Alma de ceniza’ de Laura Montalbán

Hoy comenzamos la reseña con confesiones, en este caso, sobre un género de novelas que me gustan entre poco y nada: las fantasías urbanas de ángeles y demonios. El porqué lo desconozco, pero me pasa desde hace ya tiempo y lo curioso es que no dejo de leerlas a ver si alguna me encandila lo suficiente. Los problemas que le veo a este tipo de fantasía es que la superposición teológica con la fantasía suele dar a la historia unas dimensiones épicas que en algunos casos no se consiguen y en otros no se pretenden. No obstante, como digo, sigo al pie del cañón buscando una que me encaje del todo.

Así que en esa búsqueda, y porque la autora me encanta, me lancé a leer la novela que hoy reseñamos aquí, en una lectura conjunta con el Fénix Club Literario. La obra es Alma de ceniza de la estupenda Laura Montalbán a la que ya conocíamos en el blog por su bilogía de Valentina. Muchas gracias al grupo por organizar la lectura y a la autora por crear mundos estupendos. Espero que os guste.

UN DON, UNA MALDICIÓN, DOS DESTINOS.

Gabriela nació con un don: puede ver las almas errantes que vagan por la tierra.

Cuando su vida tal y como la conocía desaparece, Hernán le pide ayuda para saber por qué se le acusa de un crimen horrible que no cometió. Guiada por su alma, se adentra en el Madrid de 1985 en busca de respuestas. Alonso, policía escéptico y con un gran sentido del deber, hijo de Hernán, se verá obligado a unirse a ella en un caso del que lleva escapando desde que era un niño. Cuando en su camino se cruzan un anciano que en realidad es un duende urbano, y una ninfa con muy mal genio, descubrirán que nada es lo que parece, y que la verdad del mundo en el que habitamos vive oculta entre celestiales que caminan con nosotros y criaturas de libros de fantasía.

La noche que todo cambió

Gabriela vino al mundo como nacen y viven las personas especiales, rodeada de misterio y con una infancia compleja. Su don, ver almas errantes, la lleva a acompañar a Hernán hasta el Madrid de los ochenta para poder dar respuesta a la muerte de este. En esa búsqueda Gabriela encontrará a Alonso, hijo de Hernán, un hombre que tuvo que crecer con el supuesto crimen de su padre, el cual jamás dejó de investigar. Y en todo ello, aparecen ellos, los celestiales, aquellos que parecen conocer y manejar el mundo mucho mejor que nosotros.

El comienzo de esta novela de fantasía urbana es sinceramente prometedor. Con un primer capítulo introductorio que hace que el lector se sienta incómodo por la deslocalización que produce, nos deja con la sensación exacta para comenzar una historia que nos mete en un pacto de ficción muy interesante: convivimos en nuestro mundo con los seres de los cuentos de hadas y con aquellos que más inquietud nos producen, los celestiales.

De este modo, cuando todo queda asentado en un primer momento, nos metemos de lleno en la historia de nuestra protagonista, Gabriela, que investigará la muerte de Hernán, un fantasma que ha acudido a ella pidiendo ayuda. La acción nos lleva a Madrid y será en esta ciudad donde se unan todas las tramas: una investigación policial y una investigación sobrenatural. Los demonios entran en acción.

Rapidez que no frenetismo

Otra de las cosas que destaca de la novela, aparte de la buena exposición de la configuración del mundo desde un principio, es que el ritmo de la novela no para en ningún momento. Esto, sin embargo, no significa que la novela nos deje con la lengua fuera, sino que sabe manejar muy bien el llano narrativo donde la tensión se concentra en el momento de revelación y la acción más pura con peleas, persecuciones, etcétera.

En este sentido, la autora siempre deja margen para que asimilemos las verdades del mundo que va descubriendo y también para que las anhelemos. Por poner un ejemplo que no es spoiler, a mitad del libro todos los que estábamos en la LC dijimos, nos queda medio libro y no hay espacio para que nos des todo lo que queremos sobre esto que nos acabas de descubrir.

Cuidado, esto no significa que nos deje a medias, pero sí que somos capaces, además de disfrutar de la historia y engancharnos, de ver el potencial que hay detrás de una par de descripciones. Para mí esto es saber mantener al lector pegado a las páginas hasta la médula.

El pequeño pero personal

La trama está bien, el ritmo está bien… ¿falla en algo? Realmente, bajo mi punto de vista, no, porque lo que nos queda que son los personajes están perfectamente perfilados. Es decir, tanto la protagonista como sus acompañantes como los antagonistas y los secundarios tienen un perfil definido, completo y dinámico. No hay ningún personaje tipo, ya que todos tienen un trasfondo que los amplía en muchos aspectos.

Sin embargo, es cierto que hay personajes que tienen varias facetas o dimensiones, como lo queramos llamar, que en mi caso (y reitero esto es particular) no me han terminado de casar, restando algo de consistencia al personaje. Es cierto que quizá sea la perspectiva del lector la que entre en conflicto con esta configuración, pero en mi caso me ha dejado un poco extraña.

No obstante, esta extrañeza es mínima y, como decía, la configuración de personajes y su evolución es muy buena, pero es que cuando nos metemos a ver las relaciones entre ellos, es aún mejor. En ellas se van muchas de las hipótesis de los lectores que, además de querer descubrir el pedazo de mundo que ha hecho la autora, queremos ver realmente qué hay detrás de las interacciones sobre todo de los protagonistas.

Sobre la investigación, en este sentido, creo que se lleva muy bien y que el lector va al ritmo del personaje, aunque pueda imaginarse cosas no me parece en exceso evidente, pero tampoco un galimatías.

La queremos ya

En mi búsqueda de novelas de este género que me gusten, la verdad es que he encontrado una que me ha convencido bastante. La investigación en los dos planos creo que está muy bien llevada, ya que en ambos casos la dosificación de daros y entrelazamiento de tramas está muy bien hecha. Por otro lado, el estilo de la autora, ágil, sencillo y con muy buen manejo del ritmo ayuda a que el lector se sumerja entre sus páginas y siempre quiera más. Además, los personajes están muy bien perfilados y tienen carácter.

Es una bilogía, es verdad, pero la historia de este libro sí queda cerrada, así que lanzaros a ella, tenéis mucho que ganar. Espero que os animéis a leerla, no creo que os arrepintáis.

El libro en el Bolsillo 

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