[LC] Una pizquita de magia. Sobre ‘Stardust’ de Neil Gaiman

Volvemos al blog, por fin, después de unas semanas turbulentas a nivel de salud y de trabajo. Ahora que parece que ha llegado la calma, me apetece pensar en aquellas cosas que convertimos en mágicas para poder continuar adelante, tener una pizca de esperanza y creer que, aunque el camino sea tormentoso, al final merece la pena.

En la novela que reseñamos hoy un muchacho comienza una andanza imposible. Sin embargo, como en todas las novelas del género, será más importante el camino que la hazaña en sí. Hoy vamos con Stardust de Neil Gaiman, publicada por Roca Editorial y que he leído, comentado y destripado con los compañeros del club de lectura de Fénix Club Literario. Espero que os guste.

El joven Tristan Thorn está dispuesto a hacer cualquier cosa para conquistar el frío corazón de su amada Victoria, incluso a prometerle que le conseguirá la estrella que ambos ven caer una noche.

Para cumplir su palabra, Tristan deberá cruzar el muro que separa su pueblo del País de las Hadas, un vasto territorio donde nada se parece a lo que él ha conocido, donde ni siquiera las estrellas tienen forma de estrella y donde los duendes y los espectros campan a sus anchas.

En ese mágico lugar, el joven no sólo hará cambiar su futuro, sino que también descubrirá cosas de su pasado que no podía imaginar. Con la ayuda de un unicornio, un barco pirata que surca el cielo, un árbol muy sabio y una florecita de cristal... ¿conseguirá Tristan el amor de su dama?

Una noche de mercado

En el pueblo de Muro hay, como su propio nombre indica, una barrera entre la civilización y las tierras de las hadas, donde podemos encontrar todo tipo de seres fantásticos que amenazarían la tranquila vida de los humanos. Por ello, nunca nada cruza el muro, excepto el día del Mercado. Ese día unos y otros se cruzan, intercambian productos, miradas y dan lugar a grandes historias. Como la de Tristan, que consigue cruzar el muro en busca de una estrella para su amada, Victoria. Sin embargo, nada debería poder cruzar el muro…

El autor de esta novela comienza este cuento de fantasía de una manera que no suele ser la que podríamos esperar. Dentro de la normalidad, el autor hace hincapié en lo excepcional que le sucede a los hombres corrientes y, de esta manera, se da lugar al protagonista de nuestra historia de hoy.

Las andanzas de Tristan comenzarán incluso antes de haber nacido y continuarán con la búsqueda de una estrella caída del cielo para conseguir al amor de su vida. Así, lo que encontraremos en estas andanzas será esa sensación de maravilla al ir descubriendo qué es realmente qué cosa, como por ejemplo la estrella.

Aquello que hay detrás

Acostumbrados a que en los libros de fantasía nos zambullamos en mundo completamente alejados del nuestro, es muy interesante encontrar una historia donde nuestro mundo y el de fantasía conviven sin que haya una contradicción entre sus normas. Esto lo consigue Gaiman con la sencillez con la que se explica a los niños que no existen los dragones: lo que pasa de la tierra de las hadas al mundo humano no es. Es decir, la fantasía desaparece y nos queda el mundanal ruido. Sin embargo, o precisamente por ello, la historia sucede en el mundo de fantasía, donde todo sí puede ser: así nos encontraremos con piratas, sátiros, fantasmas, brujas malvadas y estrellas que son personas.

En este conjunto, y siendo el autor como es, el niño se quedará con el cuento, que el amor es una fuerza que nos lleva hasta el fin del mundo, pero que también hay que saber reconocer ese amor; pero los adultos no podemos dejar de entender que se nos está contando alguna cosa más. Sin querer desentrañar aquí el texto, porque, además, me parece bastante complicado, sí es cierto que esto provoca que tengamos escenas un poco más duras o incluso, crueles, contadas con tal sencillez que entran como algo sin gravedad. Pienso, por ejemplo en la lucha del león y el unicornio (casi la fantasía con la crudeza del mundo real) o en los ataques de las diferentes brujas de la historia (condenadas a dar todo para poder seguir existiendo).

De este modo, la narración sobrecoge a pequeños porque, como en todos los cuentos, los malos son muy malos y los buenos…, aquí tendrán que hacer preguntas los pequeños; y a adultos por lo bien narrado que está aquello que nos da más miedo: la muerte, el paso del tiempo, el error, etc.

 Una fantasía distinta

Además, aunque estamos en una narración más cercana al cuento, pero de fantasía al fin y al cabo, serán pocos los seres que asociemos a la fantasía y más, quizá, los que podamos relacionar con otro tipo de relatos. Por supuesto, las brujas y los fantasmas son seres fantásticos, pero refiero que no tendremos a esos seres amables como son las hadas buenas o los elfos o señores del bosque. Esta fantasía va de personas, como ya he dicho malas y menos malas, pero al fin y  al cabo seres que tienen intereses, anhelos y opiniones.

En este sentido, para mí, la configuración del cuento ha cambiado un poco, al fin y al cabo, no me tengo que dejar llevar por el sentido de maravilla, sino por las acciones  afortunadas o no de los personajes. ¿Qué decide Tristan cuando consigue la estrella? ¿Qué puede hacer o no la bruja cuando tiene al muchacho en sus garras?, etc.

La experiencia

Lo cierto es que cuando te acercas a Stardust puedes tener más o menos idea de qué encontrarás en la obra. Sin embargo, como siempre pasa con este autor, más allá del cuento, de disfrutar de la aventura, podremos fantasear con las interpretaciones y dobles lecturas.

Que no queréis hacer esto, disfrutaréis de un cuento cuya moraleja es tan sencilla como complicada. Es verdad que si habéis visto la película, notaréis ciertas diferencias, pero esto no deja de hacer que Tristan nos enseñe cosas y que nosotros como lectores tengamos nuestro huequito en la historia. Espero que os animéis con ella, porque el autor no os decepcionará.

El libro en el Bolsillo 

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