[Reseña] Levantar la cabeza. ‘Maneras de vivir’ de Luis Leante

Cuando somos jóvenes no sabemos medir, pero no voy por el tópico de que no sabemos medir las consecuencias de nuestros actos y que somos cabras locas. No. Me refiero a que es muy difícil con veinte años ganarle diez pasos a la vida y que, por mucho que lo intentemos, si no somos capaces de conducirnos, nos estrellaremos. Es cierto que de todo se sale, pero de todo siempre quedan consecuencias.

Sobre esas consecuencias nos habla el libro que hoy reseñamos. Maneras de vivir de Luis Leante y publicado por la editorial Edebé, nos contará la historia de Jimi, un cantante que lo tuvo todo y que también lo perdió. Espero que os guste.

Maneras de vivir comienza como una melodía suave que se va convirtiendo en un thriller trepidante y actual que te deja sin aliento a medida que avanza. Pero también es una novela dentro de otra novela, en la que ficción y realidad se confunden.

Todo comienza cuando un escritor se reencuentra con el guitarrista y cantante de un grupo de rock que admiraba en su juventud y decide entrevistarlo para contar su historia. Hay muchas emociones en lid, que abarcan todas las edades y condiciones. 

Y un amor incondicional por la música, que funciona como motor de todos los personajes, incluso en las situaciones más peligrosas o límites.

Una biografía a varias voces

La nostalgia asola al narrador de esta historia. Por ello, cuando descubre dónde trabaja el cantante de su grupo favorito de juventud no duda en visitarlo y proponerle hacer una novela biográfica sobre los sucesos de su vida después de la disolución de su grupo. Así nos adentramos en la vida de Jimi, cantante de Samarkanda.

A modo de entrevista biográfica nos adentramos en esta novela de ficción  contemporánea narrada a cinco voces  nos adentrará en la vida después del éxito de un cantante que triunfó en los años de la movida con su grupo Samarkanda. En ese itinerario nos encontraremos las dificultades de una vida que a veces nos viene dada y que hacemos con ella lo que podemos.

Diferentes puntos de vista

Como hemos dicho, es una novela testimonial, en la que un periodista cuenta la vida del cantante de su grupo favorito. Sin embargo, esta historia no estaría completa sin el testimonio de aquellos que le rodearon, así se introducen en esta novela, donde los personajes son el punto clave, la hijastra de Jimi, Luna; su mujer, Rosa Winchester y su hijo, Manu. De este modo, Jimi y sus allegados irán dando luz a los hitos de la vida de este cantante, con sus cosas buenas y con sus cosas malas, pero sobre todo explorando la psicología del ser humano en diferentes etapas vitales y circunstancias. La idea es que el éxito no es la persona y que tras este queda algo a lo que se llama vida.

En este sentido, la exploración psicológica no reside solo en lo que nos cuentan de los hechos, sino que también los personajes nos contarán qué sintieron y qué supusieron para ellos los acontecimientos narrados. La llegada de Manu a la vida de Jimi, las reacciones de Luna en el núcleo familiar; cómo Rosa conoció en persona al cantante y cómo se convirtió en el gran apoyo de él, etc. En todos ellos, el plano de los hechos y el plano emocional se conjugan para que entendamos a la perfección las reacciones y acciones de cada uno de ellos.

La música como redención

Es una novela donde, obviamente, la música tiene mucha importancia. A parte de ser, de una u otra forma, el medio de vida del protagonista, también es el medio para los personajes de comunicarse entre ellos. De ahí vemos cómo surge la amistad entre Manu y Luna, pero también nos sirven para ver las diferencias entre generaciones, diferencia natural, por otra parte, entre padres e hijos.

Además, supone el rincón seguro de cada uno de ellos donde verter aquello que no se puede decir porque hace daño o porque implicaría claudicar en su personalidad. También, recordemos que es el motivo para que el narrador-personaje de la novela se decida a escribirla. En este sentido, sí es cierto que, a pesar de todo lo dicho, he echado en falta la aparición de más música en sí, no solo de su construcción o anhelo.

Sencillez para lo sórdido

A lo largo de la obra se nos irán contando acontecimientos que de una y otra manera nos llevan a situaciones en las que no querríamos estar. Los problemas con los antidepresivos y el alcohol, la cárcel, etc. son temas que se tratan con cierta simpleza, porque en cierto modo es lo que hay, pero que no por ello se nos presentan maquillados.

Esta parte del estilo del autor me ha gustado mucho, porque los diálogos no se complicaban para ocultar lo sucedido, no se hacían requiebros y sobrentendidos cuando se tenía que hablar de las sensaciones y las causas que llevan a estos hechos. De este modo, la novela se nos plantea muy fácil de leer y seguir, y, además, engancha bastante porque podemos empatizar con muchos de los personajes y conflictos que desarrollan más allá de los grandes problemas que se nos pueden escapar un poco.

Una recomendación gradual

Os reconozco que cuando comencé la novela me costó muchísimo. Al principio me daba la sensación de que el ritmo era muy lento y que los personajes no me interesaban nada. Sin embargo, no muy tarde los dilemas sobre todo de los personajes jóvenes, Luna y Manu, hicieron que me enganchara un poco más de tal manera que, cuando llegué a la parte más dramática de la obra, ya estaba muy metida en la historia.

Como he dicho, es una obra con un estilo sencillo que nos cuenta un poco qué es la vida más allá de lo que somos o lo que creemos que somos. Es decir, por mucho que nosotros intentemos tener todo bajo, hay un punto de caos que no podemos controlar, así que tenemos que saber afrontar en qué quedamos cuando pasa todo ese caos.

Por todo ello, creo que es una obra que sin ser, para mí, una lectura impresionante, sí que ha sido una obra que me ha entretenido, que me ha hecho pensar y que me ha contado una historia que al final da algo de esperanza. Espero que os animéis con él.

El Libro en el Bolsillo

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