[Reseña] Camino de la disonancia. Sobre ‘El rostro en el laúd’ de M. A. Álvarez

No sé muy bien por qué gustan tanto esas leyendas ocultas, misteriosas, supersticiosas y caídas en el olvido sobre nuestro pasado común. No hablo de la leyenda negra (que se me libre de ello), sino de esas cosas inexplicables, que seguramente en su día fueron un bulo o cotilleo y han pasado a nosotros como cuestiones a desentrañar, con un lado oculto casi sobrenatural. Sin embargo, aunque no lo entienda, este interés existe y, cuando este está en una novela, parece que irremediablemente nos engancha más. Y así ha sido en mi caso.

Resolver el misterio, saber si lo que pasa es sobrenatural o no es lo que nos impulsa en esta novela que he leído gracias a la iniciativa de la cuenta Libros viajeros y libres. La novela se llama El rostro en el laúd y es de M. A. Álvarez, finalista de los premios Ignotus en la categoría de Cuento. Espero que os guste.

Una historia de terror sobre un instrumento encantado. Julia, una historiadora de Sevilla demasiado obsesionada por su trabajo, reconoce en la galería de un coleccionista un antiguo laúd que cobija un grotesco rostro en sus entrañas. 

Recuerda entonces una vieja y oscura leyenda que pesa sobre él: se cuenta que hace varios siglos vivía un juglar a quien la gente temía, ya que cuando el músico tocaba el laúd, la desgracia se cernía sobre aquellos que lo escuchaban. Dado su valor histórico, ella decide hacerse con ese lúgubre instrumento y antes de la transacción, el coleccionista le desvela que lo encontró uno de sus antepasados, el cual terminó demostrando un inusual temor hacia el mismo. Pese a las advertencias, Julia lo adquiere y es a partir de entonces cuando comienzan a suceder a su alrededor una serie de extraños acontecimientos. Se trata de una historia narrada a partir de tres personajes que irán desvelando los misterios en torno al laúd, los misterios del presente y del pasado…

Un dejarse ir

Julia, arqueóloga, está trabajando en un proyecto televisivo sobre el yacimiento en el que está trabajando en Sevilla. Este trabajo es quizá el más importante de su carrera, por lo que sus ausencias continuadas de casa están mermando la relación con su hija. Cada vez más ausente, deja en manos de Luis, su hermano, el cuidado de la pequeña, sobre todo después de su último hallazgo: un laúd que según la leyenda está maldito.

Esta historia de terror comienza de manera muy directa. Pronto en la historia nuestra protagonista, Julia, encuentra el laúd maldito que la llevará a obsesionarse cada vez más con su historia. Y, lo dicho, no tendremos que esperar casi nada, como os imaginaréis, para que las cosas comiencen a desestabilizarse a su alrededor: accidentes, malas reacciones, ruidos y más fenómenos se darán en todo el entorno de Julia.

Un recurso efectivo

Y en sí reconozco que no pasan cosas realmente escalofriantes, pero sí que es verdad que se utilizan los recursos típicos del género que son muy efectivos: una niña, a la que el lector quiere todo el rato que no le pase nada porque, precisamente, es una niña; el perro, que es capaz de detectar cosas que los humanos no; y la persona que pasaba por allí, en este caso Luis, el hermano de la protagonista, que como sucede en estos casos tiene un secreto o debilidad que le llevará a ser objetivo fácil de todo este maleficio

Para que, además, podamos seguir la historia en todas sus dimensiones, la autora hace un relato a tres voces, la de Julia, la de Luis y la de Gauriel, el primer poseedor del laúd. En el conjunto de las tres veremos cómo poco a poco el laúd se va haciendo con la conciencia de cada uno de ellos, sin embargo, para mí la más lograda es la historia de Gauriel ya que la autora adecua estilo y trama a la época en la que sucede la primera historia de laúd.

Asimismo, a estas tres voces y estos tópicos que tan bien funcionan, se unirá esa sensación de irrealidad que tanto nos despista, pero que también disfrutamos. Algunas escenas caerán en la duda de si son reales o no, ya que las circunstancias de los personajes, los resultados de los actos pueden llevarnos a confusión. No obstante, cuando la escena tiene que ser potente, lo es y la autora no escatima en detalles y descripciones que nos incorporen al suceso, casi como si estuviéramos presentes.

Sin complicaciones

La verdad es que esta es una lectura que me ha gustado, porque es efectiva y corta. Es cierto que quizá no es una historia que se me quede, pero la verdad es que está bien escrita y tiene muy buen ritmo. No se demora en los detalles escabrosos, pero los da cuando es necesario; no nos hace sufrir con escenas con personajes débiles, pero lo da todo cuando tenemos a nuestros grandes protagonistas. Además, consigue suscitar nuestra curiosidad más allá de la historia de terror, así que creo que lo tiene todo para que tengamos una lectura que se disfruta, se lee en un suspiro y nos da una buena historia.

Espero que os animéis con ella este verano. Están bien las historias de piscineo, pero una buena de terror no amarga a nadie. Disfrutad de la lectura.

El libro en el Bolsillo

Consigue la novela 👉: El rostro en el laúd de M. A. Álvarez

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