[LC] Delegar la autodestrucción. Sobre ‘Sinsonte o el pájaro burlón’ de Walter Tevis

Recuerdo un mito de Platón sobre el peligro de la escritura, en él decía que esta sería un fármaco para la memoria y que provocaría que los hombres, de hecho supieran menos cosas. Lógicamente era un juego, ya que sabemos que la escritura ha favorecido el pensamiento abstracto y su transmisibilidad. Sin embargo, ese mito que parece andar en pañales, no es otra cosa que esa inquietud que la humanidad tiene ante sus propios progresos, en un equilibrio muy complicado entre el miedo a lo que somos capaces de hacer y que esto sea correcto o no. Así, pasado el tiempo, lo demuestran los múltiples ensayos y novelas sobre el desarrollo que estamos dando a las inteligencias artificiales (desde los robots más básicos hasta los androides).

En la novela que reseñamos hoy, y que he leído junto al Club de Lectura de Ciencia Ficción y Distopía de Lola Mérida, trata un poco esta idea así como la conciencia o no de la humanidad sobre lo que ha delegado en las IA. La obra se llama Sisonte o el pájaro burlón y es del autor Walter Tevis, nominada a los premios Nébula de 1980, y ahora la tiene publicada Impedimenta. Espero que os guste.

Han pasado cientos de años y la Tierra se ha convertido en un planeta sombrío y distópico en el que los robots trabajan y al ser humano solo le queda languidecer, arrullado por la dicha electrónica y la felicidad narcótica. En semejante mundo sin arte, sin lectura y sin niños, la gente opta por quemarse viva para no soportar la realidad. Y es en este escenario donde Spofforth, la máquina más perfecta jamás creada, un androide de duración ilimitada que ha vivido siglos y que en la actualidad es decano de la Universidad de Nueva York, acaricia su máximo anhelo: poder morir. El único problema está en que su programación le impide suicidarse. Hasta que en su vida se cruzan dos personajes: Paul Bentley, un humano que ha aprendido a leer tras descubrir una colección de viejas películas mudas; y Mary Lou, una rebelde cuya mayor afición consiste en pasar horas y horas en el zoo de Brooklyn admirando a las serpientes autómatas. Pronto, Paul y Mary, como dos modernos Adán y Eva bíblicos, crearán su propio paraíso en medio de la desolación.

El descubrimiento del sinsentido

Robert Spofforth ha sido creado para durar eternamente. Su misión, velar por la humanidad, está siendo llevada a cabo escrupulosamente, sin embargo, él no es capaz de dar el paso, el paso que le lleve más allá del Empire State. Siendo decano de la Universidad de Nueva York, descubre a Paul Bentley, un humano que ha aprendido a leer, a través del cual recuperará los anhelos que una vez descubrió que no podía tener.

Sinsonte o el pájaro burlón es una novela de ciencia ficción cuyo protagonista, un androide llamado Robert Spofforth, nos presenta un mundo completamente robotizado donde los humanos solo se limitan a vivir de la mejor manera posible, a través de diferentes drogas,  sexo sin compromiso y considerando la intimidad y el individualismo como las máximas propiedades del ser humano. No obstante, decir esto de la novela no es del todo cierto, ya que se nos presentarán dos perspectivas más, la de Paul Bentley y Mary Lou, casi a modo del último Adán y la última Eva en la Tierra.

Comprensión límite

Os reconozco que me es un poco difícil hacer la reseña de esta obra porque, por un lado, las historias se nos presentan desgajadas, casi como entes independientes, y, sin embargo, se entrelazan de manera perfecta en muchos puntos de la trama. Por otro lado, el descubrimiento de la verdad tras el relato, que no quiero destriparos, hace que el lector tenga cierta sensación de cólera y traición al menos sobre uno de los protagonistas.

De este modo, si me centro en cada uno de los personajes os diré que nos encontramos ante una historia sin más trama que la de avanzar adelante. En un primer momento, ninguno de los tres tiene más objetivo que seguir viviendo y así nos lo hace llegar la narración. Spofforth nos plantea su dilema, es eterno, no es humano y no puede morir; Bentley lo que será su condena, ha aprendido a leer de manera autónoma en una sociedad completamente analfabeta; y Mary Lou se deja querer, siempre y cuando pueda mantener su libertad alejada del sistema.

Ahora bien, a medida que avanzamos en la trama, vemos que este seguir adelante esconde debajo mucho más. En el caso de los humanos el espíritu de rebeldía (consentida hasta cierto punto por Spofforth) les lleva a preguntarse cuánto puede avanzar en contra de lo que la sociedad (o más bien el ambiente, ya que no podemos llamar sociedad a unos seres cuya reacción es únicamente la ingesta de pastillas) ha establecido. De este modo, no solo exploran sus capacidades, a través de la lectura fundamentalmente, sino también su sentimentalidad, individualidad (conjunta en muchos casos) y su capacidad de trascendencia.

En el caso del androide, a pesar de su papel determinante en la novela, se nos velará hasta bien avanzada la historia. Podremos dilucidar que en su ser se esconden los anhelos que adjudicamos a los robots en toda la literatura, no obstante, Robert Spofforth se nos irá descubriendo en su magnitud, tanto por las capacidades que tiene de actuación como por el trasfondo que vamos descubriendo.

Sin camino, pero no sin senda

Eso sí, aunque parece que la historia solo se centra en ese seguir adelante de los personajes, no nos sucederá lo mismo con los temas a tratar en la obra. En ellos encontraremos temas de todos los tipos y áreas de las ciencias humanas. Desde nociones de estadística, pasando por cuestiones religiosas, todas ellas serán tratadas desde un punto de vista crítico y multiperspectivista.

En mi caso, los que más me han llamado la atención han sido la cuestión religiosa y la idea de libertad, o libre albedrío si lo queremos poner en la misma clave que la anterior. La segunda es quizá la que aparece más al principio de la novela y al final. A través de los personajes de Robert y Mary Lou veremos cómo la humanidad se ha encerrado en cierta media en la situación en la que se encuentra en ese momento. Sin embargo, el dilema se sirve cuando encontramos a Mary Lou, que ha decidido motu proprio no seguir con aquello que parece dictaminado; y a Robert, en cierto sentido, agente del orden que «supuestamente» se han dado los humanos. Los diálogos y reflexiones de ambos personajes nos llevan a preguntarnos por lo que realmente queremos, sobre si somos conscientes de todas las consecuencias que tienen todas nuestras ideas y, quizá de manera más trascendente, qué es lo que define al ser humano, su condición o su capacidad de decisión.

Sobre el tema religioso, que aparece en la segunda mitad de la novela, veremos que se usa como comparativa. Es decir, la doctrina religiosa (tal y como se presenta en la novela) y la doctrina socioeconómica (que se presenta en la novela, reitero) son lo mismo en cuanto a la pretensión de ordenar las acciones y comportamientos del ser humano. Un personaje pasa de esa sociedad que está sometida, o mejor dicho tranquilizada en el presente, a través de la droga, para entrar en una sociedad que está sometida, o mejor dicho tranquilizada, a través de una religión que le promete tiempos mejores en un futuro. La comparativa entre ambas nos hace plantearnos dos cuestiones: la necesidad del ser humano de algo que le ayude a afrontar la sociedad (y no digo la vida, porque esa solo con respirar se pasa) y la necesidad del porqué y para qué constante. Y en ambas sociedades lleva a la misma conclusión en la novela, la inmolación porque ninguna de las dos soluciones es suficiente.

Tranquilicémonos

Esta radicalidad nos haría plantearnos la novela desde un punto de vista negativo, y cabe decir que no es pesimista, pero es muy cruda en cuanto a la robotización del mundo y la deriva de la humanidad, sin embargo, la obra lo que hace es una invitación radical (entendido esto como «de raíz») para que intentemos entender lo que nos rodea en su profundidad y actuemos en consecuencia y para nosotros antes de que lleguemos a esa conclusión irremediable. Sin dar mucha pista, pero para que nos quedemos todos más tranquilos, el final de novela nos enseña que esto es por lo que pelea la humanidad desde siempre y que es posible que se equivoque, pero siempre encuentra la manera de seguir adelante.

Espero que os animéis con la novela, porque creo que dentro de toda la incomodidad que pueda causar, por temas e incluso por estilo de narración, nos plantea unas cuestiones muy interesantes que nos pueden ayudar a relativizar lo que nos rodea.

El Libro en el Bolsillo

Consigue la novela 👉: Sinsonte o el pájaro burlón de Walter Tevis

Puntuación:

Comentarios

  1. No es lo que suelo leer pero si es lo que me gusta para salir de mi zona de confort, porque me gustan los libros de ciencia ficción que nos hacen reflexionar y que no están tan lejos de una realidad que yo no veo tan lejana en el tiempo.
    B7s

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  2. ¡Hola! ¿Como estas?
    Me gusta en ocasiones salir tambien de mi zona de confort, tiene una muy buena portada, me llama mucho la atencion <3
    Muchas gracias por la reseña <3
    Bonito sabado <3
    Diana de Aventura En Libros <3

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  3. Holaaa
    No soy muy fan de la ciencia ficción y está editorial se me va mucho del presupuesto así que creo que por ahora no no leeré 🥹
    Un saludo
    Inkties

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  4. ¡Hola!
    En general no me gustan los libros de ciencia ficción y, aunque he leído siempre buenas críticas de este libro, los temas que trata no me terminan de llamar la atención. A mí el tema de que genere incomodidad no me molestaría, pero sí es verdad que la trama no es mucho mi estilo, así que no creo que me anime.
    Un saludo y gracias por la reseña :)

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