[Reseña] Justo ese momento. Sobre ‘Todos tenemos una historia’ de Rosacabezaolías

¡Hay un punto de inflexión en todas las personas, ese algo que hace que cambiemos nuestra postura o evolucionemos en alguna idea. Sin embargo, no nos damos cuenta, o al menos no siempre, de que nuestra vida está llena de pequeños puntos de inflexión que comienzan desde temprana edad. Para mí, los que más peso han tenido han sido los de la adolescencia y reconozco que por ellos, la novela que reseñamos hoy en el blog me da un poco de envidia sana.

La obra nos lleva al segundo tomo de la saga El café de los gatos de la autora Rosa Cabezaolías. Es verdad que he empezado al revés y estoy reseñando primero el segundo, pero también es cierto que se pueden leer de manera de independiente. De este modo, Todos tenemos una historia nos lleva de nuevo a ese café tan especial, situado en el barrio de las letras de Madrid, donde parece que una gata vela por el vecindario. Espero que os guste.

Julia vive en el Madrid de los Austrias con sus padres, que regentan una cafetería donde los clientes pueden interactuar con gatos. Es septiembre y comienza tercero de la ESO, tocan los nervios por los nuevos profesores, el reencuentro con los amigos. 

Lo normal, vamos…, pero hay algo que hace diferente a Julia, y es que la protagonista de esta historia puede convertirse en gata: caminar por los tejados, comunicarse con gatos, perros… y resolver misterios con su mejor amigo, Iván que tiene deficiencia auditiva y, por ello, tiene habilidades especiales que utiliza para ayudar a Julia.

Las problemáticas de mayores

Julia lleva ya un año en su nuevo instituto y las cosas no van nada mal. Tiene su grupo de amigos, Iván y ella pueden contar el uno con el otro y el café que su familia abrió va viento en popa. Además, sus salidas por el barrio transformada en gata le dan ese punto de libertad que tanto le gusta. Sin embargo, su compañera Celia, con la que no es que se lleve muy bien, comienza a salir con un chico mayor que ella y Julia descubrirá que, aunque no sea su amiga, a veces hay que ayudar a pesar de todo.

Todos tenemos una historia es una novela de fantasía encuadrada en la Madrid de las letras, como en el anterior libro de la saga. En este caso, acompañaremos a Julia en su descubrimiento de sí misma y el mundo que le rodea, ya que nos encuadramos en plena adolescencia con lo que ello supone: grupos de amigos, comienzo de relaciones, pero también la convivencia entra padres e hijos y la gestión de las propias emociones. Todo ello, aderezado de nuevo con ese toque de aventura y entuertos en los que tanto le gusta meterse a nuestra protagonista.

Diferentes focos unidos

El principal foco de la obra será Julia que seguirá explorando cuando puede el barrio de forma gatuna. Este ir y venir nos llevará a uno de los temas de la novela, que si bien no es el la trama principal, sí que me parece muy interesante por el tema que trata. Sin querer ahondar mucho para que os animéis con él, Julia conocerá a una familia un tanto especial que nos enseñará que a veces el mundo se ve de otra manera y que tenemos que aprender, por tanto, a relacionarnos y convivir con las distintas maneras de aprehender el mundo.

Sin embargo, no es lo que más destaca de sus escapadas como gata, no, lo que más destaca es la curiosidad enorme que siente Julia y que aprovecha para saciar convertida en gata. Así es como nos enteramos de que Celia, no su archienemiga, pero sí una compañera un tanto descortés con ella, está teniendo una relación tóxica que la está haciendo infeliz. A partir de aquí, veremos que Julia, en sí misma, pasa a un segundo plano y el grupo de amigos se centra en cómo poder ayudar a Celia.

La adultez

En este sentido, creo que la autora ha hecho muy buen trabajo explicando las perspectivas de todas las partes, tanto lo que va sintiendo la propia Celia, como los razonamientos de sus amigos, que pueden ser más o menos acertados, pero que, desde luego, se aproximan mucho la realidad. Para poder escribirlo, la autora se ha documentado y creo que el resultado ha quedado perfecto para poder ayudar, a través de la historia, a aquellas personas que se encuentren en esta situación emocionalmente tan confusa.

No obstante, aunque Julia da un paso atrás en cuanto a sucesos, no la dejaremos de lado y con ella veremos cómo evoluciona la relación entre padres e hijos en esta etapa. Aquí se incorpora el personaje de Carmen, la madre de Julia, que nos sorprenderá por el nivel de comprensión de las situaciones que su hija tiene que afrontar. Entre otras, el descubrimiento de sí misma, ya que ahora necesita conocer su pasado y el porqué de su capacidad de transformarse para entenderse completamente.

No nos olvidamos de los gatos

Explicado así, parece que la novela es súper seria y muy reflexiva, pero no nos olvidemos que tenemos nuestro toque de aventura divertida e intrépida. Esta vendrá de la mano de los gatos, gracias a los cuales podremos espiar, investigar y repartir justicia sin que nadie sospeche que saben más de lo que parece.

Viviremos con ellos, secuestros, ataques, momentos de tranquilidad y momentos que te sacan la sonrisa, porque como ellos, sabemos más que los propios personajes. En este aspecto, creo que la autora lo hace genial, ya que sin quitar importancia a los temas más serios nos mete dentro de la historia con acción, toques de humo y un estilo sencillo y ágil que hace que sigamos la trama a buen ritmo.

Creo que es una muy buena lectura, tanto para los más jóvenes que pueden divertirse y verse en la novela, como para los adultos, que nunca lo sabemos todo. Espero que os animéis con ella y la disfrutéis.

El Libro en el Bolsillo

Lee la novela 👉: Todos tenemos una historia de Rosa Cabezaolías

Puntuación: