[Reseña] Medir las palabras. Sobre ‘El coleccionista de besos’ de Pedro Ramos

Llevo un tiempo que, por diferentes razones, he empezado a pensar y plantearme cómo de incluida estoy en la sociedad que me rodea: si soy rara, si entiendo lo que me dicen, si soy capaz de meterme en las convenciones sociales… Ya hace tiempo que asumí que no sabía tener amigos, pero luego resultó que alguno sí sabía hacer, aunque ciertamente no están en el ideal de personas con las que querría estar veinticuatro horas (disculpadme por esta confesión, aunque también es un hecho que acepto que no os pasáis por aquí). En cualquier caso, la conclusión a la que he llegado es que me he hecho demasiado mayor como para que nadie tome mis posibles problemas de socialización en serio. Así que, aquí estamos.

La novela que reseñamos hoy es muy interesante porque nos acerca a un joven al que la vida le ha venido encima y hace con ella lo que puede. La obra se llama ‘El coleccionista de besos’ de Pedro Ramos y está publicada por Edebé. Mi enhorabuena a la editorial porque creo que (por fin) tenemos una juvenil interesante.

IAN tiene 18 años y se le ha diagnosticado Trastorno del Espectro Autista. 

Pero ese no es su principal problema: se ha enamorado de TNA, una alumna de intercambio italiana que está fuera de su alcance. Hasta que empiezan a acosarla por Internet. Entonces, IAN descubrirá que es capaz de relacionarse mejor por medio de sus mensajes de texto que en persona, e intentará ayudarla. Para ello tendrá que enfrentarse a su grupo de amigos y a una sociedad que aprovecha la mínima diferencia para marginarte. Juegos de ordenador, redes sociales y mucha emoción componen esta novela actual, rápida y llena de intriga, donde el protagonista habrá de luchar contra sí mismo, primero, y contra la sociedad, después, para demostrar que todos traemos alguna carencia de serie. Aunque no todas sean diagnosticables.

La historia unos tantos

Últimos días de segundo de Bachillerato, en nada tendrá que presentarse a las pruebas de acceso a la universidad, 18 años. Sin embargo, IAN (su nick en las redes) prefiere continuar con su blog, donde publica besos, frases que le llaman la atención…; jugar al ordenador y hablar con sus amigos. Esos que le llaman zanahorio, lelo, marica… Pero sus amigos al fin y al cabo. TNA llegará a su vida para cambiarle un poco, pero no demasiado, porque al final IAN es IAN.

Leer El coleccionista de besos es adentrarse en una novela juvenil que nos rompe un poco por dentro. El desconcierto es lo primero que nos acompañará cuando nos adentremos en la vida de este joven TEA, ya que por mucho que podamos acercarnos a comprender algo de cómo percibe y gestiona lo que le rodea, jamás podremos entenderlo al cien por cien.

La novela por tanto nos hace una propuesta en la  que nos pide que nos pongamos en la piel del protagonista e intentemos creer lo que nos cuenta. Ni más ni menos. Así acompañaremos a IAN en uno de los momentos cruciales de su vida, y no es la PAU, sino decidirse a seguir su vida y pelear por sí mismo.

Ciberacoso

Y es cierto que la historia de nuestro protagonista por desgracia no es una historia aislada, la podemos ver en nuestros centros, aunque tampoco queremos alarmar, estamos ante una ficción realista, pero que como tal nos pone en el peor de los casos. Además, la historia no solo irá de IAN.

La historia se divide en dos partes, por un lado la historia donde TNA es la víctima. En ella podremos ver abuso sexual y ciberacoso, podremos entender lo fácil que es convertirse en cómplice si no tenemos claro que eso es un delito, pero también veremos cómo actuar y dar un paso al frente para seguir adelante.

Por otro lado, en la segunda parte, encontraremos el desarrollo final de IAN, cuando entendiendo poco a poco qué es lo que siente, comienza a intentar vivir tal y como es. Esta parte, al menos para mí, me ha resultado muy dura, ya que el joven no solo tiene que incluirse en el mundo sino que, además, detecta todos los fallos del mismo. Para el lector no es solo angustia por lo difícil que le resulta, sino también porque es un descubrimiento para nosotros mismos de los fallos y nuestros fallos.

En este sentido, la temática de la obra es bastante actual, aunque se sitúe unos años atrás en el tiempo, y necesaria, creo yo, para que entendamos tanto la parte de trastorno del espectro autista, como las relaciones tóxicas que se establecen tanto dentro como fuera de la red.

Aprendamos juntos

El libro se lee muy rápido, ya no solo porque su longitud no es muy extensa, sino porque nos hemos acercado a los medios de comunicación actuales, de esta manera, muchos de los diálogos serán conversaciones de chat, que agilizan mucho la narración, pero también ayudan a entender los problemas de comunicación que de hecho provocan.

Además, el estilo del autor es muy ameno y no se anda con medias tintas a la hora de explicarnos lo que sucede. Su acercamiento a las reacciones de los TEA muestra que ha tenido un lector de parte y, la verdad, es que se agradece.

Por todo ello, creo que es una novela que nos revolverá por dentro, sobre todo si nos ponemos en el lugar de los personajes, pero que merece ser leída y aplicada un poco más allá de sus páginas. A mí me ha gustado, me ha descolocado y me ha dejado con ganas de pensar y reflexionar. Espero que os animéis con ella y que os guste.

El libro en el Bolsillo

Consigue la novela 👉: El coleccionista de besos de Pedro Ramos

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