[NG] Luchar por la esperanza. Sobre ‘El viaje de Shuna’ de Hayao Miyazaki

Contemplar nuestro alrededor puede producirnos impotencia. En un mundo donde se supone que todo va bien y que no nos falta de nada, el hecho de «hacerlo bien» no garantiza que tengamos la vida resuelta. Esta incertidumbre, por la que haciendo nuestro mejor esfuerzo no tenemos nada firmado, nos lleva a vivir con la sospecha, la tensión y la intriga del qué pasará. Solo los movimientos hacia delante, en los que intentemos hacer algo por cambiar nuestro status quo son lo que quizá nos puedan dar una esperanza.

Hoy presentamos en el blog un libro que fue uno de los regalos de éxito durante las pasadas navidades. No solo por su autor, sino por la presentación de su edición El viaje de Shuna de Hayao Miyazaki, publicada por la editorial Salamandra, se ha convertido en una obra casi de culto. Espero que os guste.

Shuna, joven heredero de una tierra hostil y baldía, pasa los días observando con desesperación cómo su gente trabaja hasta el agotamiento cosechando el poco grano que crece en sus campos. 

Un día, un misterioso anciano llega a sus tierras tras un largo viaje y, moribundo, le habla de unas semillas doradas con las que podría devolver la abundancia a sus cosechas. Sin embargo, tendrá que pagar un alto precio si quiere encontrarlas, pues las semillas están en el lugar donde nace la luna y regresa a morir, donde la tierra anuncia su fin, un lugar del que nunca nadie ha regresado. Shuna, esperanzado ante la idea de poner fin a la hambruna de su pueblo, emprende un peligroso viaje hacia el oeste.

Viaje al oeste

Nos adentramos en la historia de Shuna, el príncipe de un reino sumido en la pobreza sin más alternativa a esta. Un día este príncipe rescata a un viajero que termina muriendo, sin embargo, antes de que se acabe su vida este lega su sueño a Shuna: viajar al oeste para encontrar una semillas que consigan librar a su pueblo de la pobreza.

Escrita antes de la fundación de Studio Ghibli por el deseo de Miyazaki de adaptar la leyenda tibetana El príncipe que se convirtió en perro, la primera idea del directo fue adaptarla a animación, pero ante la imposibilidad de hacerlo en los tiempos que corrían, decidió darle la oportunidad en este formato. Dos años después, conseguiría fundar Studio Ghibli.

De este modo, encontramos una fantasía que nos presenta un mundo empobrecido y desértico, pero con avances como las armas, en el que los hombres no son capaces de cultivar. Además, este mundo es hostil para con el príncipe que tiene que sobrevivir al mínimo durante mucho tiempo en su viaje al oeste, lugar donde parece que podrá encontrar la solución a la realidad que le rodea.

Paisajes, movimientos

Lo primero que vemos nada más abrir esta novela gráfica es esa desolación tanto en el mundo como en el ánimo de los personajes. Para ello, el autor nos ha ofrecido unos paisajes que son tan hostiles como la realidad de la situación: eriales, desiertos, pastos secos y edificaciones a medio derruir. El medio, por tanto, será clave para la narración de la historia, el paisaje se convierte en un personaje más con el que interactúa nuestro protagonista, contra el cual tendrá que pelear y que supondrá su fracaso o su éxito.

En este sentido, cabe destacar el magnífico dibujo del director. Recordando a esas primeras películas del estudio en las que la línea se desdibuja para dar cabida al movimiento y centrarse en el personaje, la novela nos deja claro el contexto, pero nos permite imaginar y terminarlo nosotros mismos.

Y esperanza

A nivel de trama, la historia supondrá a parte de un viaje de búsqueda, un viaje de descubrimiento de la propia fortaleza y de la realidad del mundo que le rodea, un mundo que obliga a nuestro príncipe a tomar decisiones y partido en las injusticias que va contemplando. Sin embargo, no todo lo humano será terrible, valores como el esfuerzo, la ternura, el cuidado del prójimo y la esperanza nos inundarán a lo largo de la obra, dándonos esta última idea como algo que nos tranquiliza.

La parte mitológica también aparece, ya que son los dioses quienes niegan la capacidad de cultivar a los hombres. En ella encontraremos un mundo que siendo bello, sin embargo, produce terror, pero quizá se nos muestra como una metáfora de aquello que nos rodea en la realidad.

Volver a lo más crudo

Lo cierto es que, a pesar de esa hostilidad y esa desesperanza que intentan atacar a Shuna durante la obra, es una novela que se disfruta mucho. El apartado gráfico, como hemos dicho, es muy agradable y nos lleva a ese Ghibli más crudo y más visceral de sus primeras historias.

La fantasía viene acompañada de una visión muy interesante de un presente terrible con un pasado evolucionado que desapareció. Sin embargo, justo todas esas cosas negativas que rodean la historia nos hacen buscar la vía que permita seguir adelante al protagonista y por extensión a nosotros, la vía de la esperanza.

Una novela bonita, cuidada en todos sus aspectos y que nos dura un suspiro que disfrutamos desde la primera línea. No me queda sino recomendaros la historia y espero que os animéis con ella.

El libro en el Bolsillo 

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