El poemario que hoy presentamos, después de mucho tiempo sin presentar por aquí este género, nos invita a navegar en estas ideas en un vaivén de emoción que el Yo poético intenta controlar. La obra se llama Misivas del desvelo de Anabel Úbeda Bernal, a la que ya conocimos en su poemario anterior Visiones del refugio azul. Espero que os guste.
Misivas del desvelo se erige como el paso lógico tras Visiones del refugio azul, en cuyo final se confunden el encuentro con el amado y con una misma.
Esta vez no se cuenta una historia, ni un pensamiento, se establece un diálogo cuyos partícipes quedan difusos, a la espera de la verdadera respuesta, el intento de romper la incomunicación con el otro, con el mundo y con el alma, cuyo único fin es volver a hallar el camino, la paz, entre todas las interferencias.
Un poemario muy completo
A modo de diálogo con otro que no
podemos determinar, Misivas del desvelo
se nos presenta como un trabajo donde el Yo
Poético tiene una misión clara: agitar
a su lector para que dé sentido al poema y trate de comprenderlo.
Esta idea de lector interpelado, nos lleva a una lectura profunda que nos descubre también, el anhelo de una tierra que no fue y que no es y de cómo el yo puede abordar esa confusión y desorden de tiempos. Además, de manera general es muy interesante cómo encontramos una poesía desgarradora en cuanto a los sentimientos humanos, que integra excepcionalmente bien la parte tecnológica que hoy día nos acompaña, tanto la parte virtual como física de la misma. Sin desentonar y romper el mundo mágico del poema, estos elementos entran en él como algo propio de la poesía.
Para realizar toda esta hazaña, la autora ha dividido el poemario en aproximadamente cinco secciones (depende de la visión del lector, aunque pueda parecer mentira) a través de las cuales nos desgrana ese desvelo no solo individual, sino casi generacional.
«Pantallazo»
La crispación de tus células,
eres un grito en la inopia
sin un hogar más definitorio
que el del aislamiento
En esta primea sección, encontramos composiciones sobre el descreimiento en muchas facetas de nuestra vida: en personas, en juramentos, en convicciones… Todo esto lleva a la voz poética a un signo de desdén a todo lo vital que le rodea.
En este sentido, en muchas de las composiciones, esa decepción ante lo que no es como se creía se debe a la doble faz, muy bien introducida con metáforas, entre nuestra realidad física y nuestra realidad virtual. Con esta idea, también se desarrolla cómo muchas veces nos convertimos en otra cosa para conseguir nuestros objetivos y estos, aún así no llegan, dejando un rastro de lo que fuimos que a lo mejor no podemos o no queremos recuperar.
Frente a ello, también encontramos un yo poético que, a pesar de todo esto, tiene esperanza y se invita a esperar y resistir ante algo nuevo que le avive.
«Crónicas»
En esta segunda parte, nos lanzamos a poemas del recuerdo. En ellos, el yo clama por la situación del mundo que la rodea, en este caso España, que glorificada en un pasado, ahora no es más que el polvo de lo que queda. Así se nos habla de Castilla, le España vaciada, Granada… Entre sus líneas también podemos intuir los causantes de esta desgracia para la tierra y la decepción de lo que pudo ser y no ser.
«Álbum»
En esta tercera parte, nos encontramos ante una prosa poética donde se nos relata la historia de una familia y su confrontación de la pérdida. En ella, surgen los dilemas y conflictos que la vida ha ido haciendo que se quedaran ahí y, en ese momento, donde se espera de nosotros que seamos humanos, somos más humanos que nunca, sinceros, aunque duela.
«Diapositivas»
En este caso nos encontramos ante una selección de poemas costumbristas que nos llevan a una España quieta, serena, pero que se alimenta de su folclore y de su propio paisaje. Asimismo, a través de esa ambientación nos habla del deseo y de la extrañeza del mismo:
[…] Te aproximas a mí, con la boca prendida en alevosía,
Pronuncias esa frase, que contiene nuestros
nombres.
Sola, nominal, todo me parece ajeno.
También en ellos podemos ver el recuerdo de pasiones antiguas, de los momentos anteriores en los que el Yo poético empezó a ser él mismo y se reafirma en ella. De igual modo, ese yo también es sincero consigo mismo y plantea su presente como un avance hacia una nada incierta. Un vacío que es el tiempo, que teme porque deja atrás lo que fue.
«Diario»
Esta quizá es de las partes que más me han gustado, ya que los poemas unen tres elementos en ellos que nos llevan a explorar el deseo y la persona. Esos tres elementos son la naturaleza, lo religioso (profano) y el cuerpo, para ello el empleo del concepto de «hoja» es clave: hoja del árbol que cae, hoja que adorna los altares, hoja donde escribo. Esto no ha de ser positivo, de hecho en uno de los últimos poemas, el yo poético confiesa que ese yo en el papel le hace tener que decidir entre quien fue y quien es. Entre el pasado o el presente que la golpea.
«Doble (o)culta III»
En el poema final, otros de los que más me ha gustado, encontramos después de toda la exploración del poemario, una confesión del yo poético, en la que concluye que él lo es todo y quiere que los demás sean todos con él.
Soy mi peor enemiga y, aun así,
me sostengo como columna,
esperando de otros la misma sinceridad,
la misma rudeza
con la que yo me corrijo.
Esta idea de unión total nos da la idea de los desvelos desarrollados a lo largo de todos los poemas y nos invita a coger los propios y enfrentarnos a ellos como se hace en esta última estrofa.
La exigencia
Debemos reconocer que la lectura de poesía es algo exigente, quizá es de las actividades lectoras más activas para el que se presenta a ella. Al fin y al cabo, a significación en muchas ocasiones es compartida (quiera o no el poeta), ya que la sugerencia y la determinación de significantes no siempre está en el mismo horizonte entre el creador y el lector.
Sin embargo, la lectura de este poemario nos invita de manera muy clara a pensar sobre aquello que no es. De una forma o de otra, lo que estamos haciendo es recordar junto con, pensar junto con y reflexionar sobre esa idea de quién, cuándo y cómo. Sin duda toda una experiencia lectora, como se pide a la poesía, que os animo a abordar. Espero que os guste.
¡Hola!
ResponderEliminarHace mucho que no leo poesía, pero creo que ahora mismo no es mi momento. Sí que es cierto que, depende de la persona, los poemas pueden transmitir más o menos. Me alegra que te haya gustado.
¡Un beso!
Hola
ResponderEliminarMira que te voy leyendo y tienes una forma maravillosa de expresar lo que te deja esta obra, casi me llevas al río, pero admito que este tipo de lectura no es lo mío, así que esta vez lo dejo pasar.
Un bes💕
Hola,
ResponderEliminarPues un poemario más a tener en cuenta. Gracias por la recomendación.
Nos leemos ♥️
✒️ NaMartaielsLlibres
Holaa
ResponderEliminarNo suelo leer poesía y no es un género que me llame mucho la atención así que creo que, al menos por el momento, no lo leeré.
Un saludo
Inkties