[Reseña] Comprender el paso. Sobre ‘Jana en las estrellas’ de Elena Tejedor

No sé si alguna vez os habéis planteado qué podíais llegar a hacer vosotros por alguien o alguien por vosotros. En mi caso, hubo un tiempo en el que hacía ranking en este sentido de las personas que me rodeaban y era un poco desolador, porque, en realidad, no era por tantas por las que estaba dispuesta a moverme. En un primer momento, tuve mucho bajón, pero luego pensé que era una buena forma de aprender a tratar con los demás.

En cualquier caso, el planteamiento de la obra de hoy se cuestiona el «qué estás dispuesto a» por alguien. La novela se llama Jana en las estrellas de Elena Tejedor, publicada por Cerbero, y la he leído dentro de mi propósito de bajar los pendientes de la Hispacón 23. Espero que os guste.

Hace 14 años que Jana se marchó a las estrellas. Cada aniversario de su partida salgo al jardín y enciendo una vela, recordando el último abrazo, a pocos pasos del transbordador, su corazón latiendo junto al mío, su aroma a lavanda, los tirabuzones de su pelo haciendo cosquillas en mis mejillas. «No te olvidaré», susurró en mi oído. Y se fue.

Ahora, la Federación Espacial ha venido a solicitar mi ayuda, porque ha desaparecido en Jublug, un planeta selvático a mucha distancia de mi hogar. Y yo no puedo hacer otra cosa que acudir a la llamada, cómo no iba a hacerlo. He de encontrar a Jana donde quiera que se encuentre. Jana en la lejanía. Jana en mi recuerdo. Jana, en las estrellas.

En una lejana estrella

Min Park tiene una vida estable, quizá tenida un poco por la nostalgia, pero al fin y al cabo estable. Sin embargo, todo cambia cuando la Federación Espacial acude a ella para comenzar una investigación. Esta es ni más ni menos que buscar a su ex desaparecida en el planeta Jublug. O más bien, simplemente, a Jana.

Cuando nos adentramos en esta novela de ciencia ficción nos acercamos a una historia que nos habla más de un concepto que en sí de una gran e intricada trama. Esto no significa que nos encontramos ante una obra simple, sino ante una obra que nos pide que leamos y pensemos a parte de con los ojos, con el corazón.

Nos adentramos con Min en el entrenamiento que tiene que seguir para llegar a Jublug, el planeta donde Jana, su ex pareja, pero el gran amor de su vida ha desaparecido. Así veremos cómo es el entrenamiento de un explorador espacial, cómo es el mundo de Jublug y sus habitantes les naantians.

Dispuesto a

Lo primero que nos llama la atención es la premisa del movimiento de la obra: buscar a alguien que ha desaparecido de nuestras vidas. En el caso de Min y Jana, la relación, como veréis, es una relación muy especial, donde se antepone el deseo de cada uno de los individuos antes que un pretendido bien común.

Esta es la primera de las cosas que nos invita a pensar la novela y para ello, para que tengamos «todas las partes del conflicto» se nos realiza una narración a dos tiempos: el primero, el presente donde se localiza la búsqueda de Jana; el segundo, el pasado donde se nos cuenta la relación entre estas dos personas.

La idea de anteponer, la idea de estar dispuesto a y, sobre todo, de qué es la felicidad y el amor se irán desarrollando a medida que avancemos en la trama. Una carga que nos va pesando, pero que también nos llena para que demos al menos un pensamiento a cada uno de estos temas.

Jublug y la exploración

Otra de las cosas curiosas de la obra es el propio planeta Jublug. Para llegar a él nuestra protagonista tendrá que hacer una serie de concesiones, pero una vez en él comienza la parte estática del asunto, justo por cómo son sus habitantes. Estas pequeñas peras peludas que son les naantians nos desconcertarán, sacarán de quicio y perturbarán desde un principio, sin embargo, no pararemos de querer saber más.

En este sentido, la trama de exploración está condensada pero es muy completa. A la autora no le hacen falta grandes descripciones preciosistas para que sepamos ubicarnos en este mundo, sino que con cuatro pinceladas podemos entender dónde estamos y, sobre todo, las complicaciones que ello conlleva. En este estatismo que comentaba, será donde los personajes puedan desplegarse mucho más, donde verdaderamente les conoceremos y donde abordaremos sus propósitos.

Sin querer incurrir en ningún destripe, os diré que el final de la exploración es apoteósico estéticamente hablando tanto a nivel de trama como de descripción. Y ahí es justo el momento en donde se nos apuñala un poquito el corazón por todo lo que pensábamos y proyectábamos.

Más allá de la historia

Es verdad que cuando lees la obra te quedas un poco parado. Quizá te parece una historia bonita pero de la que quizá hubieras querido algo más. Sin embargo, en mi caso, al pasar los días me ha ido llenando más y más.

Por empezar con algo muy simple, es la primera obre que leo donde el lenguaje inclusivo y la presentación con pronombres se da a la vez y, parece mentira, pero viendo el mundo que me rodea, me hace pensar que esta novela con estos detalles contribuye a que sea un mundo mejor. Después, yendo un poco más a la trama, la historia de Min me ha parecido tan cercana y tan difícil de abordar en la realidad como sencillo lo hace la autora… Al final, no sé, llegas a plantearte qué personas son por las que estarías dispuesto a y me parece una reflexión estupenda. Finalmente, creo quela historia está escrita de manera muy bonita y sencilla, casi como si fuera una canción, y que transmisión sensorial que provoca es muy efectiva.

Creo que es una lectura que podemos leer en una tarde, pero que después reposa en nosotros. De este modo, os animo a leerla con calma, con apertura de sentidos y de corazón. A ver qué harías en el lugar de Min o de Jana y, sobre todo, que soñéis qué puede haber en las estrellas.

El libro en el Bolsillo 

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