Bueno, sin querer decir que esto sea así, la obra que nos trae hoy aquí, sí nos enseña todo aquello que me dijeron. Un folclore y una cultura oculta que nos arrastra a lo más bajo del ser humano y del misticismo (o realidad). El libro se llama Tierra de meigas de Amparo Montejano, publicado por Numak, y es una antología de relatos de las tierras gallegas. Lo conseguí en el Festival de Literatura Independiente de Género del pasado junio y ha sido nominado al premio Ignotus de Pórtico a la Mejor Antología. Espero que os guste.
La Galicia más «primitiva», junto con sus leyendas, supersticiones, historia y tradición, es el eje argumental de esta compilación de cuentos lúgubres donde su autora retorna a la tierra de su niñez.
Con un lenguaje poético, asentado en la oralidad y la tradición del cuento de miedo popular, Montejano habla de brujas, de duendes, de demonios y trasgos, de espíritus de agua y bosque donde lo vivo está muerto y lo muerto no sabe que lo está.
Es este volumen un canto trágico y melancólico a una «tierra de antaño», legendaria y eterna: Galicia, caldo de cuentos en tiempos de meigas.
Consideraciones previas
A diferencia de otras antologías de cuentos folklóricos Tierra de meigas da lo que promete. Me refiero a que, en otros casos, se nos ofrecen cuentos de fantasmas y brujas como lo que son: cuentos, relatos. Sin embargo, debemos tener en cuenta que, en este volumen, encontramos relatadas leyendas e historias reales, que se cuentan, de la propia tierra gallega.
En este sentido, nos adentramos en una lectura oscura, en la que sentiremos el peso de las sombras y las creencias en nuestra propia carne. Así advertimos, en algunas ocasiones encontraremos relatos duros, explícitos y, sobre todo, plagados de terror primario, de terror a lo que sabes que no es posible, pero que quizá a veces pasa.
El hechizo
Normalmente suelo tratar la cuestión del estilo al final porque, en realidad, en muchos casos, suele ser cuestión de gustos (nadie dirá que Tolkien escribe mal, a pesar de sus tres primeros capítulos). Sin embargo, en este caso sí he querido lanzarme a él porque es muy muy particular.
Estos relatos están concebidos como cuentos de hoguera, cuentos nocturnos, por lo que su estilo es como a especie de conjuro. En este sentido, el estilo es un poco rebuscado, con repeticiones y giros que nos acerca más al registro coloquial gallego y eso, en alguna que otra ocasión, hace que los que nos estamos acostumbrados a él no sepamos muy bien que nos quieren contar.
Eso sí, por descontado que creo que hay algún caso que precisamente eso es lo que pretende la leyenda o el cuento, pero sí que hay que tener la mente abierta para gestionar ese principio de incomprensión que nos aborda en algunas de las historias.
Las figuras y su actualización
Otra de las cosas que destaca, de
manera general, son los personajes.
En realidad todos son tipo, los propios
de los cuentos, pero en este caso lo interesante es la elección de qué tipos aparecen en las historias.
El principal será el de la niña, niña que podemos encontrar en un sentido positivo o negativo. En el positivo a la pobre rapaza le va a ocurrir todo lo malo de la narración (como en «Madre nos quiere») o bien, será salvada de todo lo malo (como en la «novelización» de la canción Al pasar la barca que encontramos en el relato «A casa no regresan»).
En la parte negativa, encontraremos muchachas muy crueles, bien por las circunstancias ante las que presentan indolencia (como en «La mala hambre»), bien porque según el texto han sido apresadas por el demonio (como en «Memento mori»).
Otra de las figuras que
encontramos son las de os filliños,
los hijos en general. Indistintamente
del género, son los destinatarios de estos relatos. A ellos se les advierte de los malos y los monstruos
que acechan tras la pobreza, el hambre y la tristeza.
Finalmente, encontramos a los padres. La figura paterna siempre será una figura ausente o que poco pinte en todo el asunto. Es muy curioso como una y otra vez se nos habla de su pérdida en el mar o se pone como excusa para hacerle desaparecer. Por su parte, la figura materna será uno de los ejes centrales de los relatos. Ella será la protectora, pero la más de las veces, la figura persecutoria más allá de la muerte (como en «Vienen cuando se van»).
Con estas figuras se nos compone un mundo de espectros, siempre hostil y que siempre aprovecha cualquier resquicio de debilidad para atacarnos. Recordemos, además, que en la antología podemos encontrar un relato basado en hechos reales como es el de «Viragolupus». A esto añadimos que es muy interesante ver cómo, a pesar del imaginario «fantástico» de todas las historias, encontramos una especie de religiosidad cristiana, como el consuelo al que acuden todos los que sufren los ataques del folclore.
Destacados
Siempre que reseño una antología suelo ir a los relatos destacados y esta vez no podía ser menos. A riesgo de que la reseña quede muy larga, me permito haceros referencia a solo tres relatos, a pesar de que ya os digo que todos son para sentarse y quedarse quieto.
«El mirlo blanco»
En él se nos narra como un padre decide acoger en martes santo a un ser pequeño y desconocido. A través de la narración acompañaremos a la familia en la trasformación del padre, que se convierte en un ser iracundo y cada vez más desconfiado. Vemos la lucha entre la familia y lo conocido y las fuerzas externas que nos impulsan a acometer lo que nunca hubiéramos pensado.
«La Re-Unión»
Este es de los que peor cuerpo me
ha puesto. Quizá sea porque la narración comienza
casi como un chiste: un hombre pobre pierde todo su rebaño y solo le queda
una cabra; la mujer queriendo tener una hija, acoge a una niña huérfana a la
que alimenta con la cabra. Y pasan cosas, no digo más para no spoilear. De todos modos, lo que si os puedo decir es que la historia
tiene un ritmo que va in crescendo,
volviéndose cada vez más extraño, donde reina cada vez más el mal y la
confusión. Sin duda de los más terroríficos de toda la antología.
«Memento mori»
El relato que más me ha gustado con diferencia y el más cruel de todos. En él se nos cuenta la historia de una hermana mayor que juega con su hermana pequeña. El sadismo del relato radica en el recordatorio de que morirá de la mayor a la pequeña. Diferenciadas por sus padres, la niña pequeña termina muriendo y ahí se lanza la historia; una niña vestida de blanco y otra vestida de negro, que conocen y ocultan todo.
Conocer y reconocer
A modo de conclusión, los relatos que encontramos en la antología nos acercan a un sistema de creencias que debemos conocer, pero que a medida que ahondamos en él, reconocemos como propio también.
Siempre habrá hombres del saco, brujas, males que acechan y oscuridades que matan, pero la particularidad del mundo gallego es su radicalidad, su explicitud y su ser tan de dentro. Por ello creo que podréis disfrutar de este conjunto de relatos. Da igual que en algún caso no sepáis exactamente la referencia, lo importante es a qué os está apelando. Espero que os animéis con él.
Holaa
ResponderEliminarYo también he leído este libro y creo que a ti te ha gustado más que a mí...La verdad es que me ha decepcionado un poco esta antologia.
Un saludo
Inkties