[Reseña] El aroma del desierto. Sobre ‘La ladrona de tomates’ de Ursula Vernon

Una de las cosas que empecé a notar, cuando ya me adentré más en la literatura, fue que todas las novelas que eran «periferias» me entusiasmaban. Pongo así la palabra, porque claro, la consideración de periferia solo podía hacerla desde un punto de vista eurocentrista (terrible). Así me adentré en la lectura de novelas escritas por nativos americanos, por afrodescendientes, incluso intenté buscar algo de la parte asiática menos conocida (aunque aquí no conseguí recomendación).

La obra que presentamos hoy no tiene un autor encuadrado en estas coordenadas, pero sí que nos lleva  nivel de trama a estos derroteros. La novela es La ladrona de tomates de Ursula Vernon, conocida en otros géneros como T. Kingsfisher, publicada por la editorial Cerbero y premio Nébula a novela corta. Esta lectura ha sido recomendación de su traductora, Arrate Hidalgo. Espero que os guste.

La abuela Harken vive al borde del pueblo, en una casa de espaldas al desierto, cuidando de su jardín. En el pueblo todo el mundo tiene claro que tiene que estar haciendo algo con sus tomates para que estén tan ricos. Algo… fuera de lo normal. 

Lo cierto es que la abuela Harken está muy orgullosa de sus tomates. Por eso, el día en que comienzan a desaparecer misteriosamente, decide tomar cartas en el asunto. Alguien o algo le está robando sus preciosos tomates y no habrá magia, criatura abominable ni dios-tren capaz de detenerla en su misión. Menos mal que se ha puesto las botas buenas, porque el desierto es grande y alberga horrores.

Nuestro mundo el desierto

Los tomates de la abuela Harken son famosos por su calidad. Nadie sabe cómo lo hace, teniendo en cuenta que vive alejada de todos, casi en el desierto, pero algún truco tiene que haber. Sin embargo, a pesar de que su hija Eva le pide que no viva sola, Harken no se doblega y se mantendrá en su casa, con su huerto, cerca del desierto. Hasta que alguien comienza a robarle tomates. Que el desierto tiemble.

El inicio de esta novela corta de fantasía nos lleva al desierto, a acompañar a una anciana en su día a día, con su huerto y su manera de entender el mundo. Lo interesante, no es que estemos ante un personaje cabezota, sino que nos encontramos ante una narración que nos enfrenta a ese respeto por la tierra hostil, a la creencia en sus espíritus y sus leyes. Así acompañaremos a la abuela Harken en su aventura por descubrir quién es el ladrón de sus tomates.

Un inicio baladí

Y la verdad es que la premisa de una anciana a la que le roban el huerto puede parecernos una cosa muy simplona, sin embargo, la historia nos lanza enseguida a sumergirnos en dos cuestiones muy interesantes.

La primera de ellas es cómo envejece el mundo a nuestro alrededor. No es solo que con el avance de la vida veamos las cosas de una determinada manera, sino que también tenemos que considerar a los que están por venir. Ciertamente la abuela Harken es muy cabezota, no hace caso a su hija y todo lo que los jovencitos puedan decirle le da igual, pero poco a poco veremos que la continuidad de unos y de otros se produce en la sinergia entre generaciones.

La segunda, quizá más inmediata en la narración, es el mundo en el que se desarrolla la historia. Como podréis imaginar, nuestra protagonista va a dedicarse a investigar quién roba su huerto y, con ello, nos lanzaremos a la idea de tener que responsabilizarnos, sobre todo cuando ya somos conscientes de lo que pasa.

Estas dos cuestiones, se nos dan en un mundo fantástico, donde los dioses son trenes, las personas pueden cambiar de forma y el respeto por la supervivencia es la ley máxima. Bueno, y los tomates de la abuela.

El ciclo de la transformación

De este modo, cuando damos un paso en el desierto, la novela cambia de tono a algo más místico, donde comulgamos con lo que el desierto nos ofrece. En él, entenderemos lo que es respetar el esfuerzo y el trabajo, los anhelos que podemos tener ante la soledad que supone el paisaje (metáfora de la vida) y las transformaciones que vamos afrontando a medida que nuestra vida avanza.

En este sentido, la parte final de la obra muestra de manera muy gráfica esa transformación de adaptación. No digo más porque si no la lío, pero creo que la autora ha sabido darnos  a través de los animales, claves para explicar cuestiones de nuestra realidad. Finalmente, el enfrentamiento entre esa soledad del principio y la necesidad de dejar un legado que va descubriendo nuestra protagonista se desarrolla dramáticamente y a nivel narrativo muy bien.

Efectivo y conciso

Últimamente estoy yendo mucho a narrativa corta porque me da la sensación que las grandes obras están bien, pero en ellas perdemos algo de efecto cuando queremos desarrollar cuestiones sobre la trascendencia.

En este caso, nos adentramos en una obra que, más allá del guiño, nos hace pensar un poco. El estilo ayuda a esto porque si bien es sencillo y agiliza mucho la narración, sobre todo con los comentarios amables de Harken, no deja de querer llegar a la palabra exacta para explicar tanto el mundo fantástico que nos plantea, como la cuestión humana que desarrolla.

Creo que es una lectura corta, pero que es muy efectiva, ya que nos da un relato donde lo podemos pasar bien por la aventura y los personajes; pero que, además, nos da un poquito más de su mundo y el nuestro. Espero que os animéis con él.

El libro en el Bolsillo 

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