[Recomendado] Ante la inquietud de la nada. Sobre ‘Piranesi’ de Susanna Clarke

¿Nunca os ha dado por pensar que lo que estáis pensando o imaginando no puede ser real? Hay situaciones que nos llevan a momentos límite y es en esos momentos cuando la mente nos puede jugar malas pasadas, entender cosas que no son y, en los casos más complicados, llevarnos a ver cosas que no son. Sin embargo, dice alguien que escribe por ahí, «se echa de menos estar loco» porque en esos momentos de atravesada lucidez parece que somos capaces de aprehender lo que el mundo nos tiene oculto.

Es cierto que sobre este tema podríamos escribir páginas y páginas, ya que hay corrientes literarias que exploran ese universo, pero me detengo aquí para presentaros una sección nueva y una novela que me ha hecho darle muchas vueltas a lo que es capaz de hacer la literatura. La sección nueva se llama Recomendado y, como el nombre indica, reseñaré novelas que me han recomendado amigas. En este caso, la amiga es Lara Carrión (@melancomica, una dibujante de alucine) y la novela es Piranesi de Susanna Clarke, publicada por Salamandra y finalista del premio Ignotus a novela corta 2022. Espero que os guste.

La casa de Piranesi no es un edificio cualquiera: sus habitaciones son monumentales, con paredes llenas de miles de estatuas, y sus pasillos, interminables.  Dentro del dédalo de corredores hay un océano aprisionado en el que las olas retumban y las mareas inundan los aposentos. Pero Piranesi no tiene miedo: comprende las embestidas del mar igual que el patrón del laberinto, mientras explora los límites de su mundo y avanza, con la ayuda de un hombre llamado El Otro, en una investigación científica para alcanzar El Gran Conocimiento Secreto.

El templo de los templos

Salas, estatuas limpias por el agua, salones sumergidos en el mar que esconden secretos que no se descubrirán nunca. Monumental, estética, misteriosa y vacía, la casa de Piranesi nos acoge igual que, al parecer, a su único habitante. Sin embargo, este vacío no le afecta, comprender la casa, catalogar sus estatuas y la investigación científica que lleva a cabo con el Otro son suficientes para nuestro protagonista.

En una sala completamente vacía donde alguien, sin nombre ni identidad, nos espera, comienza esta novela de fantasía fantástica, en la que, desde luego, el mundo que se nos presenta no es el nuestro, pero este no deja de resonar en habitación de la enorme Casa que nos irá enseñando Piranesi. Porque ese es el objetivo de la narración, conocer la casa y sus habitantes pétreos, conocer cómo sobrevive nuestro protagonista en ella e ir descubriendo poco a poco los misterios que el vacío esconde.

No es caos todo lo que se ve

Sin embargo, a pesar de la incertidumbre que el lector puede sentir en los primeros pasos del protagonista, la casa que vamos descubriendo tiene un orden y este tendrá mucho que ver con nosotros mismos. Ese caos de salas vacías o llenas, según se mire, de descomunales estatuas se ve ordenado de manera intuitiva, ya que al final la casa será, en cierto modo, un mundo, el de Piranesi: aguas y mares, humanos y otros seres, y el dominio de las nubes.

Vemos así como lo más bajo y lo más alto no se puede alcanzar, ya que las veces que nuestro protagonista ha intentado explorar esas salas, su vida ha corrido peligro. Siempre en la parte media, Piranesi y nosotros, nos conformamos con lo que la Casa nos da y nos amoldamos a lo que podemos hacer con ello. De este modo, la historia nos habla de un ser que sobrevive en un entorno escalofriante por vacío, pero acogedor por esto mismo.

La imposibilidad del solo yo

De todos modos, a medida que avanzamos en la narración, vemos que esa soledad es algo relativo, ya que aparecerán dos figuras muy importantes para nuestro protagonista. Solo os hablaré de una de ellas, porque la otra es digna de descubrir, ya que el sentimiento que genera en nosotros es de cierta incomodidad pero de comprensión infinita.

Así que, como decía, hablaremos de el Otro. Este personaje será el espejo en el que Piranesi podrá medir su evolución, en muchos aspectos, y, a su vez, será el impulso para que continúe explorando y alimentando su mundo. La búsqueda de ambos del gran Conocimiento del mundo hace que ambos se relacionen, hagan crítica y se pregunten por la verdad tras las cosas. Solo una pérdida de fe podría hacer que su investigación se tambaleara.

La realidad tras el folio

A nivel de novela, esta se nos presenta como el diario de campo de un científico, Piranesi, cuyo objetivo principal es analizar el mundo de manera científica. En este sentido, será muy ilustrativo y entretenido ver el proceso de investigación, indexación y detección de incongruencias. Porque es que, al final, la novela nos habla de algo más.

La sensación de incomodidad no tarda mucho en llegar a medida que vamos leyendo las páginas de la novela. No viene por nada en especial, más que porque nuestro cerebro no es capaz de concebir que algo o alguien fluya en un vacío tan lleno de presencia humana. Quizá esta idea nos venga porque el ser humano es un poco egocéntrico, pero parece imposible que unas estatuas que representan figuras humanas (como la de la Mujer que tiene un panal en las manos o el Señor que tiene un barco de papel) no hayan sido hechas por seres humanos.

Además, pronto empezamos a ver cosas que no cuadran no solo en los diarios del propio Piranesi sino en el mundo, un papel, un zapato…, de una forma parecida a cuando no enfocamos bien y entrecerramos los ojos para ver si se define la imagen. Sin embargo, continuamos leyendo y no hay nada que se corresponda a esa sospecha.

Explorando nuestra mente

La verdad es que fui cauta a esta lectura porque, si bien es verdad que era una recomendación fiable, también es cierto que si un libro se me atraviesa, me cuesta mucho. En este caso, el inicio de la trama es muy lento, se busca más situarnos en determinado estado o predisposición más que darnos las coordenadas del mundo, aunque las obtenemos gracias al protagonista. De este modo, en ese desconcierto inicial el pacto que se pide al lector es alto, eso no lo podemos negar, ahora bien, lo que viene después es un desplegable increíble.

El laberinto narrativo que se nos configura con el juego del nombre de protagonista nos llevará poco a poco a transportar cosas que vamos aprendiendo y entendiendo en la novela a nuestra realidad. La incertidumbre del principio, vuelve al final de la novela para aplicarse lo que conocemos y deja al lector con el runrún de lo que hay detrás del cuadro.

Sé que en este caso estoy siendo algo críptica, pero es que la novela lo es, ahora bien, justo por eso os la recomiendo. A veces nos viene bien dejar a nuestra mente viajar entre lo posible y lo imposible para afianzarnos al mundo. Con esta novela pasa un poco eso y, además, descubriremos las sombras que hay tras las altas figuras de los minotauros. Espero que os animéis con ella y la disfrutéis.

El libro en el Bolsillo 

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