[Ignotus] La multiplicidad del tiempo. Sobre ‘Ascensión’ de Nicholas Binge

Hay algo aterrador en el paso del tiempo. No es una cuestión de envejecimiento, sino algo más instintivo, algo parecido a cuando nos cambian de ubicación sin que seamos conscientes o cuando perdemos el conocimiento. El tiempo, sin ser algo aprehensible, decimos que pasa, que se escapa o que cambia de velocidad, y nos deja huella tanto en el físico como en la memoria. Y esto que solo lo vivimos en una dirección, sin embargo, si de línea pasáramos a esfera, quizá, sería aún más complicado entenderlo… o a lo mejor todo lo contrario.

La obra que reseñamos hoy aquí nos acerca un poco a ese terror al tiempo y a conocer cuáles pueden ser sus consecuencias. La novela se llama Ascensión de Nicholas Binge, publicada por Minotauro, y la hemos leído como finalista a los premios Ignotus de la Asociación Pórtico de mejor Novela Extranjera. Espero que os guste.

Una enorme montaña cubierta de nieve ha aparecido en el Océano Pacífico. Nadie sabe exactamente cuándo apareció, qué tan grande podría ser o cómo explicar su existencia. 

Cuando Harold Tunmore, un científico de fenómenos misteriosos, es contactado por una organización en la sombra para ayudar a investigar, no tiene idea de en qué se está metiendo mientras él y su equipo parten hacia la montaña.

Cuanto más asciende el equipo de Harold, menos sentido tienen las cosas. El tiempo se mueve de manera diferente, convirtiendo los minutos en horas y las horas en días. En medio del frío azotador de las elevaciones más altas, las extremidades de los escaladores se entumecen y los recuerdos de sus vidas antes de la montaña comienzan a desvanecerse. La paranoia rápidamente se convierte en violencia entre la tripulación, y criaturas antiguas y deslizantes los persiguen en la nieve.

Aún así, a medida que aumentan los peligros, el misterio de la montaña los obliga a llegar a su cima, donde están seguros de que encontrarán sus respuestas. ¿Se han topado con el mayor descubrimiento científico conocido por el hombre o con las semillas de su propia desaparición?

La historia del manuscrito

Después de años de haber dado por muerto a su hermano, Ben lo encuentra en un sanatorio. Cuando por fin lo ve, su hermano parece haber perdido la cabeza y tener fijación por las cartas que él mismo a escrito. Cuando Harold escapa de la institución, Ben recoge esas cartas. En ellas va contando a su sobrina, Hattie, hija de Ben, los sucesos que le han llevado allí. Poco a poco vamos descubriendo que Harold descubrió algo que podría cambiar el mundo como lo conocemos para siempre.

Y el libro que se nos trae en esta novela de ciencia ficción con muchos tintes chtulhuescos sería para nosotros la ordenación y edición de las cartas que Ben hace. Una historia que se nos cuenta con una exposición cercana y en la que nuestro protagonista, Harold, nos cuenta los descubrimientos y horrores que vivió en una montaña recién aparecida en mitad del océano. A su vez, la vida de Harold pasa ante nosotros conformando un todo del personaje y de las motivaciones que le llevaron  a querer intervenir en este descubrimiento.

La importancia de lo cercano

La historia está configurada a modo de novela epistolar, a pesar de que solo tenemos las cartas en una dirección. En ella, el protagonista de nuestra historia va contando los acontecimientos, de modo que nuestro narrador será en primera persona y siempre desde su punto de vista. En este sentido, no solo accedemos a los hechos, sino que también seremos partícipes de las emociones, las intrigas y los miedos que acosan a nuestro protagonista.

Gracias a ello, la novela se vuelve algo muy cercano al lector porque hay cierta intimidad en la manera de exponer todo esto. Además, al tratarse de este modo se nos permite entender la complejidad de los mismos, así nos acercamos a la fe, los límites de la ciencia, el miedo y, como suele pasar en este tipo de obras, el amor.

Cada uno de estos temas tendrá su nivel particular y se entrelazarán en la historia de Harold de manera que el pasado y el presente que nos narra se convierten en uno que sería él mismo. Esto que parece un trabalenguas se ve reflejado muy bien en la obra porque se nos da el feedback de todo tanto de lo que siente él como de lo que ven los demás. Además, las cuestiones más peliagudas, como la cuestión de la fe o los límites de la ciencia, siempre tendrán un segundo personaje que pueda desarrollar la cara opuesta.

El de dónde venimos, a dónde vamos y qué o quiénes somos se ve interpelado en todos los temas desarrollados y, además, en ellos, se nos deja hueco a los lectores para si no aportar nuestra opinión, que nuestro pensamiento cuente.

Género

Y me he dejado esto para el final porque es lo que más me ha fascinado de la obra. En un inicio, entramos en una novela de ciencia ficción científica, en la que los datos y los analistas son puntos clave para entender lo que está pasando. Sin embargo, pronto nos damos cuenta que el escenario es algo conocido y que en esa nieve retumban ecos de otra cosa.

Así nos ponemos en guardia y cambiamos la clave para lanzarnos a una novela con mucho regusto a Chtulhu. Y sin serlo en realidad, porque no es ese el objetivo, no es ese el temor. Curiosamente nuestro enemigo y contra el que hay que combatir (y esto lo sabemos desde el primer capítulo de la obra) es el tiempo. Esta unidad de media, que así la hemos llamado históricamente, se lanza contra nuestros personajes creando una línea discontinua en ellos.

La misión será descubrir qué ha sucedido con esta otra dimensión del mundo, ahora ya sí, y en esa investigación las relaciones y las sutilezas entre los personajes serán clave para descubrir el misterio. Ciencia ficción científica, sí, pero también una novela de investigación, pues ni el protagonista ni nosotros sabemos qué está pasando.

La inmovilidad del hielo

La verdad es que con todo lo que sucede, la ascensión a esa montaña recién aparecida, la investigación científica en sí, el desarrollo de las temáticas que hemos hablado y de las propias emociones y problemáticas del protagonista, podríamos pensar que tendríamos una novela densa, frenética o incluso con gran complejidad por la temática. Sin embargo, nada más lejos de la realidad, nos encontramos con una novela reposada, tranquila y que nos da espacio para entender lo que sucede, en este sentido, puede haber momentos donde se nos pueda hacer un poquito lenta o nos cueste saber exactamente qué está sucediendo en ese momento, pero enseguida hay algo que nos vuelve a enganchar en la trama y nos permite saber qué hemos leído.

Por ello, creo que es una novela que merece la pena sobre todo si eres amante del rollo chtulhuesco y la ciencia ficción. La combinación es perfecta y nos da una novela que nos deja espacio pero también nos coge de las solapas para que le demos una vuelta a las cosas. Espero que os animéis con ella y la disfrutéis.

El libro en el Bolsillo 

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