[Ignotus] La probabilidad de estarlo. Sobre ‘Acércate’ de Sara Gran

Hoy en el trabajo me han dado la noticia de que un compañero se marchaba porque el ritmo que llevamos es demasiado. No sé cómo serán en vuestras empresas, pero a ninguno de los que nos ha llegado la noticia nos ha extrañado, es más, hemos entendido perfectamente todas las razones que nos ha explicado. Comento esto porque me da la sensación de que hoy en día, el frentismo, el desquiciarse y el llegar a decir no puedo más se está normalizando, como si tuviéramos que aguantar o morir. Y me pregunto si no deberíamos plantar cara… Luego, que si hay lista de espera en el área de psicología.

La obra que hoy no reseñamos no va, en absoluto de esto, o quizá en parte sí, pero no lo sabemos… La novela es Acércate de Sara Gran, publicada por La biblioteca de Carfax y finalista a los premios Ignotus de la Asociación Pórtico en la categoría de Novela Corta Extranjera. Espero que os guste.

Amanda es una joven arquitecta de éxito, felizmente casada. Un día se empiezan a desarrollar extraños fenómenos a su alrededor y siente que hay alguien más viviendo dentro de ella. Amanda no sabe si su salud mental se está deteriorando o si está siendo poseída por una entidad demoníaca.

Un equívoco

Amanda tiene la vida que quería tener. Un marido que la quiere, la cuida y la centra; el proyecto de arquitectura que puede conducirla a su meta: montar su propio estudio; y una vida ordenada, salpimentada con las vivencias con su pareja. Sin embargo, un día comienza a escuchar ruidos en su casa, otro, le llega por error un libro sobre posesiones y, cuando ya nada podría sorprenderla, sueña con ella.

Realmente, no me gusta empezar las reseñas con frases hechas, pero, desde luego, esta novela contemporánea de terror comienza sin prisa pero sin pausa. Desde el minuto uno conocemos a Amanda, una mujer joven, que comienza a vivir situaciones que se termina de explicar y que le llevan a pensar en una posible posesión. Así, directamente, sin que nos dé tiempo a respirar y es que esta novela corta nos deja muy clara una cuestión desde el principio: Amanda está poseída, pero ¿podemos explicar todo lo que le sucede con esta premisa?

Un libro que llega por error, sonidos, imágenes y movimientos involuntarios y tenemos la historia de una caída al vacío.

El punto

Lo cierto es que, para ser una novela de terror, no encontraremos, en realidad, situaciones sobrenaturales. Todo lo que sucede se puede explicar tanto desde el punto de vista físico como desde el punto de vista psicológico. Entonces, ¿por qué estamos tan seguros de que nuestra protagonista está poseída?

La novela nos va encerrando muy bien esta idea y, además, lo hace a través de mecanismos muy cercanos a nosotros. Empezando por los síntomas típicos (escuchar golpes inexplicables o sueños donde una entidad nos visita), pasará a pasarnos un test a través de cuya puntuación podremos determinar el grado de posesión en el que estamos. Sí, sí, un test como los de las revistas de toda la vida. Y esto nos puede parecer algo cómico, pero no lo es.

Uno de los puntos fuertes de ese terror que nos produce la obra es que lo que sucede lo hemos visto un montón de veces y no solo eso, sino que nosotros mismos hemos dado credibilidad a esos sistemas de autodiagnóstico (sea para una posesión, nuestra suerte, un amorío o, incluso, una enfermedad). Si no tú, alguien que conoces. De este modo, cómo no va a pensar nuestra protagonista que le pasa lo que le pasa. Además, todo cuadra, porque una segunda voz en ella le dice que de hecho es así.

Esta segunda voz, tiene una particularidad muy especial, para mí, frente a otras novelas del género, es una mujer y, por ello, ataca exactamente donde Amanda necesita que ataque. Hasta ahora, las entidades demoniacas tenían el objetivo de violar, torturar y consumir a sus víctimas. En este caso, la novedad del demonio femenino nos lleva a eso, a ver qué es lo femenino y por qué se rebela.

Un hilo de pensamiento

A nivel narrativo, la novela está contada desde el punto de vista de Amanda, excepto algunos fragmentos que nos dejan la duda de su autoría. Esto nos hace ver muy bien el proceso por el cual el personaje va cayendo más y más en lo que entendemos que le está pasando. A ello también ayuda que el estilo empleado sea uno muy sencillo, con el que ella quiere entenderse y, sobre todo, hacerse entender.

Sin embargo, precisamente por esto, la novela nos da una oportunidad única en cuanto al terror se refiere: el beneficio de la duda. Es muy interesante cómo, desde su punto de vista, con las cosas que le sucede y, en especial, con el tratamiento que se les da se nos da la oportunidad a contemplar otras alternativas diferentes a la posesión. La novela no lo explicita en ningún momento, pero llega un momento en el que empiezas a pensar en si lo que le está pasando a Amanda no es tan raro: algunos lapsus, cambios de humor, algunas acciones impulsivas… Ahora bien, y lo repito como más arriba, es indudable que Amanda está poseída.

El escalofrío

La novela me ha gustado un montón, por una parte, como he ido diciendo, porque como obra de terror tiene muchos puntos que me encanta: la atmósfera, la posibilidad de lo real, lo incómodo, etc.;  pero, por otra, también me ha gustado por lo que puedo sacar de ella del mundo real.

En algún punto vamos viendo que nuestro día a día nos lleva un estado de alerta permanente, de estrés un poco inaguantable y de competitividad desmesurada. Todo eso es aprovechado por la entidad correspondiente (sea cual sea su nombre) y nos somete a sus designios. Esa es la clave de la novela, que da miedo porque ¿quién no está poseído al final?

Sobre el destino de Amanda, tendréis que animaros con la novela para descubrirlo. Sobre el nuestro, ya veremos. Espero que os animéis con ella y la disfrutéis.

El libro en el Bolsillo 

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