[Ignotus] No saber qué se necesita. Sobre ‘Monje y robot’ de Becky Chambers

No sé si os ha pasado alguna vez eso de sentiros completamente desubicados de todo y sin saber qué rumbo tomar. Entorno a estas fechas a mí me pasa todos los años desde hace exactamente veinte y, a pesar de que busco la solución con ahínco nunca la encuentro. No he mirado entradas antiguas del blog, pero creo que desde el inicio el mes de noviembre ha sido un mes donde os he dejado ver esa pérdida de rumbo.

Pues curiosamente este año ha coincidido este período con una lectura que me ha hecho tener envidia de lo que vivían los personajes, porque a pesar de estar relativamente perdidos, llegan a algún tipo de solución. La obra es Monje y robot de Becky Chambers, publicada por Crononauta en tomo donde se reúnen las dos historias cortas de ambos personajes. Lo he leído como finalista a los Premios Ignotus, en este caso de Novela Corta Extranjera con la segunda de las novelas que conforman el tomo «Plegaria por la timidez de los árboles»,  de la Asociación Pórtico. Espero que os guste.

Le hermane Dex nunca ha escuchado el canto de los grillos.

Aunque lleva una vida plena y tranquila en su monasterio, esa ausencia comienza a asfixiarle y su obsesión termina destapando un deseo mucho más profundo: convertirse en monje del té itinerante, dejar atrás la urbe y las tierras que heredó la humanidad tras el fin de la Edad de las Fábricas y adentrarse en la naturaleza salvaje. Es allí donde, según las crónicas, habitan los robots que tomaron conciencia y se liberaron del yugo humano.

Pero Dex no tarda en descubrir que los robots siguen ahí, cuando uno sale a su encuentro con una misión que cumplir, buscando la respuesta a una simple pregunta: «¿Qué necesitan los seres humanos?».

En este ómnibus que recoge las novelas «Salmo por quienes se construyeron en la naturaleza» y «Plegaria por la timidez de los árboles», Becky Chambers plantea una utopía futurista donde la gente ha vencido al colapso ecológico y construido una sociedad limpia y autosuficiente. En ese contexto, ¿qué más podrían necesitar?

«Salmo por quienes se construyeron en la naturaleza»

En esta primera novela corta del ómnibus conocemos a la figura de le monje, une humane que ante la pérdida de su propósito decide cambiar de vida con un único objetivo: recorrer los caminos como monje del té y llegar a escuchar los grillos. Sin embargo, su camino se difumina a sus pies y, a pesar de que ha hecho lo que ha querido, el vacío que le asola no le permite disfrutar de su vida. Es en este momento cuando, después de haber escuchado historias y haber buscado con desesperación, conoce a Onfalina, un robot que vive en la naturaleza.

Un nuevo mundo

Sin embargo, la novela nos llama al principio más por su ambientación que por los propios problemas de le monje. Nos encontramos ante una fantasía ecologista, un mundo en el que se ha buscado la sostenibilidad por encima de todo. Así llegamos al sueño de pueblos y ciudades que se han adaptado al medio.

El cómo se ha llegado es algo que os dejo que descubráis, pero estamos ante un mundo en el que lo que se fabrica se hace para que dure, para que tenga capacidad de reutilización y se empleen materiales que ya no le sirvan al medio natural. Planteado así en la novela, nos invitan a ser positivos y a lanzarnos a mejorar, aunque ahora no veamos los resultados inmediatos. Eso sí todos a una.

Creer en la posibilidad

Tras dos años, en los que pasan cosas, Dex, le monje, se encuentra con Onfalina, el robot y me permito decíroslo porque este es el título del compendio de las dos novelas. Con ellos comienza la parte más bonita, reflexiva y dura de la obra, porque sus diálogos nos apelan en lo más privado que tenemos.

A través de ellos vemos cómo se configura su amistad y también cómo son los personajes. Sin embargo, como os decía, esta novela es muy generosa con el lector, así que nos introduciremos en dichos diálogos a través de las reflexiones que nos suscitan.

Entre los temas que nos plantean, encontraremos sobre todo el planteamiento de las maneras éticas y actitudinales que deberíamos tener para relacionarnos con el mundo de manera sostenible. Eso sí, no creamos que porque tenemos a un le monje vamos a tener una reflexión religiosa o mística sobre el asunto, nada más lejos. La idea de la novela es que entendamos el mundo como lo que es, un organismo vivo que como tal tiene un comportamiento que hay que entender. La ética viene a ser una herramienta para dar una explicación de por qué no es tan complejo y «poco natural» cumplir con esa sostenibilidad.

Ese algo que no sabemos

Y a este mirar hacia fuera, hacia el mundo, se une en esta primera novela corta el mirar hacia dentro. Como os decía al principio, el motivo principal de le monje es moverse por un impulso muy curioso, escuchar a los grillos. Sin embargo, cada vez que lo intenta hay algo más que hay que tratar.

No destripo mucho más de esta novela, pero debo deciros como cierre que, en este sentido, el cuento se convierte en un canto de esperanza doble. Por una parte, nos demuestra en planteamiento que podemos ser mejores con el mundo y, por otra, nos consuela por nuestros fallos y nos anima a superarlos.

«Plegaria por la timidez de los árboles»

En esta ocasión el foco del relato es Onfalina, el robot. Ha acudido con Dex a diferentes pueblos para cumplir su objetivo: conocer la perspectiva humana. Después del Despertar, robots y humanes no han tenido contacto, por lo que este será un primer paso para esa relación. Sin embargo, Onfalina comienza a comprender la magnitud de este intercambio cuando Dex le hace ver su importancia para la comprensión del mundo que tienen los humanos.

La compañía

En este caso nos encontramos una novela corta que nos lleva a tratar las cuestiones de la compañía y el compañerismo. En un primer momento Dex tendrá reticencias a dejarse ayudar por Onfalina, ya que el Despertar vino producido por el sometimiento de las máquinas a les humanes. Sin embargo, con temas como el consentimiento y la voluntad llegamos a la idea de hacerse compañía, la cual Dex va abrazando a medida que se relaciona con el robot.

Este sentimiento, por el cual le monje está bastante agradecide, se va transformando en un sentimiento de compañerismo. En él comenzaremos a ver los impulsos de defensa del compañero, de preguntarse si está bien o no, si es bueno para él o no algo que hace y de ahí, como os imaginaréis, al sentimiento de amistad. En este sentido, es muy interesante ver como en poquitas páginas evoluciona la relación de manera sana y sincera.

La cuestión de la identidad

Si en la primera novela encontrábamos ese buscarse a sí mismo con Dex, en este caso tendremos diálogos y reflexiones sobre qué es lo que nos conforma, tanto a nivel físico como a nivel intelectual. En el caso de Onfalina su dimensión intelectual está bien conformada en tanto que es un robot con consciencia, pero no está tan definido a nivel físico. Sin llegar a la paradoja del barco de Teseo se nos plantea qué es lo que nos conforma y cuánto cambiamos cuando modificamos algo en nosotros.

De igual modo se nos plantea nuestra concepción de nosotros mismos en función de cómo nos ven los demás. En un pasaje muy duro de la novela Onfalina sufrirá eso de sentirse juzgado por lo que y por como eres.

Un descubrimiento y un anhelo

Lo cierto es que después de leer ambas novelas cortas, lo único que puedo desear en mi vida es tener a une compañere como Onfalina. Quizá me encontrado con uno de los mejores personajes que leído nunca y lo más maravilloso es que lo ha creado une persone que ha sabido alienarse lo suficiente como para ver al ser humane como algo nuevo, único y desconocido.

La novela tiene un ritmo pausado, de charla y te exige que te des ese momento para leer. Sin embargo eso no la hace carecer de ritmo, ya que el hilo de discurrir nos invita a avanzar en él. Sin duda para mí esta obra ha sido un descubrimiento y no puedo sino recomendárosla para volver a maravillarnos con el mundo y un poquito más con nosotros mismos. Espero que os guste.

El libro en el Bolsillo 

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