La obra que reseñamos hoy nos recuerda la fuerza de esas antiguas tradiciones que, algunos, quieren hacer desaparecer. La novela es Los tambores del dios negro de P. Djèlí Clark, publicada por Obscura y que he leído por su nominación en la categoría de Novela Corta Extranjera a los Ignotus de la Asociación Pórtico. Espero que os guste.
** Sinopsis abreviada para evitar spoilers
Trepadora quiere abandonar las calles de Nueva Orleans, donde ha vivido largo tiempo sola, luchando por sobrevivir. Desea levantar el vuelo, y, para lograrlo, ha trazado un plan que implica asegurarse una plaza a bordo de la Ladrona de Medianoche, la famosa aeronave contrabandista.
Una feliz casualidad
Trepadora está acostumbrada a vivir en la zona de los puertos. Las carteras de los pasajeros que descienden a Nueva Orleans y los tripulantes de las aeronaves son su pan de cada día. Sin embargo, lo que no esperaba era encontrar una noticia tan jugosa por accidente. Parece que algo se cuece entre los Confederados y un científico haitiano.
El bullicio y la pobreza nos acogen en esta novela de fantasía que nos lleva a una Nueva Orleans steampunk, en la que las guerras del mundo y los problemas climáticos han dividido los estados de Estados Unidos. En ella, una muchacha pobre con muy habilidosa lucha por sobrevivir en las calles, así es como se enterará de la confabulación que podrá poner en jaque todo lo que conoce. De este modo, seguiremos a Trepadora en su venta de información y curiosa manera de salvar al mundo. Ah, bueno, y viviremos el alzamiento de los dioses a través de los personajes… y habrá unas monjas que…, pero de eso ahora hablamos.
Conociendo lo desconocido
No obstante, la novela no irá de política, o no sólo, sino que nos contará la historia de dos avatares (orisha) de la religión yoruba. La manera de encontrarnos con ellos en la novela será muy orgánica, ya que desde el principio Trepadora nos contará cómo es su experiencia portando a Oiá en su interior. La diosa de las tormentas y los vientos ayudará a nuestra protagonista mostrándole los peligros que la rodean y, a través de este mecanismo, avanzará la trama de la obra.
Esto, que puede parecer una particularidad de nuestro personaje, es muy importante en la novela, ya que, como decía, el movimiento principal de la obra es el de humanos intentando manipular dioses. En este sentido, el conflicto entre el nuevo mundo y sus sincretismos, y la verdadera religión yoruba también será un punto para nuestros personajes. Ann-Marie, capitana de La ladrona de Medianoche, por ejemplo, tendrá que conciliar lo que conoce realmente del mundo con los tejemanejes políticos que no contemplan la verdad que hay tras las leyendas. Así es como surgen los Tambores del Dios Negro, el verdadero peligro de toda la historia.
Ausencia de exotismo
Una de las cosas que he ido observando cuando he leído obras con contenido africano es que los autores, a lo mejor inconscientemente, han ido escribiendo con la idea de que tenían que explicar a sus lectores de que estaban hablando. En este sentido, no podía dejar de notar cierto sentido de lo exótico, algo así como un «pasen y vean».
En el caso de Los tambores del dios negro, no lo he
notado así. No significa que un lector que no conozca la religión yoruba no
pueda leer la novela, se nos explica lo
fundamental para saber quiénes son los dioses que intervienen y qué hacen, pero
sí que habrá ciertas expresiones o
historias que la novela nos dejará a la investigación.
Esto me ha gustado mucho, primero
porque he visto un mundo que, a
pesar de ser ficticio, se ha dado por
hecho: se ha hablado de sus acontecimientos históricos, sus problemas
políticos y, cuando ha llegado la ocasión, de la intervención de los dioses sin
tener que justificarse ni darnos información de más. Después, porque como
lectora me ha hecho interesarme por la
realidad tras la ficción por lo que me he pasado un ratito genial aprendiendo,
pero que si no hubiera sido así me hubiera podido quedar con la historia que
nos ha contado y también me hubiera quedado satisfecha. Finalmente, porque creo que darnos una historia sin ese halo
de exposición o «eh, qué soy rara» hace que voz narradora, personajes y lector nos podamos centrar en lo que de
verdad importa: el empleo de un arma de
destrucción masiva.
Autor descubierto
No conocía al autor de esta obra
y la verdad es que me ha gustado mucho tanto cómo escribe, donde lo onírico y lo real se entremezclan de muy buena
manera, como por la historia en sí.
A nivel de narración y aventura funciona muy bien, ya que los personajes tienen ese carácter desenfadado y cañero que es necesario en este tipo de obras. A nivel de ese puntito más allá, en donde hablamos de otras cosas tras la aventura, también me ha convencido bastante: los problemas de racialización, invisibilización de la cultura y los conflictos políticos.
Creo que es una muy buena lectura tanto si queremos meternos en otro tipo de ambientaciones como si solo queremos leer algo que nos haga pasar un buen rato. Me he divertido y la he disfrutado, la pena es que sea solo una novela corta. Espero que os animéis con ella.
El libro en el Bolsillo
Puedes adquirir el libro👉 : Los tambores del dios negro de P. Djèlí Clark
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