La novela es Demian de Hermann Hesse, un bildungsroman sobre un niño que descubre lo que es crecer. Esto puede parecer muy básico, pero es la novela con la que yo viví ese proceso (junto con la película de Alicia en el país de las maravillas) y le tengo mucho cariño. Lo reseñaré como a mí me gusta, diciendo todo, así que si eres de los lectores que no soporta los spoliers hoy te invito a no leer. Si, por el contrario, eres de los que no le importan, quédate y déjate enganchar por esta obra. Espero que os guste.
Escrita tras las trágicas experiencias de la Gran Guerra, Demian es una de las obras más emblemáticas de Hermann Hesse (1877-1962). La novela -en la que late la repulsa de la sociedad burguesa y masificada y el llamamiento a los elegidos (los que llevan en su frente el «estigma de Caín») para conquistar la autenticidad y emprender la reconstrucción comunitaria de la humanidad- narra, como reza su subtítulo, la «historia de la juventud» de Emil Sinclair, quien, en ruptura con el mundo claro y seguro de su infancia, va a la busca de su personalidad y de su destino, sólo realizables en el mundo oscuro, incierto y amenazador de los adultos.
Una propuesta literaria
Emil Sinclair nos cuenta los inicios de su historia. Desde una niñez en un mundo claro y protegido, la vida pronto comienza a enseñarle que hay otro mundo fuera al que puede sucumbir o resistirse. Sin embargo, la naturaleza humana siempre está llena de claroscuros y sin un guía que nos ayude a ser grises, el mundo se nos puede venir encima. Ahí es donde aparece Demian.
A pesar de lo que pueda decir la
sinopsis, esta novela de formación
comienza como una propuesta literaria. La voz narradora, Emil Sinclair,
entendemos que de adulto, desarrolla la idea del poeta como Dios, en tanto que crea un mundo. Sin embargo, su historia
no va a ser la del mundo sino la de un hombre, si acaso hoy en día
sabemos lo que es un hombre.
Para él, el ser humano (porque
creo sinceramente que podemos llegar a este otro abstracto, es «un punto donde se cruzan fenómenos del
mundo de manera singular». Siendo esto así, cada historia es única, como la
que vamos a leer, y en su particular es poco agradable. En ella se junta el
sueño, la locura el disparate y la confusión. «Como la vida de los hombres que no quieren engañarse a sí mismos».
Los que no quieren engañarse: infancia
Esta idea del hombre que no quiere engañarse a sí mismo pronto se ve en la novela. Durante la infancia de Sinclair, y, creo, como en la de quien más quien menos, se confunden dos mundos que el niño tendrá que bordear: el mundo de la luz, representado en lo recto, el deber y la culpa, el padre, laca etc.; y el mundo de las sombras: el mundo de fuera lleno de «cosas terribles, atrayentes y enigmáticas.
Y esto creo que no nos tiene que sorprender, el mundo que nos es ajeno siempre llama nuestra curiosidad, más si el mundo de lo bueno viene determinado por cierta rigidez religiosa impuesta desde siempre por lo paterno. Sin embargo, este conocimiento y esta aceptación llevarán a Sinclar a vivir en una tensión constante, ya que cuando cae en el mundo de las sombras el mundo de lo luminoso dejó de serlo tanto, se convierte, entonces, en un mundo en el que no puede participar porque está manchado de sombras.
Pero decíamos al principio, «los que no quieren engañarse», Emil pronto se da cuenta que ese mundo de sombras también es parte del mundo y, como niño que es, comienza a envanecerse por su conocimiento. La casa paterna ya no es un refugio, pero en parte también porque sus integrantes son unos ignorantes que no conocen en realidad el mundo.
Con este último paso, se resquebraja la divinidad de la figura del padre y se convierte en un pilar al que «el hombre» debe destruir para poder llegar a ser él mismo.
El epicentro religioso: Max Demian
No obstante, Emil Sinclar sigue siendo un niño y no ha terminado de romper todo lo que le ata a su infancia. Antes de seguir con el análisis literario, si has notado algo de perfume de Nietzsche sí, es cierto que estamos ante la novelización de la idea de superhombre. Hesse no lo determinó así, pero es cierto que en toda novela de formación el niño tiene que superar etapas y estas son muy parecidas al «dios a muerto» del filósofo.
Siguiendo con la novela, lo último que le queda por romper es esa moral religiosa que tan profundamente le han inculcado en casa. Esta no tiene nada de negativo y, de hecho, sus coordenadas ayudaban a entender el mundo en su totalidad, sin embargo, con la apertura del mundo que Emil sufre, la religión ya no puede abarcar ambos mundos.
Demostrada como insuficiente, las clases para la Confirmación se convierten en algo poco motivador. Aquí entra en juego Demian.
Este personaje ya aparece antes durante esa primera etapa de descubrimiento, sin embargo, su papel es la reconciliación, ya casi imposible, de Emil con el mundo de la luz. Ahora, un tiempo después, cuando Sinclair ya ha abordado y asumido la existencia de ambos mundos, Max Demian se convertirá en el último salto a su adolescencia.
A pesar de haber superado, como decía, el mundo de la oscuridad, este siempre tentará a Sinclair con diferentes pulsiones y pensamientos de culpa. Ahora aprenderá junto a Max que ya no hay remedio, que la muerte y la pérdida del paraíso perdido son cuestiones que están ahí porque el último pilar, el religioso, no contempla todas las verdades del mundo, como ya sabe, por lo que debería haber algo parecido a un dios que fuera dios de lo bueno y lo malo a la vez, con esto se pone en jaque la idea de permitido y prohibido y Sinclair amplia su horizonte vital.
Adolescencia: el trasunto
Esta es la última gran parte de la novela y, reconozco, es aquí donde más interpretación hago de la obra, sin embargo, una vez releída a conciencia, creo que podemos determinar cuál es el trasunto de Emil Sinclair.
Ese verano Demian se muda y desaparece de la vida de Emil, sin embargo, siempre será ese amigo con el que descubrió que el mundo va más allá de su casa. Así Sinclair acude a una escuela fuera de su pueblo y en ella entra en conflicto constante: no puede sostener la idea de buen hijo y ciudadano con las pulsiones que está sintiendo en sus primero años de adolescencia. Así comienza a entrar en una espiral de conflictos, soledad y ataques de melancolía y desesperación. Sus necesidades van desde querer legar algo al mundo hasta vale para algo o para alguien.
Aquí, con estas páginas de
desenfreno e introspección (con algunos toques creo que poco sutiles en su
anterior relación con Demian) podemos ver que Sinclair ama de una manera que el mundo no le permite. No podemos
hablar de homosexualidad directamente, porque ni él mismo lo verbaliza, pero sí
que podemos hablar de un rechazo frontal
a la heterosexualidad que le rodea y la búsqueda de otro sentimiento más
sublimado que el del sexo.
Esto le lleva a un aislamiento
que provoca que el mundo le parezca más ajeno y quiera hacerle más daño con su
desenfreno y rebeldía. El punto de inflexión será la idealización de feminidad en la que verá pureza y divinidad. No
se concentra en ninguna mujer en especial, sino en su Beatrice, esto le ayudará
a sentirse vulnerable y a reconocer su
verdadera necesidad un amigo.
Recepción de la obra: el culto de Abraxas
Después de todo lo escrito,
podemos creer que la novela tuvo éxito por este sinvivir y descubrimiento de
una sexualidad y percepción del mundo diferente. Sin embargo, lo que más destacó de la novela fue esa
idea del dios del bien y del mal.
En la obra se le dará el nombre
de Abraxas y, después de que Sinclair reconozca que necesita a alguien, se encarnará en la figura del organista
Pistorius. Como pretendido sacerdote de esta nueva iglesia, será el que
ayuda a Emil a entender el mundo a su manera, pausándose y dejando que le
inunde para poder comprenderlo. La feminidad se ha convertido en algo
insuficiente, por lo que parece que la
religiosidad puede ser un nuevo camino que recorrer.
No me demoro mucho en ello porque creo que es la parte que más se ha manipulado de la obra, pero sí huelga decir que esa entidad llamada Abraxas tiene una utilidad muy interesante para entender que el mundo no es ese al que aspira la religión cristiana sino uno más parecido al Antiguo Testamento con sus maldades de por medio.
Alcanzar el sentido: Frau Eva
Desterrada en cierta medida la religión tal y como la predicaba Pistorius, Sinclair vuelve a mudarse en este caso para empezar la universidad. En etapas anteriores ya le había asaltado el sueño de un rostro hombre y mujer a la vez que lo llamaba y el atraía.
En este cambio se reencuentra con Demian y conoce, por fin, el que parece ser ese rostro: Fray Eva, la madre de Demian. Y aquí podría desaparecer nuestra idea de esa sexualidad diferente si no fuera porque hay un poso junguiano para apartar esa posible pulsión homosexual de Demian.
En Frau Eva encontrará ese ideal de amor que le mantuvo inquieto durante toda su adolescencia, sin embargo, con quien pasará más tiempo y por quien temerá más es por Demian. Su amigo está viendo claramente los albores de una guerra que quebrará el mundo y dará lugar a uno nuevo. De este nuevo mundo nada sabe, pero sí tiene la certeza de que quizá no llegue a él.
Sin querer desvelar el final, la última escena de la obra es tan literal como simbólica. En ella podremos decidir cuál es el trasunto de la novela o si acaso este importa, pero lo que sí que podremos decir con certeza es que a través de ella habremos aprendido a que no es malo crecer y darse cuenta de las sombras del mundo y tampoco amar de manera diferente, aunque esta nos lleve al camino de la locura. En cualquier caso y, al final del todo, podremos decir que hemos sido nosotros mismos.
Espero que os animéis con ella y la disfrutéis, porque ya seáis un adolescente de quince años como yo en mi primera vez o una adulta de treinta y cinco como ahora, la novela siempre nos da consuelo: no somos perfectos, no somos luminosos, solo somos un punto en el que confluyen los sucesos del mundo.
Hola!!! Demian es una de mis obras favoritas. La primera vez que la leí significó un antes y un después. Me encanta la carga filosófica que contiene, los simbolismos, las reflexiones. Es un libro que se saborea con cada página.
ResponderEliminarP. D. Te ha quedado una reseña magnífica
No conocía este libro para nada y que te haya gustado es lo importante, espero que te encuentres mejor a seguir leyendo más 👏😃 buena reseña
ResponderEliminarUn saludo y nos seguimos leyendo por aquí 😃
Soy Bea de @libros_bea
Gracias por darnos a conocer uno de esos libros que te han marcado. Espero que la cosa mejore pronto; cuídate.
ResponderEliminarHola
ResponderEliminarHace eones que no leo nada de este estilo. Demian fue un libro que me marco un montón y que aún ahora, es digno de seguir tratando de coprender en totalidad. Me has dado mono, no sé como lo apreciaría ahora.
un bes💕