En este sentido, la novela que reseño hoy aquí ha sido un volver atrás, recordar todas aquellas cosas de las que no hablamos y reconocer el poso que dejaron. La obra se llama La cinta Duncan de Todd Keisling, publicada por La biblioteca de Carfax, y ha sido finalista a los premios Ignotus de la asociación Pórtico. Espero que os guste.
Robby y sus amigos solo quieren descargarse algo de porno un viernes por la noche.
Pero a principios de los 90 las descargas no son del todo fiables, y terminan viendo el suicidio televisado de un político. A partir de este momento, el hombre muerto de la cinta los acosa sin descanso, se les aparece en sueños y les tienta con la idea de morir. Solo buscan librarse de él, pero se darán cuenta de que han emprendido un camino del que no hay retorno. ¿Qué pueden hacer para detenerlo? Cualquier cosa que intenten, solo conseguirá enredarlos aún más en las fauces sanguinolientas del hombre muerto.
La lotería
Una noche cualquiera y tres adolescentes delante de la pantalla. Danny, Jordan y Robby solo quería ver porno, sin embargo, ya sabemos cómo eran las descargas en los 90 y aunque lo más frecuente es que acertaran si buscaban este contenido, esa noche no fue así. Vieron un suicidio y, a partir de ese momento, el hombre muerto se les aparecerá en sus sueños para que se unan a él.
Los peligros de internet y la soledad
adolescente serán dos temas clave en esta novela
corta de terror en donde seguiremos la
caída en el caos de tres amigos después del visionado de un VHS de contenido
sensible. En este sentido cabe destacar, como hace la propia novela, que hay que hacer la advertencia porque se
describen suicidios.
Después de dicho visionado, intentarán no seguir alimentando la fascinación morbosa y macabra que el vídeo les infunde, sin embargo, parece que hay algo que se lo impide. Pronto todo se complicará, sus mentes caerán en la trampa y todo se volverá incontrolable.
Sobre qué
Sin embargo, a pesar de que la premisa de terror es muy potente, no es lo que destacaría de la novela, que está muy bien llevada repito, sino el por qué estos tres chicos llegan a las circunstancias que les acosan.
Situados a inicios de los noventa, los chicos y chicas que tenían preferencias relacionadas con la tecnología, la literatura, lo cómics, etc. eran vistos como bichos raros. Es en esta época en la que se acuña el término freak como algo despectivo. Sin embargo, sobrevivieron, el problema es cómo.
En nuestra historia, nuestros protagonistas sobreviven creando un círculo relativamente cerrado que dedica su tiempo a navegar en ese nuevo mundo (mejor para ellos por sus posibilidades) que es internet. No obstante, y lo saben porque no son precisamente personas poco inteligentes, ese nuevo lugar es oscuro y alberga horrores. En la novela se desarrolla muy bien esa sensación de impunidad y estar fuera de la ley cuando se navega en los chats de descargas, de ahí que no piensen en pedir ayudar cuando la desgracia les asola.
Esta idea unida a la de la propia
adolescencia, seres incomprendidos, marcados por las hormonas y con un conocimiento
semireal del mundo, hace que nos encontremos en la historia un ejemplo muy
bueno de ese sentirse perdido, la
concepción nula de ayuda y la idea de perpetuidad.
Por oposición
Justo, debido a esta última idea, la cuestión del suicidio en la obra adquiere una potencia brutal. Los adolescentes son eternos y, aunque les pasa lo que les pasa, así se conciben los personajes, por eso da tanto miedo lo que ven en el vídeo.
Sin embargo, a medida que
avanzamos en la obra vemos como esta
opción es deseable, incluso recomendable. El componente «fantástico» que
hace que todo suceda no trasciende, por lo que, a pesar de ser una novela de
terror, podemos ver perfectamente el
atractivo que puede suponer el acabar con nuestra propia vida. Cuidado, no
nos incita, no la idealiza, solo que podemos llegar a comprender. No obstante,
y repito, la obra y el autor se cuidan
muy mucho sobre el tema y se hace la petición previa de que si no podemos con
el tema no leamos la historia.
Una cinta de vídeo
Y para reflejar este vaivén mental, en donde los recuerdos, el presente y la creación de nuestra propia concepción de identidad se entremezclan, nos encontramos un método de exposición muy interesante.
Por un lado, encontraremos el testimonio a modo de diario y a través de cartas entre los personajes. Este modo de narración nos acerca mucho a los personajes, de tal manera que el lector siente que está participando en algo íntimo y casi que no debería leer. Por otro lado, el propio testimonio tiene fluctuaciones temporales, marcadas por las marchas que podemos encontrar en los reproductores: stop, rewind, etc. Con ellos vamos teniendo una historia no lineal sino envolvente donde tendremos un narrador que cuenta y siente, y otro que explica la derrota.
Las anticipaciones o flashbaks no anticiparán nada en la historia, sino que ayudarán a la tensión narrativa y, creo, nos ayuda a que la expresión «el hombre muerto» no deje de tener efecto.
Más allá de la cinta
Os reconozco que la novela me ha parecido una propuesta muy interesante de terror, no tanto por lo que cuenta como por la realidad a la que alude y al concepto que hay detrás de toda ella.
Desde luego, lo que les sucede a los personajes es terrorífico, pero al final no deja de ser algo que pasa en la realidad, el hecho de que algo que tenemos nos obsesione hasta niveles de demencia (una enfermedad, miedo a perder el trabajo, problemas con la pareja, etc.). En este caso, lo vemos en unos adolescentes que por definición están desprotegidos, pero cuando nos sentamos a leer la novela sabemos que todos, independientemente de la edad, podemos ser ello.
Por otro lado, la novela es una muestra genial de cómo fue aquel tiempo de los inicios de internet. Para aquellos que crean que es exagerado, debo decirles que en absoluto, la novela muestra muy bien lo vulnerables que éramos y también lo inconscientes. Combinadas ambas cuestiones, la de la obsesión y la de la vulnerabilidad, nos adentramos en la cuestión del suicidio, un escalofrío en la espalda por lo cerca que parece estar de la manera más fácil.
La verdad es que os recomiendo mucho la obra. Es una novela de terror diferente, que se vive de otro modo, pero no por ello menos efectivo. Como bien se hace en el propio libro, sí debo advertiros de que el tema del suicidio está ahí y es eje de la obra. Más allá de eso, creo que es una propuesta que os puede gustar mucho. Espero que os animéis con él.
El libro en el Bolsillo
Puedes adquirir el libro 👉: La cinta Duncan de Todd Keisling
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