[Tag] Dolor ajeno. Sobre ‘Persépolis’ de Marjane Satrapi

Nunca encontraba el momento para leer este pendiente, pero creo que justo ahora era el momento. La situación actual, porque hay un pacto de para mantenernos ignorantes sobre determinadas partes del mundo, nos lleva a plantearnos qué lleva a las naciones, a las personas a entrar en conflictos tan feroces como el que estamos asistiendo en Gaza. Podemos entender el defendernos, incluso el motivo económico, pero yo, al menos, no soy capaz de abordar la matanza sistemática de personas. Es algo que me hace daño.

En este contexto he leído Persépolis de Marjane Satrapi, publicado por Norma Editorial. Lo he leído gracias a los tag mensuales que he decidido estrenar este curso y que están siendo medianamente efectivos, aunque no del todo exitosos. Espero que os guste.

Con humor, sentido crítico e ironía, Marjane Satrapi nos narra esta historia, que es la suya, y que abarca desde el triunfo de la Revolución islámica de 1979, las guerras contra Iraq y el régimen de los ayatolás, hasta la diáspora de iraníes que decidieron abandonar su país en busca de la libertad en las décadas de 1980 y 1990.

Del dolor de una niña

En 1980 Marjane tenía diez años. Fue el año en el que la Revolución islámica la obligó a taparse el pelo y a ir a una escuela solo de chicas. Los años anteriores en Irán no habían sido para nada así, pero tampoco lo serían los siguientes, cuando Iraq decidiera atacar su país. La historia también va de Marjane y de su vida, claro.

Con este enunciado «En 1980 tenía diez años» comienza esta novela gráfica que repasará dos décadas de la vida de la dibujante Marjane Satrapi. Un relato autobiográfico que nos enseña no solo el alzamiento de la revolución islámica en Irán y sus consecuencias para la población, sino también y muy de cerca las consecuencias políticas y de pérdidas de la guerra Irán-Iraq. Además, Marjane nos ofrece el relato de una niñez-adolescencia-adultez en todas sus dimensiones comunes (primeros amores, inquietudes, creencias de infancia, etc.) a las que se unen el dolor por el abandono de la familia para poder sobrevivir, el racismo europeo y la pérdida de identidad en un mundo que no la hacía sentir ni libre ni ella misma en ningún centímetro cúbico de tierra.

Aquello que no iba a pasar

Y es que como ella misma nos cuenta en la introducción, los persas y no los árabes, como nos empeñamos los occidentales en rasar a toda persona procedente de Oriente Medio, fueron los habitantes de Irán durante muchos años, dejando como legado no solo la lengua sino una cultura y mitología muy arraigadas entre su gente. Así las cosas, ante los impulsos de los islámicos en el país, los intelectuales, como los padres de nuestra protagonista, no quisieron ver o no pudieron hacer nada ante el avance de una cultura y radicalismo religioso que no tenía nada que ver con ellos.

La razón, entre otras, fue que Irán ya estaba presa de un régimen dictatorial que proclamaba el retorno a una Persia que nunca llegó a existir. Los revolucionarios consiguieron cambiar el gobierno y en ese cambio la revolución islámica llegó para quedarse. El nuevo gobierno persiguió a los opositores e instauró una nueva norma religiosa, restrictiva, machista y retrógrada. En ese momento comienza la adolescencia de Marjane.

Quizá, cuando leemos el cómic y visto desde fuera, podemos pensar que los iraníes podían haber anticipado todo este cambio, sin embargo, si nos miramos a nosotros mismos tenemos que darnos cuenta de que poco se podía hacer. El auge de los radicalismos nunca viene desde fuera, sino que comienza como una pequeña chispa dentro de nuestra sociedad y luego se extiendo hasta arrasarlo todo. Ellos no podían detenerlo, como reflexión apunto que ojalá nosotros podamos detenerlo ahora.

Descubrir el mundo

Todos cuando pasamos a la adolescencia descubrimos, desgraciadamente, que el mundo no es un lugar acogedor y amable. La presión de la sociedad, sea la cultura que sea, las expectativas que nosotros mismos nos hacemos en esos primeros años y las que nos arrojan sobre nosotros hacen que dicho periodo sea uno de los más traumáticos a nivel psicológico. Sin embargo, el ser humano está preparado para ello, casi todos lo superamos. El problema es cómo.

En el caso de nuestra protagonista las cosas fueron peores. Procedente de una familia progresista, cuando Marjane tuvo edad para empezar a construir quien era se vio privada de las libertades que hace unos años, en la infancia, tanto ella como su madre tenían.

Con una fuerte tendencia a inquietudes políticas, alimentada por su familia, la dibujante fue una niña rebelde que no se conformó con lo que le decían en la escuela. Por ello, con el estallido de la guerra de Irán-Iraq sus padres decidieron mandarla a Austria. El culto a los mártires y un férreo control de la moral para que la nación no se sublevara invitó a los padres a verla más protegida en Europa. Sin embargo, un con solo catorce años, Marjane tiene no solo que valerse por sí misma, sino que descubre, la soledad, el racismo y la incomprensión hacia su país. Los iraníes, como árabes que son (reitero que en Europa tenemos que aprender a llamar a las cosas por su nombre), son terroristas y radicalistas. Marjane ve devastada su realidad y la de su país. Ya no es nadie.

Las cuitas

Después de explicaros un poco cómo vamos a ver planteada la historia de la historietista, debo decir que es mucho más. Y eso que lo que he contado ya es mucho.

Nos lanzamos a una historia de gran intensidad, no solo por el escenario que he descrito, sino por la propia etapa de la protagonista y los acontecimientos que tuvo que vivir tanto en Irán como en Europa.

A través de todos estos hitos, conoceremos rasgos de la cultura persa, las imposiciones de los islamistas, cuestiones que unas serán tradición y otras, imposición. Lo más interesante de ello, aparte de descubrir una cultura diferente a la nuestra, es ver los puntos comunes, tanto en las tradiciones como en el machismo imperante en todo el mundo, y que aún hoy impera en muchos lugares.  Además, también viviremos una adolescencia compleja marcada por el profundo deseo de encontrar una identidad que parece desaparecida, pero que nunca existió y que tenía que formarse en ese momento. Los grupos, las corrientes ideológicas, los anhelos amorosos, los coqueteos con lo que no debemos son algunas de las cuestiones que Satrapi vivió.

El porqué

«Una vez más llegué a la conclusión de siempre: tenía que instruirme». Esta es una frase de Satrapi con 21 años. A lo largo del cómic vemos que siempre que ha tenido un problema o que no ha sabido cómo continuar ha buscado conocer más para poder enfrentar más.

Quizá este es uno de los motivos que me ha llevado a leer el cómic (aparte del tag). Saber es una (perdón) mierda y, a veces, parece que vivir en la ignorancia es mejor, sin embargo, la historia y nuestras historias personales nos han demostrado siempre que saber es poder. Poder defenderse, poder enfrentar, poder hacer. Por ello, creo que la lectura de Persepolis es casi una lectura obligada.

No solo por conocer un acontecimiento tan importante como la guerra de Irán-Iraq, sino para conocer qué podemos hacer contra y por nosotras mismas. El mundo es muy grande para quedarnos en nuestras cuatro paredes. Además, la historia está contada con un estilo irónico y con humor, lo que nos hace que la lectura, dentro de su densidad, enganche y nos alimente.

Creo que los motivos para leerlo en esta reseña más que en ninguna otra son muy personales, pero creo también que cuando nos enseñan algo, debemos hacerles caso. Espero que os animéis con él.

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